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22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Se vende La Garza Mora, histórico restaurante que nació con el barrio Peluffo

Fue inaugurado en 1948 y en 2003 fue declarado patrimonio cultural de Cañuelas. Ahora está en venta por 450 mil dólares.

Restaurante La Garza Mora.

El 10 de agosto de 1948 se inauguró en el km. 56 de la Ruta 3 el núcleo poblacional conocido como “Barrio Parque Peluffo”. Estaba conformado por un centenar de parcelas equipadas con usina eléctrica, un horno de ladrillos, una estación de servicio YPF, taller mecánico y una hostería construida por Tito Garavaglia, bautizada “La Garza Mora”, con su comedor y salón de té.

Con el transcurso de los años “La Garza Mora” se convirtió en un emblema regional por el que pasaron varios emprendedores gastronómicos que la transformaron en leyenda. Primero fue la familia Massara, luego Cherutti y Urquía hasta que llegó Miguel Bianchi, quien estuvo casi 25 años al frente del comercio, desde 1994 hasta 2018.

Con la despedida de Bianchi los locales fueron subastados en remate judicial (hubo otra sentencia de remate en 1981 por una deuda del concesionario con el Banco de Quilmes). El comprador, José Axt, ordenó la documentación y si bien el lugar sigue en funcionamiento, hace unos meses decidió poner todo el complejo en venta.

En diálogo con InfoCañuelas, Axt explicó que la propiedad, de unos 3.800 m2, incluye el restaurante, el local de la YPF (donde ahora hay una panadería), un galpón que funciona como lavadero y engrase más un chalet con dos departamentos. 

El inmueble, declarado patrimonio cultural de Cañuelas, aparece en varias plataformas con un valor de venta de 450 mil dólares. Los interesados pueden comprar el bloque unificado o subdividido.

“Vendo Excelente Propiedad para negocio. Cuenta con dos departamentos, galpón, dos locales, lavadero. Antiguamente era un restaurante llamado La Garza Mora” es el escueto resumen del aviso publicado en Mercado Libre. Dos líneas que poco dicen sobre su rica historia.


Vestigios de la estación YPF. Archivo InfoCañuelas.

LOS ORÍGENES

El ideólogo del barrio conformado por quintas de fin de semana para las familias de clase media-alta fue el Ing. Agrónomo Vicente Antonio Peluffo. Su padre, también Vicente, había sido pionero de la fruticultura argentina y fundador de la semillería Peluffo y Cía., la más importante del país. De allí salieron los árboles y frutales que el paisajista Charles Thays utilizó para poblar los parques públicos y estancias de las familias más acaudaladas del país.

El joven Vicente Antonio se dedicó a la ganadería y a los loteos en la provincia de Buenos Aires, en los que invirtió la fortuna heredada de su padre. Fue así como hacia 1940 le compró a la viuda de Grassi un total de 134 hectáreas de la chacra Santa Clara ubicadas en el km. 56 de la Ruta 3. 


Nota sobre Vicente Peluffo. Revista Atlántida, 1941.

El remate de las primeras parcelas del barrio parque Peluffo se realizó en 1946 y mientras la empresa constructora de Tito Garavaglia edificaba los primeros chalets de ladrillos a la vista, Vicente Antonio tuvo la idea de jerarquizar el complejo con una estación de servicio, taller mecánico, una usina eléctrica propia de 220 volts, hostería y restaurante.

El barrio tenía conexión directa con la Capital Federal a través de la ruta 3, pavimentada en 1938, por donde circulaban dos servicios de micros: los pullman del expreso Liniers y la compañía La Estrella.

Al igual que la Confitería La Martona, sobre Ruta 205, La Garza Mora fue además un salón de eventos donde las familias de la zona se reunían para celebrar casamientos, cumpleaños y fiesta de fin de año.


ENTRE MARADONA, GÁLVEZ Y OTRAS CELEBRIDADES

En la década del ´60 los hermanos Gálvez alquilaron el taller mecánico del barrio Peluffo en el que preparaban sus autos de carrera. Precisamente Oscar Alfredo Gálvez sufrió un grave accidente cuando salió a probar una de sus máquinas.

“Fue en el '65 cuando probaba un coche en la ruta N 3 de Cañuelas a Lobos. Venía a fondo y en eso paso un camión y se me viene un micro encima. Claro, el chofer no imaginó que venía a más de 200 por hora. Yo pensé: si sigo me lo trago. Así que giré a la derecha y me tiré a la zanja. El auto dio tres vuelcos. Al primero se abrió la puerta, al segundo se arrugó contra el suelo, y menos mal que tenía el cinturón. De cualquier forma la presión fue tan fuerte que me desmayé. Cuando reaccioné, en la clínica de Cañuelas, me dije: ´Estoy vivo, me salvé otra vez´. Después me trajeron al Italiano y me enyesaron la espalda y la cabeza” contó Gálvez, ya retirado de las pistas, en una entrevista con la Revista Gente N° 478 publicada el 19 Septiembre 1974.


Bianchi y familia en La Garza Mora.

Miguel Bianchi, concesionario del restaurante durante casi 25 años, fue protagonista y testigo privilegiado de lo que presentaba La Garza Mora para los vecinos de la zona y el público de paso. Desde el sanatorio Finochietto, donde se encuentra internado a la espera de un trasplante de pulmón, habló con InfoCañuelas.

“Siempre venían las familias del barrio, como el profesor Moya o el escribano Ganduglia, cuyo padre había sido médico de Boca. También solía venir el ministro Mera Figueroa (por Julio, ministro del Interior de Carlos Saúl Menem). Venía mucha gente del gran Buenos Aires algunos eran clientes generación tras generación. Y por supuesto mucha gente de Cañuelas y clientes de paso. Siempre se trabajó muchísimo hasta que se hizo la ruta de doble mano, ahí me mataron porque ya no se podía cruzar la ruta, entonces se iban a comer a Cañuelas. Pero antes de eso era terrible lo que se trabajaba”. Y haciendo una pausa no dudó en afirmar que sus años en el restaurante fueron “los mejores de mi vida”.

En marzo de 2004 Bianchi tuvo un cliente fuera de lo común: Diego Armando Maradona. El astro acababa de regresar de Cuba tras su ruptura con Guillermo Cóppola y durante algún tiempo tuvo como representante al empresario uruguayo Oldemar “Cuqui” Bareriro Laborda, dueño de Lo Jack y del haras Tobelma, ubicado justo frente a La Garza Mora. Maradona se hospedó allí durante algunas semanas y si bien no iba al restaurante, Bianchi cruzaba la ruta y le alcanzaba diariamente una vianda.

“Maradona me llamaba por un Nextel y me encargaba lo que quería, así que todos los días al mediodía y a la noche yo le alcanzaba la comida hasta la tranquera”.


Placa que declara el edificio de interés cultural.

El salón también sirvió para ambientar uno de los episodios de la serie argentina “Mujeres asesinas”; y en sus exteriores se rodaron algunas escenas de la película “Dos amigos y un ladrón” (2007), con Marcelo Mazzarello, Jean Pierre Noher, Coco Silly y Carla Conte.

En 2003, por pedido de Susana Frasseren y Pablo Garavaglia (Rancho Los Uncalitos) junto al vecino Armando Waisberg, el complejo se declaró de interés cultural. La resolución fue adoptada mediante el decreto 432/03 firmado por el intendente Héctor Rivarola. También hay una ordenanza impulsada por Frasseren durante su gestión como directora de Cultura que incluye este lugar en los principales sitios de valor patrimonial del partido de Cañuelas.

Tantas historias, tantos personajes que anidan en la memoria de los cañuelenses merecen preservarse.


Germán Hergenrether

Escrito por: Germán Hergenrether