Un generalizado pesar causó el fallecimiento de Aída Catalina Urruti, una de las docentes más reconocidas en el partido de Cañuelas por su labor como maestra del nivel primario y subregente del Departamento de Aplicación.
Nacida en Cañuelas el 12 de marzo de 1942, falleció el 6 de septiembre en el Hospital Cuenca, donde se encontraba internada con un cuadro de neumonía.
Aída integró la primera camada de maestras egresadas de la Escuela Normal José Manuel Estrada.
Comenzó como maestra rural en Máximo Paz en una época de escaso transporte y caminos inaccesibles que la obligaban a usar un sulky para llegar los lugares más apartados.
Posteriormente se sumó al plantel del Departamento de Aplicación, primero como maestra de 2do. grado y luego dictando Matemática en 6to. y 7mo. Además, durante varios años ejerció el cargo de subregente.
En alguna época, trabajando en doble turno, se desempeñó como maestra en la Escuela 27, secretaria en la Escuela 1 y bibliotecaria en la Escuela Media 2, durante la gestión de María Lydia Torti.
Su amiga y compañera en las aulas, Noemí Caeiro, la recordó como “una docente que amaba su profesión, que dejó el alma por los chicos y que era muy colaboradora con sus compañeras”.
Sobre su vínculo con los alumnos, destacó: “Era muy severa y exigente; hoy mucha gente se lo agradece porque gracias a ella pudieron aprender. Para el que realmente quería aprender, era la mejor maestra”.
Luego de jubilarse presidió la Asociación de Docentes Jubilados. Además, trabajó en la Comisión del Hogar de Ancianos San José, institución a la que solía concurrir para conversar con los abuelos o para colaborar en la organización de los almuerzos.
Aída junto a hijos y nietos en un homenaje.
El 11 de septiembre de 2016 recibió un premio a la trayectoria otorgada por la FEB, junto a María Estela Malcorra y Nora Garavaglia.
En sus últimos años solía colaborar con el equipo de las Olimpíadas Ñandú preparando, en forma ad honórem, a los chicos que competirían en Matemática.
Tuvo tres hijos: María Laura, Marcelo y María Florencia Pelereteguy, quienes le dieron diez nietos: Delfina, Victoria, Lorenzo, Pilar, Tomás, Álbaro, Felicitas, Amparo, Lázaro y Alfonso.
Perteneciente a esa legión de maestros caracterizados por su severidad, quedará en el recuerdo de varias generaciones de cañuelenses por su vocación y su indeleble sonrisa.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas