La comunidad educativa del colegio privado El Jacarandá se congregó este frente a la sede de la calle Brandsen para hacer visible la gravísima crisis financiera que atraviesa la institución.
Si bien desde hace dos años había retrasos en el pago de sueldos, la situación empeoró en los últimos meses al punto que a gran parte del plantel docente se le adeuda tres sueldos completos. Frente a ello se realizó un paro de actividades, un abrazo simbólico y una movilización hacia la plaza central de la ciudad.
La movilización estivo acompañada por dirigentes del gremio SADOP con el acompañamiento de ATE Cañuelas, la CTA y CGT.
Los delegados de SADOP fueron recibidos por Marisa Fassi a quien le entregaron una carta que describe el dramático presente del centro educativo. “La Intendente se ofreció a gestionar ante las autoridades educativas provinciales todo lo que esté a su alcance para encauzar la situación. Mañana volvemos a las aulas normalmente y vamos a ir viendo cómo evoluciona el tema”, dijo a InfoCañuelas el delegado del nivel secundario, Juan Martín Barbas.
El Jacarandá fue fundado en 2006 por el Prof. Alberto Rolón con la impronta de un colegio inclusivo, enfocado en las inteligencias múltiples. Tiene unos 120 alumnos distribuidos en los tres niveles y un equipo de 42 trabajadores entre docentes y auxiliares.
Por demoras propias en la tramitación, recién este año el colegio obtendría el número de matrícula definitivo otorgado por la Dirección de Educación de Gestión Privada (DIEGEP). Una vez obtenido ese número las autoridades del colegio estarían en condiciones de gestionar un subsidio ante el gobierno Provincial para contribuir al pago de sueldos.
LA CARTA A MARISA FASSI
El motivo de la presente carta es ponerla al corriente de la angustiante situación que venimos atravesando los trabajadores y las trabajadoras del Centro Educativo El Jacarandá. Confiamos en su buena voluntad y capacidad para encontrar una solución ante la problemática que expondremos a continuación.
Desde hace años el Centro Educativo el Jacarandá viene arrastrando importantes dificultades económicas, provocadas por una multiplicidad de factores (malos manejos financieros, desorganización administrativa, etc.). Todo esto ha impactado negativamente en el cobro de nuestros salarios y en el cumplimiento de las obligaciones legales por parte de nuestro empleador, el señor Alberto Rolón. Para quienes nos desempeñamos en el Jacaranda, hace tiempo que se volvió parte de la cotidianidad el cobrar nuestros sueldos con semanas de atraso, y el ver que nuestros aportes (jubilatorios, de obra social, etc.) no se efectivizan como corresponde.
A pesar de todo eso, los trabajadores y las trabajadoras docentes y no docentes hemos continuado realizando de manera ininterrumpida nuestras tareas, garantizando la continuidad educativa de decenas y decenas de estudiantes, y sosteniendo el funcionamiento de la institución en base a nuestro propio sacrificio. De igual manera, hemos demostrado sobrada paciencia y la mejor de las predisposiciones para encontrar alguna solución que permita la continuidad de este proyecto educativo, fuertemente inclusivo y con una perspectiva pedagógica innovadora para Cañuelas. En este sentido, queremos remarcar que al menos desde el año 2022 venimos participando de instancias de diálogo y negociación (asambleas, reuniones con delegados, audiencias en el Ministerio de Trabajo, etc.) con los propietarios de la institución, sin que en las mismas haya surgido algo más que respuestas dilatorias y promesas nunca cumplidas.
Sin embargo, en los últimos meses se ha producido un franco agravamiento de las condiciones anteriormente señaladas. A pesar de contar con la asistencia del Estado (a través del Plan de Promoción, Preservación y Regularización del Empleo) los atrasos en el pago de los salarios se hicieron cada vez mayores, al punto tal que al día de hoy a muchos de nosotros y nosotras nos adeudan aproximadamente el equivalente a tres sueldos completos. Como comprenderá, semejante nivel de atraso salarial en un contexto económico caracterizado por una inflación desbocada y la desregulación absoluta de los precios resulta insostenible.
Al día de hoy, los trabajadores y las trabajadoras del Centro Educativo El Jacaranda estamos intentando sobrevivir, en pleno marzo, sin haber cobrado aún nuestro sueldo de diciembre. Todo esto redunda en que tengamos compañeros y compañeras que ya no pueden afrontar el pago de los servicios públicos, la cuota de la obra social, la compra de útiles para sus hijos o incluso el sostenimiento de tratamientos médicos. Se ha vuelto habitual para nosotros y nosotras tener que financiar con tarjeta de crédito hasta la compra diaria, el pedir plata prestada a familiares o amigos, o el recurrir directamente a préstamos bancarios con los consiguientes costos que ello acarrea.
Es frente a semejante panorama que recurrimos a usted. En los últimos años, en reiteradas oportunidades ha manifestado un fuerte compromiso con el desarrollo de la educación en Cañuelas, llegando a convertir esto en una de las principales banderas de su gestión. Por esta razón confiamos en que realizará todas las gestiones necesarias para evitar el cierre del Jacarandá, asegurar la continuidad del proyecto educativo y alcanzar una pronta solución para la situación que estamos atravesando. De ello dependerá el sustento de más de cuarenta familias trabajadoras, y la posibilidad de que un centenar de niños, niñas y adolescentes puedan seguir estudiando en la escuela que han elegido.
Muchas gracias por su tiempo.
Atentamente, trabajadores y trabajadoras del Centro Educativo El Jacarandá.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas