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22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Piden que las viejas campanas de la Iglesia queden expuestas a la vista de la comunidad

Instaladas en la torre a fines del 1800, fueron remplazadas en 2006 y desde entonces están abandonadas en el patio parroquial.

Las campanas cuando fueron retiradas, en 2006.

Pablo Garavaglia y Susana Frasseren -dos vecinos comprometidos de Cañuelas que han dedicado décadas de su vida a la preservación del patrimonio local- se propusieron rescatar del olvido las viejas campanas de la Iglesia Nuestra Señora Del Carmen, que luego de su remplazo en 2006 se encuentran abandonadas en un sector del patio parroquial.

Hace unos días le enviaron una carta al representante legal del Complejo Santa María, Mario Mansilla, solicitando que en el marco de los festejos del bicentenario de Cañuelas las campanas queden expuestas en forma permanente en algún sector del complejo educativo, para que los alumnos y la ciudadanía puedan conocer su historia. Esa idea fue acercada a Garavaglia por el vecino Marcelo Nuss.

En su carta a Mansilla Garavaglia y Frasseren exponen que ni bien fueron remplazadas por las nuevas, las campanas históricas se encontraban detrás de una ventana y podían ser vistas desde el interior del templo por los fieles y visitantes, pero posteriormente fueron desplazadas y dejadas en otro lugar del patio parroquial.

"Esas campanas constituyen parte del patrimonio histórico de Cañuelas y somos muchos los vecinos que deseamos que sean preservadas. La idea del Sr. Nuss, que compartimos, es que sean expuestas en alguno de los espacios del complejo educativo Santa María para que la comunidad las reconozca como parte de su historia" subraya la misiva.

Como bien señalan Frasseren y Garavaglia, las viejas campanas (al igual que las nuevas) fueron adquiridas mediante donaciones de la comunidad. Así como tañen para todos, su origen también es comunitario y como tal deben preservarse.

EL REEMPLAZO DE 2006

Las cuatro campanas originales que se hallaban en lo alto de la torre fueron retiradas en diciembre de 2006. Con un peso que oscila entre los 40 y los 250 kilos, habían sido colocadas entre 1864 y 1893. De las cuatro, sólo una se encontraba en funcionamiento. Las otras estaban rajadas y en silencio desde hacía décadas.

El ideólogo de su remplazo fue el ex párroco local Mario Slongo, quien recurrió al Ing. Mario Bellini -el único campanero de Argentina- para instalar las nuevas campanas de 800, 520, 364 y 314 kilos, fundidas en su taller de la provincia de Santa Fe. 


Refuerzos en paredes para soportar el peso adicional. InfoCañuelas.


El padre Slongo controlando los trabajos. InfoCañuelas.

Debido a su tamaño, tres veces mayor que las originales (más los soportes de hierro que superaban los 2.000 kilos) no fue posible trasladarlas por las escaleras internas de la torre, por lo que se izaron mediante un malacate. Además, fue necesario ensanchar una ventana de la cúpula y construir un refuerzo interior de hormigón para apoyar los soportes que las sostienen. Colgarlas de la cúpula implicaba un riesgo de derrumbe.

Por la compleja ingeniería de instalación debido al reducido espacio de 6m2 en lo que trabajó Bellini y su equipo, la colocación se extendió desde el 4 al 9 de diciembre. Ese día, a las 19 hs., fueron accionadas por primera vez en forma de prueba. InfoCañuelas fue testigo de ese acontecimiento que quedó registrado en un video que compartimos con los lectores.


Bellini retirando la última campana vieja. InfoCañuelas.


Inscripción: Cañuelas, 1893. Archivo InfoCañuelas.


Bellini instalando las campanas durante la noche. InfoCañuela.

El costo de fundición, instalación y acondicionamiento de la torre rondó los 200 mil pesos que fueron donados por benefactores de la comunidad de Cañuelas.

La idea del padre Mario Slongo era exhibir los viejos bronces en un museo a inaugurar en el salón parroquial de la calle Lara, junto con imágenes de santos que habían pertenecido al antiguo templo. Su traslado a San Justo enterró ese proyecto.

El carillón cuenta con un sistema informático, similar al que se utiliza en el Vaticano, que permite componer melodías gracias al afinamiento de las cuatro piezas, que aportan notas distintas en función del tamaño. Pero desde hace varios años las campanas no suenan combinadas debido a una desprogramación del software y un deterioro de la instalación eléctrica. En las últimas semanas el cura párroco Ramón Costilla convocó a un técnico para avanzar en la resolución de ese problema técnico.


Germán Hergenrether

Escrito por: Germán Hergenrether