28 de marzo. Cañuelas, Argentina.

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Gustavo Arrieta asumió como nuevo intendente de Cañuelas

Con un discurso simple y por momentos muy duro, el nuevo intendente prometió una administración "confiable, transparente y eficaz". Pidió que la gente comience a pagar las tasas y que los empleados se dediquen a su trabajo con "compromiso y responsabilidad". Rivarola se fue silbado y abucheado.

El momento de la jura.

El momento de la jura.

Luego de pronunciar con fuerza el "sí, juro", el flamante intendente Gustavo Arrieta delineó las bases de un gobierno que, según sus palabras, estará guiado por la realidad y el sentido común.

Se dirigió a los agentes municipales diciéndoles que a partir el lunes "se acaban las excepciones y privilegios", en un claro mensaje que busca reconstruir la autoridad perdida del Ejecutivo.

De su antecesor, Héctor Rivarola, criticó "la desidia y la falta e compromiso, síntesis dolorosa de un municipio que no ha sabido o no ha podido resolver los problemas de la comunidad".

Al hacer un balance del estado actual de la comuna, sostuvo que la Municipalidad cuenta con ingresos mensuales de 1,4 millones y que paga la misma cantidad de dinero en sueldos, a lo que se suma la desactualización del valor de las tasas que calificó como "las más bajas de la Provincia".

"A pesar de ellos hemos tomado la decisión de mejorar primero los servicios para después empezar a discutir la reforma de la ordenanza tributaria. Por eso necesitamos que la comunidad nos acompañe y pague las tasas adeudadas".

Aseguró que su gobierno estará basado en el sentido común y que uno de sus principales desafíos será "reconstruir el vínculo de confianza entre el gobierno y la ciudadanía" y que "debemos construir una administración pública confiable, transparente y eficaz".

"Tomaremos de la realidad las bases y prioridades de nuestro gobierno (...) Anticipo a los vecinos que construiremos un gobierno basado en el sentido común de un vecino más, con la experiencia ganada a través de todo este tiempo y mi pertenencia, que todos conocen, a un espacio político".

HACIA ADENTRO Y HACIA AFUERA
Varios párrafos de su discurso estuvieron dirigidos a los empleados de la comuna.

"La cosa pública es compromiso, responsabilidad y trabajo. Quienes somos militantes o empleados públicos debemos entender de una vez y para siempre que es nuestra comunidad la que nos paga el sueldo", les dijo.

"Este lunes, a pesar de cualquier acuerdo preexistente, todos, absolutamente todos, desde el escalafón inicial hasta el más alto rango, deberá adaptarse a las reglas de juego que nos exige nuestra comunidad (estallaron los primeros aplausos). La dedicación a la función debe ser responsable, todos los días, todo el año. Si tu lugar es de empleado de 48 horas o profesional médico de 24 horoas, se trabaja por lo que la comunidad te paga. No vamos a permitir una carga horaria menor a la que se paga (nuevos aplausos). Pretendemos que llegue el tiempo en que en la administración se acaben las excepciones y privilegios (otra vez lo interrumpieron los aplausos)."

Pero también reconoció la necesidad de "poner en valor" a los empleados mediante una jerarquización y capacitación.

"El Cañuelas que viene -concluyó- se construye con los independientes, con los radicales, con los peronistas, con los socialistas, con los municipales (...). Gobernar es siempre incluir; progresar es siempre ir hacia delante sin dejar a nadie atrás".

A su lado se hallaban los intendentes "Tacho" Sobrero, de Lobos, y Alejandro Granados de Ezeiza y varios dirigentes nacionales y provinciales, como Carlos Kunkel, Julio Pereyra, Guido Carlotto y Daniel Gurzi. Agradeció el apoyo de todos ellos que le permitieron "poner a Cañuelas en la agenda provincial y nacional".

Guardó un especial agradecimiento para su mujer, Marisa Fassi: "Sin ella esta construcción no hubiera sido posible".

TRISTE FINAL
Minutos antes del discurso de Arrieta le tocó al intendente saliente, Héctor Rivarola, dar su mensaje de despedida.

Rivarola comenzó a realizar una larga y tediosa lista de los supuestos logros de su gobierno, hecho que irritó al público. "Andante, nos digás mentiras" se animaron algunos, y luego, en dos oportunidades, lo interrumpieron con una silbatina y un abucheo generalizado, algo que jamás había ocurrido en asunciones anteriores.

El flamante presidente del Concejo, Fernando Kuri, tuvo que llamar al orden y pedir silencio. Rivarola pudo terminar con su discurso, pero ya nadie lo escuchaba.

Triste final para un dirigente con más de treinta años de trayectoria política.

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Escrito por: Redacción InfoCañuelas