Leopoldo “Poldy” González es uno de los pocos músicos de Cañuelas que transitó tanto en el folklore como los orígenes del rock nacional. A lo largo de casi tres años integró el grupo Los Cantores de Llajta y luego saltó sin escalas a Los Vikings, el primer grupo beat de Cañuelas, antecesor de Los Náufragos.
¿Pero cómo nació esa carrera musical que se interrumpió de pronto por el mandato paterno que lo obligó a elegir entre dos alternativas: estudiar o trabajar?
En el viejo Canal 7 se destacaba el programa Domingos Criollos, con Pancho Cárdenas y Julio Mahárbiz, famoso por los concursos musicales que convocaban a los mejores compositores populares de la época.
“Muchos jóvenes de ese momento comenzamos a tocar la guitarra gracias a esos primeros programas de la televisión. Nos íbamos a los bosques de Ezeiza y alrededores, donde se armaban tremendas guitarreadas”, rememora Poldy.
Con sólo 14 años -junto a Alfredo Morgante, Jorge Cóppola, “Cacho” Cimadevilla y Juan Carlos Carvajal- fundó el conjunto “Los cantores de Llajta” (término quechua-aymará que significa “pago”). Esa agrupación debutó oficialmente el 10 de diciembre de 1959.
Los Cantores de Llajta: González y Carvajal (arriba); Lanfranchi y Morgante (abajo).
A los pocos meses Cóppola y Cimadevilla se retiraron siendo remplazados por Juan C. “Manito” Colombo y Jorge O. Lanfranchi. Años más tarde se sumaron Rubén Mon, Martín Blanco, Guillermo Berdini y Carlos A. Barcia en remplazo de quienes no podían continuar.
Si bien era un conjunto totalmente amateur, recorrieron toda la zona e incluso llegaron a realizar una gira de una semana por la provincia de Tucumán con presentaciones en el Canal 10 de esa provincia.
Poldy recuera que en marzo 1962 surgió una oportunidad de tocar en Radio Argentina. Los integrantes salieron a la madrugada desde la estación férrea de Cañuelas con toda la ilusión a cuestas. Al llegar a la emisora se encontraron con un soldado que les impidió el ingreso. La radio estaba intervenida por la rebelión militar que acababa de destituir al presidente constitucional Arturo Frondizi.
Junto a Los Chalchaleros, en el Club Cañuelas.
Poldy nunca realizó estudios formales de música; siempre tuvo facilidad para tocar “de oído”. Creció en el seno de una familia con inclinaciones artísticas: su madre, Nélida Yuli, era profesora de música y cantaba tangos; y su padre, Luis Antonio, tocaba el bandoneón, instrumento que abandonó cuando Leopoldo era un bebé. Las historias familiares dicen que el pequeño Poldy lloraba a mares cada vez que su padre ejecutaba el fuelle.
Tal vez por ese “trauma” infantil, Poldy nunca se dedicó al 2x4. Luego de su incursión en el folklore integró Los Vikings, el primer conjunto de Cañuelas en hacer beat rock.
LA NUEVA ERA
En 1964 Guillermo Cimadevilla convocó al lobense Gustavo Alessio, a Osvaldo Barcia, Pepe Menconi y a González para formar Los Vikings con la idea de tocar música beat, un género que hizo eclosión en los albores de la década del 60 como antesala del rock psicodélico.
El conjunto –al que luego se sumarían el primer guitarrista Osvaldo Barcia y los cantantes “Pascualito” y Jorge Mosquera– tuvo una inmediata recepción en toda la zona, con presentaciones mensuales en el Club Newbery de Lobos, Navarro y alrededores.
Los comienzos fueron más que modestos. Poldy tocaba en una guitarra criolla pintada de naranja y no tenían equipos de amplificación. Con un préstamo que les hizo el padre de Guillermo (y que fueron devolviendo con las ganancias de los primeros shows) compraron un amplificador Philips de 90 watts en el bazar de Zabal (Av. Libertad y Belgrano). El carpintero Martínez, profesor de la Escuela Técnica, les hizo unas bases de madera para la caja y la batería.
Cimadevilla, Alessio, Barcia, Menconi, González y Mosquera, fotografiados por Olga Masa.
Por recomendación de Guillermo mandaron a confeccionar trajes de lúrex y se tomaron fotos de estudio con Olga Masa, la retratista de las celebridades del momento.
El 18 de septiembre de 1965 fueron teloneros de Juan D´Arienzo en la inauguración del Club La Martona de Vicente Casares; y al año siguiente animaron el intervalo del recital de Julio Sosa y Leopoldo Federico en el Club Cañuelas.
Ese mismo año un representante de Monte Grande les consiguió una participación en la película “Nacidos para cantar” interpretada por Violeta Rivas y Enrique Guzmán. En un pasaje del film se los ve tocando la canción “Dímelo” detrás de los protagonistas. Y meses más tarde el mismo representante les consiguió un contrato importante en Mar del Palta, donde tocaron durante toda la temporada de verano de 1966, con actuaciones en Canal 8 de esa ciudad, aunque con un nombre distinto, “Los Mods”.
Cimadevilla, Menconi, González y Alessio en Mar del Plata en 1966. En el centro, Julio Mazzanti, quien no formaba parte del conjunto.
Esa experiencia en la costa les despertó la ilusión de conquistar Buenos Aires. Cimadevilla y Gustavo Alessio, los más inquietos, decidieron emigrar y probar suerte. “Alessio era el cerebro musical del grupo y Cimadevilla el del marketing, el que tenía la visión para decir hacia dónde había que ir”, recuerda Poldy sobre aquel momento bisagra.
“Me invitaron a acompañarlos –continúa– pero para mí no era fácil, no tenía familiares con los que quedarme en Buenos Aires y viajar era costoso. Además, había abandonado el secundario en la Técnica y había comenzado a trabajar en el almacén de mi papá. Incluso ya estaba comprando cosas con Margarita pensando en la que iba a ser nuestra casa. En ese momento las únicas opciones eran estudiar o trabajar”.
No pasó mucho tiempo hasta que Poldy tuvo la satisfacción de escuchar en la radio “Vuelvo a naufragar”, el primer hit de Los Náufragos grabado en la primavera de 1968. “Tengo listo mi equipaje / Mi guitarra y mí bongó / Tengo puchos para un día / Pero plata… eso sí que no / Largos días y eternas noches / Mi destino es caminar” dice esa canción que es una metáfora de la búsqueda del éxito que Cimadevilla y Alessio iniciaron con Los Vikings en Cañuelas.
Poldy siguió trabajando con su padre en el almacén que luego sería la distribuidora de vinos El Borbollón; y más tarde se convirtió en representante de Terrabussi en la zona de Navarro. “La guitarra quedó archivada en un ropero”, dice, sin nostalgia.
De aquellos años de juventud “en la vía” Leopoldo rescata “la ilusión, la amistad y el compañerismo” de toda esa banda de músicos pioneros. “Ibamos a tocar a todas partes, nos recibían como grandes artistas y nosotros nos la creíamos un poco, eh... Subíamos al escenario sin nervios, con una inmensa alegría…”.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas