Tamara -la estudiante de cuarto año de la Escuela Secundaria Nro. 4 del barrio Libertad que la semana pasada fue víctima de una violenta situación en una clase de matemática- habló sobre el incidente y sobre sus ganas de irse a otra escuela debido a los continuos conflictos que no tiene resolución por parte de las autoridades educativas.
En una charla con InfoCañuelas contó que el martes de la semana pasada concurrió a clase como todos los días y que en el ingreso se cruzó con dos compañeros que viven en el barrio Libertad (hermanos entre sí) quienes le dijeron que lo iban a agarrar “a tiros en las piernas” a su hermano.
“Con estos pibes siempre hay problemas porque se burlan de todos, a mí me dicen todo el tiempo que soy ´gorda´. Cerca de las 9 de la noche, estando en la clase de matemática, empezaron otra vez a tratarme de gorda y a decir cosas de mi hermana. Me paré y le dije que dejara de hablar de mi familia y que si tenía un problema con mi hermana, que lo arreglara con ella, porque no estaba presente. Cuando me senté, uno de los hermanos se acercó hacia mí y me escupió en la cabeza. Cuando me toqué, tenía todo lleno de saliva, y él se moría de risa. Entonces no aguanté más, agarré una botellita que tenía un poco de agua y se la tiré. Ahí se me vinieron los dos hermanos encima, primero uno me pegó una trompada en un ojo y después me pegó el otro en el otro ojo. Me dejaron los ojos negros”.
Asustada por la situación, la profesora de matemática (era su primer día de trabajo en el curso) salió al pasillo a pedir ayuda. Entonces apareció el director, Jorge Monteiro, quien llevó a la estudiante a Dirección y luego llamó a la madre de los hermanos para que los retirara.
“Cuando estuve con el director le dije muchas cosas. Que no aguantaba más el bullying. Que me quería ir del colegio” recordó Tamara y contó que ya se lo había planteado en otras oportunidades. “Más de una vez le dije que me quería ir porque yo quiero estudiar y recibirme, pero que así no se puede. Antes vivía en el barrio Libertad y ahora vivo en el Primero de Mayo. Le expliqué que me quedaba más cómodo ir a otra escuela más cerca de mi casa, pero me pidió que me quedara, porque soy alumna destacada y querían que continuara en la 4”.
“Llorando la llamé a mi mamá para que me fuera a buscar. Llegó enseguida y le conté. Ella consideraba que el caso era grave y que había que hacer la denuncia en la policía pero el director le dijo que mejor llenara una planilla del libro. En ningún momento la apoyó en hacer a denuncia. A mí me dijo que me quedara tranquila, que los chicos no iban a volver al colegio. El tema es que yo estoy en mi casa, sin poder ir al colegio, y estos pibes ya volvieron, como si nada, y encima se la pasan fumando porro en los pasillos sin que nadie se los impida. Hay muchos pibes que fuman, no lo vamos a negar, pero lo hacen afuera del colegio. Hay cosas que se tienen que respetar. Pero estos pibes hacen lo que quieren. Incluso han estado armando porros dentro del salón”.
Esta mañana la estudiante le mandó un mensaje al director: “Jorge, ellos volvieron al colegio y yo no puedo ir. ¿Le parece justo? Ellos en el colegio fumando porro y yo en casa, cagándome de infeliz”. “Todavía no fue capaz de contestarme”, lamenta Tamara.
A todo esto la chica, de 16 años, agrega que muchas veces no hay directivos presentes. “Ese día el director estaba porque la preceptora no había ido, pero en general no hay directivos. Tampoco tenemos vicedirector ni secretario. La preceptora es la que está siempre. Es una preceptora nueva, hace menos de tres meses que está, y para ella todo esto es muy abrumador porque el colegio donde estaba antes era mucho más tranquilo. Para que tengan una idea, el primer día que trabajó con nosotros, estos pibes la hicieron llorar”.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas