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23 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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A 20 años del femicidio de Rosalba Evangelisti

Fue asesinada el 19 de octubre de 1995 en el Centro Radiológico de la calle Belgrano. Nunca hubo detenidos ni pistas firmes. ¿El crimen perfecto?

Rosalba Evangelisti Montes.

Rosalba Evangelisti tenía 25 años, acababa de casarse y proyectaba tener un hijo. Trabajaba como recepcionista en el Centro Radiológico de la calle Belgrano 755. El 19 de octubre de 1995 fue hallada muerta en su lugar de trabajo, con una herida de arma blanca a la altura del corazón. A veinte años del crimen, nada se sabe sobre el autor o autores del hecho. Nunca se estableció una hipótesis clara del hecho, no hubo pistas firmes ni detenidos y tampoco se halló el arma homicida.

El cuerpo de la joven fue encontrado poco después de las 14 por su esposo, Pablo Sabino. Según declaró a la policía, concurrió al lugar para tomar mate con Rosalba, aprovechando que a esa hora no había pacientes.

La causa  quedó a cargo del juez de La Plata, Armando Correa, quien asignó la investigación a la Comisaría de Cañuelas y luego, por pedido de la familia Evangelisti, a la Brigada de Investigaciones de Morón.

En un primer momento se barajó la hipótesis del robo, ya que había unos pequeños golpes en una caja fuerte del centro médico, pero luego se dejó de lado ante la presunción de que era una maniobra distractiva del asesino.

Con el correr de los días las pesquisas se centraron en el esposo de la víctima, pero nunca se llegó a ninguna prueba ni móvil concreto.

La familia de Rosalba, por su parte, siempre dirigió las sospechas hacia el entorno laboral. La joven había sido despedida por el médico peruano que dirigía el Centro Radiológico y aguardaba el cobro de una indemnización, pero esa línea investigativa nunca fue profundizada.

El principal testigo fue un adolescente que se hallaba en un local de juegos electrónicos que en esos años funcionaba en Rivadavia y Belgrano, a media cuadra del lugar del hecho. El chico dijo haber visto un forcejeo en la vereda entre una mujer de cabellos largos y un hombre que se fue en un Dodge 1500 de color verde, de cuya patente recordaba dos números.

A pesar de una extensa búsqueda en todo el país, el automóvil nunca fue hallado. También se realizaron pericias sobre el Fiat 600 celeste de Sabino, con resultados negativos.

En abril de 1999 –a casi cuatro años del crimen– se realizó una marcha del silencio en el centro de Cañuelas, pero ni siquiera esa movilización sirvió para reactivar la investigación que desde entonces permanece estancada.

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Escrito por: Redacción InfoCañuelas