Con la delicadeza de una mariposa y la firmeza del acero, María Ferro hace de la piel el lienzo más preciado para volcar su arte. Sabe que un tatuaje es para toda la vida e inspira seguridad a la hora de elegir un diseño sin dejar a un lado el cariz místico del tattoo y la confianza que la gente deposita en ella. "Vestir la piel de alguien por el resto de su vida es una tarea de mucha responsabilidad -narra María-; es muy fuerte la confianza que te deposita la persona y eso enriquece mi espíritu y me abre la mente".
Apasionada por su profesión, la artista cañuelense afirma que en el momento de tatuar "se crea una atmósfera muy especial; alguien te brinda algo muy preciado, la piel...y yo soy la encargada de llevar a cabo su idea, su más íntimo sentimiento, algo que marcó a esa persona en su vida... y grabarla sobre su cuerpo, no existe nada más en ese momento, es un clima casi místico".
Hace algunos años logró ingresar al mundo profesional del tattoo no sin antes demostrar sus habilidades. En la actualidad trabaja en la afamada galería porteña Bond Street, en Avellaneda y el resto de su tiempo en el pequeño estudio que posee en la ciudad de Cañuelas.
COMIENZO
Dio sus primeros pasos hace siete años tras realizar un curso con un cirujano plástico destinado a tapar cicatrices y a disimular defectos y marcas post cirugías. También la micropigmentación -maquillaje permanente- la acercó a la técnica del tatuaje mediante la definición de labios, cejas y párpados.
Este conocimiento le abrió nuevos caminos donde pudo volcar su inquietud artística.
"Teniendo la técnica de manos de un profesional, me volqué al tatuaje artístico, ya que me daba más campo para crear, aunque sigo haciendo micropigmentacion, el tatuaje me permite jugar con sombras, mezclar colores, crear mundos", sostiene María.
Al universo del art tattoo llegó de la mano de Norberto Pineda que tenía un local en Lavalle y Florida. Con él aprendió las técnicas del tatuaje y del body piercing. A partir de entonces ingresó a la galería Luxor y desde hace dos años trabaja en la Bond Street, un centro comercial underground ubicado en Santa Fe 1670.
"Lo que me gusta de trabajar en la Bond Street es que estamos en permanente competencia en cuanto a la calidad de los trabajos; allí laburan tatuadores con experiencia, reconocidos internacionalmente, participamos en convenciones y concursos.... eso te hace mejorar tu estilo día a día", explica.
Más allá de esta experiencia, María asegura que no hay diferencias importantes entre los grandes centros urbanos y su pequeña ciudad a la hora de hacer su trabajo: "En Buenos Aires la gente pide diseños más grandes, más trabajados... pero en Cañuelas también los pibes se animan a tatuajes jugados".
INFOCAÑUELAS
Escrito por: Redacción InfoCañuelas