“Hoy es un día triste… Mi seño se fue al cielo. Pertenezco al primer grupo que tuvo como alumnos y nos acompañó hasta 3ero. La quería tanto que la elegí madrina de Confirmación. Cuando llegué como maestra, ella me tomó de la mano y me ayudó muchísimo. Siempre con una sonrisa, un chiste o una palabra de aliento”.
Mensajes como éste se multiplicaron en las redes sociales ante el inesperado fallecimiento de María Inés Lodigiani, ocurrido el 28 de marzo.
Docente de gran trayectoria en la Escuela Santa María de Cañuelas, María Inés comenzó sus estudios primarios en la Escuela 1, los completó en el Departamento de Aplicación y finalmente cursó el magisterio en la unidad académica José Manuel Estrada. En 1975 egresó como profesora de Enseñanza Primaria.
Ese mismo año comenzó a trabajar como maestra de grado en la escuela Santa María, convocada por el padre Antonio Gatti, la hermana Ercilia de la Congregación de Hermanas Dominicas y por la Sra. Telma Garavaglia. Se desempeñó en forma continua hasta su jubilación, en 2005.
En 1977 la Junta Catequística Diocesana de San Justo le extendió el título de Maestra Catequista, desempeñándose en la parroquia, en su hogar y en el Colegio.
Nacida el 23 de octubre de 1954 en el seno de una familia trabajadora conformada por su papá Carlos Lodigiani, su mamá Elsa del Carmen Cuchetti y su hermana Graciela del Carmen, con quienes vivió siempre en cercanía compartiendo su profunda religiosidad.
En 1978, a los 23 años, se casó con Néstor Garavaglia (hace pocas semanas, el 18 de febrero, celebraron los 43 años de matrimonio) con quien tuvo dos hijos: Juan Luis (41) y José Carlos (Pepe) (39), quienes les dieron 4 nietos que alegraban sus días: Francisco (16), Ignacio (5), Pilar (5) y Manuel (1).
Ya jubilada, por las tardes, junto a su hermana y su mamá, mientras disfrutaban de los nietos de ambas, realizaban manualidades (María Inés amaba pintar), en un emprendimiento que denominaron “Nuestro Estilo” y que desarrollaron hasta aproximadamente el 2015.
Devota de la Virgen y de una arraigada religiosidad, pudo recorrer en los últimos años de su vida varios sitios marianos, junto a su esposo, su hermana y amigas.
Dueña de una sonrisa franca y cálida y de un carácter alegre, supo brindar aliento a quienes lo necesitaban, sembró en sus alumnos y todos cuantos la frecuentaban un profundo amor a Dios y al prójimo. Paradojas de la vida, su fallecimiento se produjo un Domingo de Ramos, una de las fechas más caras al sentimiento de los católicos.
Hacía 15 años -con mucho valor y una actitud inquebrantable- había atravesado y superado una dura prueba de salud. Falleció en su casa el 28 de marzo, acompañada por su esposo, sus hijos y los médicos de la familia. Dejó en sus familiares y amigos el mandato implícito de recordarla con una sonrisa y con la alegría de saber que vivió una vida en plenitud.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas