El 8 de julio del año 1974 tres amigos fundaron Fevesa. Pedro Ferrandi, Hernando Venancio y ‘Lito’ San José emprendían un pequeño local de materiales eléctricos con un nombre surgido de la conjunción de las primeras letras de cada apellido. Antes de embarcarse en este proyecto propio Ferrandi había sido empleado de la tradicional Casa Uhalt.
La primera sede de Fevesa se ubicó en calle Libertad al 700, frente a la Municipalidad, y en realidad su apertura estaba prevista para el 1 de julio de ese año, pero la muerte del General Juan Domingo Perón atrasó el plan. Es que Pedro y uno de sus socios, ambos militantes justicialistas, se sumaron a la semana de luto por la muerte del ex presidente.
Tras la apertura, en un corto plazo Ferrandi compró las partes de sus socios y decidió apostar al emprendimiento, que además de especializarse en insumos eléctricos, reparaba electrodomésticos y realizaba algo de cerrajería.
“En el local se hacía un poco de todo, siempre adaptándose a la necesidad del momento”, explicó a InfoCañuelas Mauro Ferrandi, hijo de uno de los fundadores y actual dueño del negocio.
En los ’70 y ’80 los comercios solían superponer rubros y servicios. Así ocurrió en Fevesa, donde en un momento se podían comprar desde cables hasta electrodomésticos. Si bien los años determinaron que el negocio se concentrara en electricidad e iluminación; aún se pueden conseguir otros productos como herramientas de ferretería y cerrajería. Parte de aquella esencia se mantiene.
Al no tener local propio, Fevesa tuvo tres mudanzas en su andar, siempre circundando la misma zona. Hasta que un momento clave de su historia se dio cerca del año 2000 cuando Ferrandi compró la esquina de Rivadavia y Del Carmen. Allí funcionó alguna vez la sucursal del Banco Regional del Salado.
La propiedad se adquirió con “mucho sacrificio, trabajo y compromiso”, rescató Mauro. Años más tarde, se agrandó el local cuando se compró el inmueble adyacente donde funcionaba la mueblería de Roberto Taberna y el comercio tomó la estructura actual.
Otro paso importante y fundamental en la actualidad fue la incorporación del negocio al Grupo Eléctrico Buenos Aires (GREBA), que es un espacio cooperativo compuesto por catorce integrantes que funciona para comprar y distribuir materiales del sector. Esta alianza les permite ser competitivos dentro del mercado.
El tiempo pasó y cuando terminó la secundaria, Mauro Ferrandi comenzó a trabajar formalmente en el emprendimiento familiar; aunque en realidad creció dentro del local que dirigía su padre junto a su madre Silvia Cristina Harguindeguy de Ferrandi. “Salía de la escuela y venía para acá. Tenía diez años y ya venía con mis viejos, ésta es mi segunda casa. Terminé la secundaria, me aboqué al negocio y no estoy arrepentido para nada. Fui un seguidor de mi viejo”, exaltó el hijo de Pedro.
“Hoy integramos una red de compras y distribución, y es nuestro orgullo que algo tan chiquito desde Cañuelas llega a nivel provincial y a veces a otras provincias. Pasamos momentos muy difíciles. Desde un ‘Rodrigazo’, la convertibilidad, el corralito, hasta el día de hoy, pero siempre peleándola desde Cañuelas y tratando de posicionarnos en el mercado”.
Además de las actualizaciones tecnológicas, de materiales e innovaciones del sector hubo cambios hasta de costumbres. Es que uno de los procesos que atravesó el comercio fue el de modificar el tradicional horario de los negocios cañuelenses.
Hace unos años se pasó del cierre al mediodía de 12 a 16, que permitía la mítica siesta de pueblo, a los tiempos modernos con un horario corrido de 8 a 18:30. “Hoy Cañuelas creció mucho y hay un horario del mediodía que la gente sigue trabajando”.
Actualmente, Fevesa cuenta con un equipo de ocho personas, distribuidos en distintos sectores: salón de ventas, administración, redes y depósito. Ofrecen asesoramiento en iluminación decorativa, de obra, de hogar, productos de neumática e hidráulica; además de algunos artículos de ferretería y hasta copia de llaves.
El 22 de enero de 2011, durante los actos del aniversario de Cañuelas, el gobierno Municipal le entregó un reconocimiento a Pedro Ferrandi por su trayectoria comercial. Su temprana muerte en 2014, víctima de un ACV a los 68 años, supuso un duro golpe para la familia, que sin embargo logró sobreponerse y seguir adelante con el negocio.
“Pensar que mi viejo arrancó y poder seguirlo es un orgullo. Apostar a un comercio en Cañuelas hace 50 años atrás y hoy decir ‘mira pasaron 50 años’, eso es muy gratificante. Que te reconozca la comunidad, los clientes, los proveedores, el equipo de trabajo, tu familia; es un orgullo. Uno es muy localista y es muy lindo que Cañuelas tenga comercios que tengan 10, 15 años y yo tengo el privilegio que mi comercio tenga 50, eso me emociona mucho”, cerró Mauro.
Escrito por: Marcelo Romero