Mediante el decreto 579/24 firmado el pasado 15 de octubre, el Ejecutivo Municipal aprobó la localización del barrio privado de polo “Cañuelas Village” a emplazarse en las parcelas 34e, 35a y 35b de la Circunscripción II de Cañuelas, sobre los campos de la antigua estancia San Martín. La aprobación definitiva estará sujeta a la sanción de una ordenanza por parte del Concejo Deliberante.
En una extensión de aproximadamente 550 hectáreas la empresa South Patagonian desplegará un desarrollo inmobiliario con chacras de distintas dimensiones y canchas de polo. La superficie a explotar incluye parte del Monte de la Virgen y el sector donde se ubica la Confitería La Martona, sobre la Ruta 205.
En el loteo no están incluidas entre 50 y 60 hectáreas que conforman el casco de la estancia, declarada Patrimonio Histórico Nacional por medio del Decreto 262 del 20 de marzo de 1997, a partir de un expediente iniciado por la Comisión Nacional de Museos.
La aprobación del proyecto urbanístico se anunció con un acto en el casco de la estancia San Martín, en el que participaron la intendente Marisa Fassi, representantes de las empresas inversoras Eidico y South Patagonian; y referentes de la Fundación Instituto de la Leche (FIL), entidad legataria de la estancia que perteneció a don Vicente Lorenzo Casares.
En ese marco, la jefa comunal ponderó el avance del polo, al que definió como una “industria sin chimenea” capaz de atraer inversiones y fomentar el turismo en la región.
Jorge O´Reilly, director de Eidico, puso en relieve la gran cantidad de puestos de trabajo que generará el proyecto en áreas relacionadas con la cría de caballos, la construcción de canchas y la producción de accesorios de polo, impulsando también el turismo.
El master plan no solo contempla la venta de campos y chacras, cada una con sus propias canchas y caballerizas, sino también sectores de viviendas y la puesta en valor del casco histórico.
La restauración de la finca principal, la capilla y el galpón 8 cuenta con la supervisión del arquitecto Carlos Moreno, quien destacó el valor cultural del lugar, donde se originó la industria lechera nacional.
“Fue hace 50 años cuando conocí esta estancia en su estado pleno, vibrante y cargada de historia. Unos años después, en 1989, al cumplirse 100 años de la industria lechera, La Martona fue un símbolo de esa época dorada. Pero los años fueron pasando, y como todo organismo que pierde sus nutrientes esenciales, este conjunto comenzó a enfermar; La Martona había desaparecido, y con ella, parte de esa vitalidad”, reflexionó Moreno.
“Sin embargo, hoy podemos afirmar que el patrimonio no es una cosa muerta. Es algo que tiene vida, que puede seguir adelante y transformarse bajo nuevas miradas. Con proyectos sustentables, podemos decir que la historia sigue viva, y que ese legado de entonces puede encontrar su continuidad en el presente, adaptándose a los tiempos, pero manteniendo su esencia”, destacó el arquitecto.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas