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22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Murió el empresario Gustavo Bertolé

Trabajó más de dos décadas en puestos gerenciales del Molino Cañuelas. Antes de dedicarse a la industria se destacó como futbolista en Central Córdoba. Tenía 64 años.

Gustavo Bertolé. Archivo InfoCañuelas.

La vida de Gustavo Bertolé fue un incesante ir y venir entre Laboulaye, donde nació en 1959, y Cañuelas, lugar que adoptó en 1982 cuando llegó para trabajar en el Molino. Aquí formó una familia y forjó amistades que lo convirtieron en un cañuelense más. Murió el jueves 13 de junio en su ciudad natal, afectado por un cuadro de neumonía. 

“Tavo” -como lo llamaban sus seres queridos- era el hijo único de un matrimonio de clase media: su padre era constructor y su madre, Nilda Martina, podóloga. 

En la ENET Nro. 1 fue compañero de estudios de Carlos y Ricardo Navilli, los hijos de la familia propietaria de los molinos harineros de Laboulaye y Adelia María. A fines de los ´70 los Navilli compraron el Molino Cañuelas y luego Bertolé integró la legión cordobesa que llegó para hacerse cargo de la planta. En ese grupo también estaban Jorge Urdampilleta, Ricardo Cantone, Javier Demichelis y Gustavo Mieggi, entre muchos otros.

Abriendo un paréntesis, antes de convertirse en uno de los referentes de Molino Cañuelas Bertolé tuvo una destacada faceta de futbolista. Quienes lo vieron jugar en los potreros o en la primera de Central Córdoba de Laboulaye lo recuerdan como un 5 exquisito que llegó a ser campeón de la liga en 1975. Hizo el servicio militar en el cuartel de Santa Catalina (Holmberg) y gracias a sus dotes en el mediocampo fue figura en el equipo del regimiento, llamado Arsenal, lo que le permitió sobrellevar la conscripción con bastante alivio.

Gustavo Bertolé, el primero de arriba a la derecha, luciendo un gorro junto a su equipo de Central Córdoba. Gentileza Ulises Lencina.

En 2002 sufrió el mazazo de la muerte de su esposa, Patricia Regazzoli, el gran amor de su vida. “De pronto se encontró solo, sin su esposa, y tuvo que criar a sus hijas Giuliana y Georgina, que eran muy chiquitas. Por suerte las dos abuelas estuvieron muy presentes y lo ayudaron, fueron un sostén fundamental. Gustavo hizo un gran trabajo, acompañó a las nenas en el primario y en el secundario, hasta que lograron desarrollarse en la vida. Fue un padre excepcional”, lo describió su amigo, el periodista Ulises Lencina.

Si bien Bertolé nunca logró recuperarse de esa pérdida, transformó el dolor en vocación de servicio. Creó una fundación que bautizó “Gracias Patricia”, con la que reunía fondos para otorgar becas a chicos carenciados o comprar medicamentos de alto costo para familias que no podían acceder a ellos. Tony Pecci, Luis María Landa, Eduardo Struzka, José Del Valle y Roberto Sabuqui fueron algunos de los amigos que lo acompañaron en esa patriada.

La familia Bertolé en vacaciones. Gentileza Ulises Lencina.

Tras la muerte de su esposa se fue alejando de Molino Cañuelas y continuó trabajando en forma particular como asesor de la industria molinera y aceitera.

Tuvo participación activa en entidades intermedias. En 1999 integró la comisión directiva de la Cámara Comercial e Industrial de Cañuelas, en la presidencia de Gustavo Mieggi, y durante un buen tiempo colaboró con la subcomisión de fútbol del Cañuelas FC. En más de una oportunidad fue tentado por partidos de todos los colores para ser candidato a intendente.

Gustavo con su peña de amigos de Cañuelas, entre ellos Carlitos Nesprías. Archivo InfoCañuelas.

Luego de la pandemia volvió a Laboulaye donde viven su madre y sus tíos. Uno de ellos, Carlos Martina, es el popular conductor del noticiero en el canal local de cable.

Hace una semana sufrió una caída en su casa y tras algunos días en terapia intensiva, su cuadro se complicó con una neumonía. Este sábado al mediodía sus restos serán inhumados en el cementerio parque La Oración de Cañuelas.

Ulises Lencina, compañeros de Bertolé desde la adolescencia, se queda con el recuerdo de un hombre que fue un excelente amigo, un padre extraordinario y un buscavidas que más allá de los éxitos y fracasos, no paró nunca de buscar opciones para seguir adelante.

Con su madre, Nilda Martina, y sus hijas Georgina y Giuliana. Gentileza Ulises Lencina.

 

Escrito por: Germán Hergenrether