Hay un nexo nunca explorado entre el partido Cañuelas y la Quinta de Olivos. El hilo conductor es Carlos Villatte Olaguer, un importante empresario de la ganadería que en 1918 donó su cabaña “Azcuénaga”, ubicada en Vicente López, para la residencia de los presidentes argentinos.
Antes de concretar esa donación al Estado Nacional, Villatte Olaguer fue el propietario de la estancia San Carlos del partido de Cañuelas, que se extendía sobre la actual Ruta 6, desde la Ruta 3 hasta el límite del partido de Las Heras, en lo que hoy son campos de las familias Roca, Sánchez Elía, Videla y Etchevers.
La estancia, de 1700 hectáreas, fue comprada en 1872 por su padre, Carlos Villatte Ulmer, un comerciante importador de artículos de ferretería nacido en Nueva York en 1825 y afincado en Buenos Aires en 1869.
En 1871 Villatte Ulmer se casó con María Rosa Martina Olaguer Feliú Azcuénaga, nieta de Antonio Olaguer Feliú, el sexto virrey español del Río de la Plata, y del brigadier general Miguel de Azcuénaga, vocal de la Primera Junta.
De ese matrimonio perteneciente a la elite porteña nació Carlos José Florentino Villatte Olaguer, el 7 de noviembre de 1872 (en algunos documentos también figura como Villate, con una sola te).
LA ESTANCIA SAN CARLOS DE CAÑUELAS
Cuando compró la estancia San Carlos, en el mismo año del nacimiento de su hijo, Villatte Ulmer estaba enfocado en sus actividades comerciales en Buenos Aires (también fue director del Banco de la Provincia entre 1875 y 1877) por lo que prefirió arrendar el campo antes que dedicarse personalmente a su explotación.
En 1892, con sólo 20 años, su primogénito se hizo cargo del establecimiento, dándole un nuevo impulso y transformándolo en uno de los más importantes de la Provincia. Tanto es así que San Carlos tuvo una enorme relevancia por su aporte en la mejora de la ganadería, especialmente en las razas bovinas y lanares.
En el libro Excursiones Rurales, Breves Apuntes sobre la Ganadería en la provincia de Buenos Aires (José María Drago, 1900) hay una completísima reseña sobre la estancia de Villatte Olaguer en Cañuelas, con varias fotografías.
“Fue comprada por el señor Carlos Villatte en 1872 y arrendada años después. Permaneció así hasta que en 1892 empezó a poblarla el actual propietario, el joven Villatte, bajo la acertada dirección de su señor padre. Fue ardua, entonces, la tarea de reparar el error cometido al entregar tan valiosos campos a manos extrañas; hubo que rehacer lo que los arrendatarios habían destruido; y se empezaron a colocar los cimientos de la floreciente cabaña actual, sobre los restos del establecimiento devastado”, dice Drago.
“Los campos de San Carlos están ubicados en el deslinde de los partidos de Cañuelas y Las Heras, hallándose en el primero de estos el casco principal de la estancia. Con los campos de «Santa Rosa» de Barrenechea, forman la zona más favorecida de ambos partidos. El riachuelo de Matanzas y el arroyo de Castro, cuya confluencia se efectúa dentro del campo, mantienen en benéfica humedad la campiña, yendo luego sus aguas unidas a desembocar en el Riachuelo de Barracas”.
“El campo es de primer orden, de lo mejor que hay en esa región de la provincia, poseyendo gran abundancia de pastos tiernos: flor morada, tréboles variados, cebadilla, cardo asnal, etc. Su actual propietario lo ha dividido en diecisiete potreros, de los cuales tres están consagrados a la invernada, y miden respectivamente 228, 229 y 230 cuadras cada uno. El resto del campo, hasta completar las mil cuadras de extensión que tiene, se dedica a la cría de hacienda fina. Está cercado en parte con nueve y en parte con siete hilos de alambre galvanizado”.
“El edificio principal del establecimiento, bastante confortable, es de construcción antigua, habiéndose proyectado uno nuevo, más en armonía con los resultados que dan actualmente en dicho campo las negociaciones rurales. Se alzará en el centro del parque, cuya población está ya casi terminada, con variedad de plantas forestales y frutales. Mide veinte hectáreas, y lleva ya consumidos más de veinticinco mil pesos. Es de estilo inglés, y en su delineación, lo mismo que en la acertada distribución de las plantas, ha primado el más exquisito buen gusto, no exento, per cierto, de originalidad. Abundan los bosquecillos y colecciones de árboles variados: araucarias y pinos de todas clases, cedros, casuarinas, fresnos, nogales, cocos, palmeras, plátanos, castaños, olmos, magnolias, ombúes y cupressus. Todos estos, come la plantación es reciente, apenas si tienen unos dos metros de altura; pero a primera vista dan ya idea de lo que será el parque dentro de algunos años”.
Agrega Drago la casa y el parque contaban con agua corriente; y que la iluminación se hacía per medio del gas acetileno. Los límites del campo eran los siguientes: al Norte y Oeste, Ezequiel Barrenechea y Juan Antonio Rodríguez; al Este, José Galizia; y al Sur, Mariano Cebey. Posiblemente en alguna tapera en el medio de esos latifundios queden vestigios del antiguo casco.
“El establecimiento de Cañuelas -prosigue Drago- está en combinación con la estancia que el señor Villatte Olaguer compró el año pasado (1899) en Lincoln. Se llama «Santa María»; mide dos leguas, y está ubicada en los campos vecinos al viejo fortín La Guardia. De San Carlos se envían a Santa María reproductores de origen importado y los mejores puros por cruza miento, cuidadosamente seleccionados. En cambio, de Lincoln han remitido este año seiscientos novillos mestizos Durham, llegando hasta dos mil el número de los que se invernan en las praderas de San Carlos”.
COMPRA DE REPRODUCTORES EN EUROPA
En los párrafos siguientes Drago hace un repaso de los viajes realizados por Villatte a Europa para comprar reproductores, algo que varias décadas antes había hecho el escocés John Miller, introductor del toro Tarquino en 1836 en su estancia vecina La Caledonia.
“Antes de lanzarse a esta empresa cabañera, el señor Villatte visitó los principales estable cimientos de cría de hacienda fina en Inglaterra, Francia e Irlanda. En 1895, durante su estadía en Europa, adquirió dos toros Durham, British Cheer y Balmoral Butterfly, de las mejores sangres. Ambos toros han dado excelentes resultados en la cabaña. Al mismo tiempo importó veinte ovejas Lincoln, elegidas personalmente en Cartwright (Lincolnshire), que fueron servidas expresamente por uno de los más notables carneros de la cabaña Kirkam, al quilado expresamente para este objeto. Los productos de esta cruza vinieron a nacer en San Carlos. De la misma cabaña Kirkam, importó el señor Villatte en aquel año tres esplendidos carneros. Al mismo tiempo adquirió en la cabaña Thompson (Irlanda) tres notables vacas Durham. Estos tres animales han producido mellizos el año pasado”.
“En Julio de 1898, durante otra excursión que hizo a Europa el señor Villatte, compro allí tres carneros Lincoln y el notabilísimo toro Durham, Winter's Gift, hijo del célebre New Year's Gift, de la cabaña de la Reina Victoria, comprado en mil guineas por Lord Fervershame”.
“Cuando este señor realice su quinto viaje al viejo mundo, en el año 1900, y recorra una vez más las valiosas cabañas de sus amigos Budding, Cartwright y demás criadores célebres, no dudamos que se ha de sentir entusiasmado por los esplendidos ejemplares que allí observe y se verá obligado a aumentar el ganado con que ya tiene poblada su interesante cabaña”.
LA QUINTA DE OLIVOS
Además de las estancias de Cañuelas y Lincoln Carlos Villatte Olaguer heredó una importante fracción de tierras ubicadas en lo que hoy es Olivos y Vicente López, que habían sido compradas por el virrey Antonio Olaguer Feliú, que rigió los destinos del Río de la Plata entre 1797 y 1799.
Casado con una hermana del brigadier Miguel de Azcuénaga, el Virrey dejó por heredero de sus bienes a un hijo de su mismo nombre. Éste murió soltero y las tierras con vista al Río de la Plata pasaron a su sobrino carnal, Carlos Villatte Olaguer.
Villatte fundó en esos terrenos la chacra o cabaña “Azcuénaga”, en recuerdo de su tío abuelo. También él moriría soltero y sin descendencia, por lo que en su testamento de 1901 resolvió legar su casa al Estado nacional para que “sirviera de residencia veraniega del presidente de la República”.
Un detalle al margen: entre los familiares lejanos del ilustre estanciero se encuentra Fernando Jantus de Estrada, el secretario Coordinador de la Municipalidad de Cañuelas, cuya abuela, Martha María Florencia Villatte Racedo, era sobrina del donante.
“El presidente Hipólito Yrigoyen aceptó la donación el 30 de septiembre de 1918 y visitó una vez la mansión, rodeada todavía de cuadras, bretes y galpones. El presidente Alvear también se llegó dos o tres veces hasta allí, sin poder bajar nunca del automóvil, debido al barro; pero comprendió la importancia del legado y ordenó las primeras medidas para que la casa de Olivos fuera conservada y mejorada. El presidente Justo empezó a habitarla, dispuso la creación de una colonia de niños débiles que todavía existe y mandó delinear el parque. Fue durante su mandato que la residencia presidencial de Olivos se ´inauguró´ como tal, en ocasión de la visita de Getulio Vargas: una brillante recepción tuvo lugar allí y a su regreso al Brasil, el presidente del país hermano le envió cien orquídeas de colección para enriquecer el parque”, detalla la revista Todo es Historia, fundada por Félix Luna.
Cabe destacar que la generosidad de Carlos Villatte no se agotó en la donación de la Quinta de Olivos, estimada en un millón de pesos de la época. En la revista El Hogar se publicó un detalle de su testamento, en el que legó una suma equivalente en dinero para distintas entidades benéficas nacionales: $ 250.000 para la Sociedad de Beneficencia, Damas de Caridad y Niños Desvalidos; $ 100.000 para el Hospital de Ciegos de Recoleta y a los huérfanos del personal militar; y $ 705.000 para las Municipalidades de Olivos, Cañuelas y Lincoln, específicamente para instrucción pública y beneficencia.
Es curioso. A pesar de la importancia de Villatte en su aporte a la ganadería; de haber dirigido una de las estancias más importantes de Cañuelas; y de un altruismo pocas veces visto en otros terratenientes de la época, no aparece en ninguna reseña histórica del partido. Tampoco hay calles, monumentos o referencias que lo recuerden.
FUENTES
• Archivo Histórico de ARBA (ex Geodesia). Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires.
• Excursiones Rurales. Breves Apuntes sobre la Ganadería en la provincia de Buenos Aires (José María Drago, 1900). Libro digitalizado para InfoCañuelas por gentileza del Sr. Shane Burris, coordinador del Sistemas de Intercambio de Recursos, Librería de la Universidad Estatal de Pennsylvania.
• Genealogía. Volumen 1. Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 2020.
• Diario El Siglo (Montevideo), edición del 8 de diciembre de 1909.
• Ilustración Descriptiva de Argentina. Manual fotográfico de Henry Stephens, 1917.
• Revista El Hogar, edición Nro. 444, 5 de abril de 1918
• Revista Todo es Historia. 1 de agosto de 1967
Escrito por: Germán Hergenrether