(Por Mirta Etcheverry*) Al recorrer la historia se encuentra a las escuelas como algo natural, aunque lo cierto es que no siempre existieron; sus orígenes se remontan a la Modernidad y su instalación como tal fue un movimiento mundial. Fueron concebidas para que las personas que pasaran por sus aulas contaran con herramientas, haciendo uso de la razón por sobre cualquier otra actividad.
Pablo Pineau, historiador argentino y especialista en educación, cuenta que en todos los rincones de la tierra civilizados se dio este fenómeno de la creación de las instituciones educativas cuyo objetivo era la transmisión de conocimientos recortados de la realidad, que de manera uniforme se dieran simultáneamente a un grupo importante de seres humanos.
Esa magia es uno de los pilares que le ha permitido sostenerse en el tiempo; la sistematización de los mecanismos para que por un determinado número de horas se encuentren distintas edades agrupadas como tales, en distintos ambientes, con la presencia de un adulto que haya demostrado ante otros que puede conducir el proceso educativo.
Un preciso sistema de acreditación de saberes es lo que permitirá el recorrido por el nivel y acceder a otros de mayor complejidad.
Esto es lo que constituye el Sistema Educativo, con una estructura piramidal y vertical que fue pensada a mediados del 1800 y que aún perdura, con los distintos currículos que respondieron a las diversas épocas, pero que siguió asegurando un espacio de poder político, porque no es neutral lo que se enseña ni los autores que se presentan como tampoco los temas que no se tratan en el interior de las aulas.
Primeramente las escuelas surgieron para formar a los ciudadanos en los nuevos estados nacionales. Concretamente en la Argentina fue necesaria la sanción de leyes que ordenaran a todas las familias a que enviaran a sus hijos e hijas a la escuela.
La masificación del ingreso a la escuela primaria fue el primer escalón y sueño hecho realidad por los próceres de fin de siglo. Y permitió a muchos el ingreso a otro nivel, el secundario, siendo éste un puente fundamental para el acceso a la universidad y constituir una nueva clase social. Sólo hay que leer "M´hijo el doctor" de Florencio Sánchez y analizar en el entramado teatral la presencia incipiente de la clase media.
El Sistema Educativo, continente de las escuelas, copia de la estructura militar mucha de sus prácticas y fue claramente prescriptivo la imitación de las figuras heroicas de las historia en los actos escolares.
¿Quién no marchó como un soldado de San Martín? ¿A quién no le emblanquecieron la cabeza y tejió como Paula Albarracín de Laguna? ¿Cómo fue la Historia que se enseñó? ¿Cómo se denominó al alumno que abandonó sus estudios? Aún en la actualidad se lo llama desertor.
Son muy fuertes las impresiones que aún se encuentran, vestigio de ese fuerte modelo. Por eso la resistencia.
El tema permite desarrollar una segunda parte, donde podría analizarse la presencia del cuerpo docente en la Resistencia de la Escuela y cómo pudo sostenerse ante los fuertes cambios, reformas, leyes y medidas económicas.
(*) Mirta Etcheverry es profesora en Ciencias de la Educación, en Retardo Mental y en Estimulación Temprana; licenciada en Gestión Educativa; actualmente cursa la especilaización en Nuevas Infancias y Juventudes. Además es directora del nivel Polimodal de la Escuela José Manuel Estrada.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas