11 de marzo. Cañuelas, Argentina.

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Ramón Figueroa, el español que en 1909 abrió una fábrica de cigarros en Cañuelas

Estaba ubicada en Mitre y Basavilbaso, donde previamente tuvo una sastrería. Fue un importante dirigente de la colectividad gallega.

Ramón Figueroa en una foto de 1921.

Ramón Figueroa en una foto de 1921.

Entre fines del siglo XIX y principios del XX Cañuelas recibió un aluvión de inmigrantes españoles que se dedicaron especialmente al comercio. Según el segundo censo nacional de 1895, el partido tenía 6.722 habitantes de los cuales 1.480 eran extranjeros. La colectividad española era la segunda en volumen detrás de la italiana (1).

Uno de esos pioneros fue Ramón Figueroa, quien dos décadas después de su arribo a Cañuelas inauguró la fábrica de cigarros “Los Andes”, la primera que funcionó en el pueblo. Estaba en Mitre y Basavilbaso, un solar de cuya construcción original nada sobrevive.

De acuerdo a los registros y material de archivo reunidos por InfoCañuelas, Ramón era hijo de Fidel y María Vilas. Nació en 1859 en Lestrove, una aldea que hoy ronda los 600 habitantes, perteneciente al municipio de Padrón, provincia de La Coruña, en la comunidad autónoma de Galicia. Llegó al país en 1888 radicándose en el cuartel IV, la zona rural que se extiende desde La Noria hacia Gobernador Udaondo.

El censo nacional del 10 de mayo de 1895 lo ubica como empleado en el almacén “La Leonor” de José Jamardo, también español. Era un emporio de ramos generales sobre el camino a Udaondo donde se podía conseguir desde alimentos y bebidas hasta cueros, lana, artículos de ferretería, librería, tocador, bazar, calzado, indumentaria, ropa de cama, telas, herramientas, ladrillos, pintura, madera, maquinaria, muebles, armas, municiones y pólvora.

En el mismo comercio trabajaban Miguel E. Mozotegui, el francés Pedro Lamperriere y otro español, Jesús María Tellado, quien poco tiempo después abriría el famoso almacén “La Bola de Oro” en el centro de Cañuelas.

En el censo de 1895 Ramón Figueroa aparece entre los dependientes del almacén de Jamardo. Archivo InfoCañuelas.

En el censo de 1895 Ramón Figueroa aparece entre los dependientes del almacén de Jamardo. Archivo InfoCañuelas.

Todo parece indicar que con su sueldo de dependiente en “La Leonor” Ramón pudo ahorrar, progresar e independizarse, algo que no era nada extraño en la época. El 12 de septiembre de 1902 se casó en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen con Mercedes Gutiérrez. Tuvieron dos hijos: Eduardo Fidel y María Amelia Teodolina. Para entonces ya era propietario de casi un cuarto de manzana en la intersección de Mitre y Basavilbaso.

“Mucho nos alegramos del progreso del Sr. Figueroa, acreditado comerciante de Cañuelas, que además de su antigua sastrería, estableció un negocio de cigarrería y fábrica de cigarros de hoja” informaba el semanario Nova Galicia en su edición del 28 de febrero de 1909 (2).

Durante más de un año este periódico dirigido a los gallegos residentes en Argentina y Uruguay publicó un aviso comercial de la fábrica cañuelense, que se especializaba en la manufactura de cigarros rabillos para el consumo popular, vendidos bajo la marca “Los Andes”. El prolongado tiempo del auspicio indica que tuvieron una cierta continuidad e inserción en el mercado.

Aviso de la fábrica de Cañuelas en el periódico Nova Galicia. Diciembre de 1909.

Aviso de la fábrica de Cañuelas en el periódico Nova Galicia. Diciembre de 1909.

En el libro El tabaco, su cultivo y elaboración (P. F. Izquierdo, 1869) hay una concisa explicación de lo que eran los cigarros rabillos: “Su fabricación generalmente está encomendada a mujeres. Para ello tienen delante de sí, envueltas en un paño, a fin de que no se sequen, las hojas que han de servir de capa. Toman la suficiente cantidad para formar un rollito de forma y grosor acorde a una medida llamada vitola. Cortan las puntas a la misma medida y arrojan el manojito de tripa sobre una capa cortada y extendida en el tablero, la cual se adhiere al cigarro y lo deja envuelto, terminándose el cierre por una especie de retorcido en la punta, llamado rabillo, pero éste no existe en los buenos cigarros imperiales y otros, debiéndose la adherencia al jugo mismo de la hoja. Los cigarros, después de hechos, se ponen a secar, a orear y luego se clasifican por clases y colores para encajonarlo y empaquetarlos, según el uso a que están destinados. Los colores más comunes de clasificación son los de primera y segunda amarillo; primera y segunda colorado claro; primera y segunda colorado oscuro; primera y segunda pajizos” (3).

La noticia de la apertura de la fábrica en el semanario Nova Galicia, febrero de 1909.

La noticia de la apertura de la fábrica en el semanario Nova Galicia, febrero de 1909.

Mecha Figueroa, una de las tres nietas de aquel comerciante e industrial tabacalero, lamenta no haberlo conocido ni tener detalles de su vida más allá de algunas referencias que escuchó en su niñez. Sólo sabe que la propiedad se extendía desde Mitre 375 hasta la esquina de Basavilbaso, el mismo lugar donde primero funcionó la sastrería. A un costado estaba la vivienda familiar.

Respecto a la fábrica, Mecha supo que tenía algunos empleados, entre ellos María Amelia, una hermana de Ramón, y una vecina de apellido Colombini.

No hay registros fehacientes sobre los últimos años de Figueroa. Los relatos que se transmitieron de boca en boca sostienen que murió hacia 1922 en la Capital Federal, atropellado por un tranvía. Después de su muerte el amplio solar se fue vendiendo por partes, para pagar deudas de impuestos.

La esquina donde estaba la fábrica de cigarros Los Andes.

La esquina donde estaba la fábrica de cigarros Los Andes.

Miembro de la Sociedad Española


La Asociación Española de Socorros Mutuos de Cañuelas se fundó el 18 de febrero de 1883 (4), aunque otras fuentes indican que surgió al año siguiente. Más allá de esa disquisición, lo cierto es que sus iniciadores fueron los más importante comerciantes y chacareros de la época, como Francisco Bustelo, Emilio Argüelles, Agustín Ogando, Teodoro Gandía, Santiago Diez de Isla, Benigno Espeldoy, Andrés B. Iglesias, Martín Iglesias, Manuel Sánchez, Luis Soto, Jacinto Castelltort, Martín Montes, Luis Rabanillo, Pedro Mom, Raymundo Pérez, Domingo Aguirre, Antonio Elguero, Manuel Molinueva, Amador Villa Abrille, Manuel Bustelo, Isidro Fernández, José María Aguirre, José Machiale y el ya mencionado José Jamardo, presidente en los ejercicios 86, 87 y 88.

Cuando Ramón Figueroa llegó a Cañuelas, la Sociedad Española ya estaba plenamente constituida y rápidamente se sumó a participar en ella. En el balance de 1891 aparece como uno de los 97 socios activos de la institución que acababa de comprar la casa de Rivadavia y Basavilbaso para convertirla en sede social. Miguel Nemesio de Uribelarrea era otro de los vecinos ilustres que figuraba en el listado (5).

Registro de Extranjeros de Ramón Figueroa, 1921. Gentileza Mecha Figueroa.

Registro de Extranjeros de Ramón Figueroa, 1921. Gentileza Mecha Figueroa.

Más adelante, en 1908, Ramón fue designado pro tesorero del Centro Galaico de Barracas al Norte, más conocida como “Unión Gallega”, importante sociedad que se ocupaba de conseguirles una vivienda o un trabajo a los gallegos que recién llegaban al país (6). De esta manera les devolvió a sus paisanos la ayuda que él mismo recibió de gente como Jamardo cuando en 1888 desembarcó con la esperanza de un porvenir.

Mecha no olvida que siendo niña jugaba con una cajita de madera que contenía algunas medallas de su abuelo, testimonio de su participación en las entidades españolas. Aún conserva una de esas insignias de bronce como valioso tesoro. También guarda un manual de corte y confección que don Ramón utilizaba para copiar moldes y las tijeras que usaba en su oficio de sastre antes de volcarse a la cigarrería. Recuerdos tangibles de otras vidas y de un personaje que, como el humo del tabaco, se disipó en los tiempos. 

Manual y tijeras que Ramón Figueroa utilizó en su período de sastre. Foto gentileza Mecha Figueroa.

Manual y tijeras que Ramón Figueroa utilizó en su período de sastre. Foto gentileza Mecha Figueroa.

Fuentes:
(1) Censo Nacional de 1895.
(2) Nova Galicia, “Periodico semanal para los gallegos en la Argentina y Montevideo". Núm. 276. pág. 2, 28 de febrero de 1909. Hemeroteca de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
(3) "El Tabaco, su cultivo y elaboración". Pablo Fernández Izquierdo, Madrid, 1869, pág. 14.
(4) Guía General de los Españoles en las Repúblicas del Río de la Plata, Ángel Román Cartavio, pág. 374. Buenos Aires, 1891.
(5). Ídem, pág. 376.
(6). Revista El Primitivo. Buenos Aires, Edición Nro. 29, 1 de abril de 1908.

 

Escrito por: Germán Hergenrether