Participaron de la celebración eucarística el clero diocesano, las comunidades parroquiales, casas religiosas y miembros de las instituciones diocesanas, quienes dieron gracias a Dios por estos 10 años y por todos los beneficios recibidos. Asimismo, rezaron por el obispo y por el aumento de las vocaciones sacerdotales y de vida religiosa.
“Hace diez años -recordó- comenzaba una nueva jurisdicción diocesana tomando como sede la ciudad de Laferrere y como catedral el templo de Cristo Rey de la misma ciudad. Y abarcando las ciudades de Isidro Casanova, Rafael Castillo, González Catán y Virrey del Pino en el partido de La Matanza. Y las localidades de Cañuelas, Máximo Paz, Vicente Casares, Alejandro Petión, Uribelarrea, Udaondo y Santa Rosa en el partido de Cañuelas”.
Tras remarcar que la diócesis abarca las dos terceras partes del partido de La Matanza y todo el partido de Cañuelas, sostuvo que “han pasado diez años desde el momento que empezamos a trabajar en esta nueva diócesis de Gregorio de Laferrere”.
“Si hacemos un balance es mucho lo realizado, todo esto debido a la entrega y entusiasmo de sacerdotes y diáconos, como también todos los consagrados que con su dedicación hacen presente el mensaje de las Bienaventuranzas”, destacó.
Monseñor Suárez agradeció a todos y a cada uno de los que forman parte de las asociaciones y movimientos laicales, al señalar que “cada uno según el carisma recibido tratan de seguir abriendo surcos para seguir sembrando la Palabra de Dios que ilumina a todo hombre. Para que la luz de Cristo y de su Iglesia llegue a los hombres a través de nuestro testimonio de vida, aquí y ahora”.
Asimismo, destacó el crecimiento en estos años como Iglesia particular, en lo material como en lo espiritual, y consideró una gracia de Dios la creación del monasterio de Monjas Carmelitas Descalzas en la diócesis.
Por último, monseñor Suárez recordó “al querido monseñor Jorge Arturo Meinvielle, quien siendo obispo de San Justo, trabajó incansablemente para el logro de esta nueva diócesis, Dios tenga en su gloria y le dé el premio de la eternidad”, y tuvo una oración especial por monseñor Santos Abril y Castelló, Nuncio Apostólico en la Argentina al crearse la diócesis, quien “tuvo la amabilidad de ordenarme obispo”.
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas