En la década del ´70 Daniel Oscar Cherutti –que hoy cumple 76 años– era un “personaje” de Cañuelas por su carácter extravertido. Amante de la vida nocturna, sobresalía como gran bailarín y mejor cantante. En las veladas del Club Cañuelas se lucía imitando a Johnny Tedesco, la gran figura del Club del Clan. De noche soñaba una carrera artística bajo el seudónimo de “Danny Cherui” y de día trabajaba como productor de seguros en un local de Av. Libertad y Belgrano.
Lo que muchos no sabían –o no querían saber– es que su oficina céntrica era una mera pantalla y que ese pibe carismático, miembro de una de las familias más encumbradas de Cañuelas, era en realidad un espía de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). No cualquier espía sino un agente operativo destinado a los trabajos de campo.
En diciembre pasado el juez federal Daniel Rafecas pidió su detención por una larga lista de delitos de lesa humanidad que se le imputa por sus años en el submundo del espionaje.
El nombre de Cherutti comenzó a salir a la luz en mayo de 2006 gracias a un artículo publicado en el semanario uruguayo Brecha por su corresponsal en Buenos Aires, Fabián Kovacic. Una fuente de primera mano le dijo a Kovacic que en 1973, en la calle Bacacay de Buenos Aires, comenzó a funcionar un centro clandestino para llevar adelante interrogatorios a prisioneros políticos, que fue el antecedente inmediato de Automotores Orletti, en el barrio de Floresta, regenteado por Aníbal Gordon. Con lujo de detalles esa fuente le habló de más de veinte personas que operaban en ese lugar, entre ellos Daniel Cherutti alias el “Loco”.
Siete años más tarde Kovacic fue citado a declarar en el juicio por el Plan Cóndor y en ese contexto entregó a la Justicia toda la documentación que había logrado reunir sobre los integrantes de ese centro de represión.
A fines de 2022 el juez Rafecas, en base a la investigación periodística más una serie de documentos desclasificados, pidió la detención de seis ex espías: Rubén Héctor Escobar –apodado “Cornalito”–, César Albarracín, Hugo Carlet –apodado el “Ratón”–, Luis González –apodado “Pinocho”–, Patricio Pfinnen –alias “Paddy”– y Daniel Oscar Cherutti.
Si bien cuatro ya fueron detenidos, Rafecas aún no pudo dar con el cañuelense, quien desde 2001 reside junto a su familia en el norte de Italia, donde abrió la cadena de restaurantes “La Mucca (vaca) Argentina”.
Desde el 2 de enero su nombre figura en las alertas rojas de Interpol por los delitos de privación ilegal de la libertad de un total de ciento ocho (108) personas, privación ilegal de la libertad agravada –por su duración de más de un mes– de siete (7) personas, aplicación de tormentos respecto de ciento cuatro (104) personas y sustracción de menores respecto de dos (2) personas. Complementariamente, se le atribuye la comisión en calidad de cómplice primario, del homicidio agravado de diecinueve (19) personas.
SEGUROS, FÚTBOL Y VENTA DE TERRENOS
Un hombre que lo conoció en su juventud reveló a InfoCañuelas que Cherutti se incorporó a la SIDE en los albores de la década del ’70 y que fue convocado por un alto jerarca del organismo que no era de Cañuelas. Junto con él se alistaron otros dos cañuelenses, también con función operativa, y un tercero asignado a labores administrativas, todos de extracción justicialista.
Su estilo “jodón” -por momentos demasiado-, su verborragia y su afición por la noche lo convertían en una pieza ideal para tejer relaciones que servirían a sus objetivos de obtener información.
“Entre sus conocidos de Cañuelas jamás reconoció que trabajaba en los servicios ni hizo ostentación del cargo. Pero en el pueblo se decía que estaba en eso o en la Policía Federal, algo que él nunca blanqueó. Para el común de la gente su único laburo era el local de venta de seguros que tenía en el centro de Cañuelas desde antes de entrar a la SIDE” explicó un contemporáneo.
Alentando a su hijo futbolista en 2001 y una foto actual.
En plena dictadura se sumó al equipo de ventas de la inmobiliaria Solís de León S. A., que comercializaba lotes en Cariló y Valeria del Mar, muchos de ellos adquiridos por miembros de las fuerzas armadas.
En paralelo a su incursión en el negocio de bienes raíces, tuvo alguna participación en el mundo del fútbol. En 1982 comenzó a colaborar de manera informal en el Cañuelas Fútbol Club y fue así como le tomó cariño al director técnico del momento, Eduardo Perel, un hombre muy locuaz y convincente para transmitir conceptos futbolísticos. Los memoriosos cuenta que ante la sequía de goles un hincha de Cañuelas solía vomitar un rosario de insultos contra el entrenador, hasta que un día Cherutti, cansado de los maltratos, extrajo un revólver y efectuó dos tiros al suelo en señal de advertencia. Tal fue el escándalo provocado por ese incidente en el viejo estadio “El Cajón” que le quitaron la credencial de socio y el pistolero se fue de Cañuelas durante un tiempo.
“Cuando me llevaron para trabajar al Club Cañuelas lo manejaban los milicos. En ese lugar pude ver el poder que tenían. Cuando vi el panorama, me fui” recordó Perel en una entrevista reciente.
Restaurante La Mucca Argentina de Módena.
Entre fines de los ´70 y principios de los ´80 se jubiló prematuramente de la SIDE con carpeta médica y el 2 de enero de 1985 la Superintendencia de Seguros de la Nación le dio de baja la inscripción en el Registro de Productores de Seguros. En ese mismo año regresó a Cañuelas como concesionario del restaurante La Garza Mora, en el barrio Peluffo, pero la experiencia duró sólo dos o tres años. “Cherutti no estaba nunca. Si el lugar funcionaba era gracias a su mujer, que trabajaba sin descanso. Luego se trasladó a San Miguel del Monte donde abrió otro restaurante”, detalló un testigo de aquellos años, describiendo su falta de constancia.
En una etapa posterior se convirtió en representante de su hermano, el imitador y humorista Miguel Ángel Cherutti, relación que le trajo algunos dolores de cabeza al artista. En su entorno afirman que en más de una oportunidad Daniel abandonó su pasivo rol de representante invadiendo el escenario en medio del show para improvisar alguna línea de texto. Una broma fraternal que no siempre le causó gracia al dueño del espectáculo.
LA MUCCA ARGENTINA
En marzo de 2001 Cherutti, su esposa Elsa Guerrero y sus hijos se radicaron en Casinalbo, un pueblo de 5 mil habitantes en la comuna de Formigine, provincia de Módena. Se instalaron allí siguiendo los pasos del menor de la familia, -jugador de fútbol profesional- quien firmó un contrato por una temporada con el Borgosesia Calcio tras jugar un breve período en el Wuhan Football Club de China.
Al poco tiempo de su arribo a Módena Daniel Cherutti inscribió en el fisco italiano el restaurante “Sólo Tango SRL” a su nombre y “La Mucca Argentina”, en sociedad con Guerrero y su hija. En 2004 abrió el primer local en la Via Giardini Nord 440 de Casinalbo, caracterizado por un menú de carnes a la parrilla, chorizo y empanadas. En la carta nunca faltaron algunos guiños nacionales como el aperitivo Legui, el dulce de leche y el de batata o membrillo.
Primer restaurante abierto por Cherutti en Casinalbo.
En 2015 cerraron este local para abrir otro más importante en la zona suburbana de Módena, a unos 20 minutos de Casinalbo. Hasta el día de hoy ese restó -recientemente aggionardo con un diseño de vanguardia- sigue a cargo de sus hijos.
Cherutti y su esposa, en tanto, optaron por seguir trabajando en lugares más pequeños y aislados. En 2010 abrieron una sucursal de “La Mucca Argentina” en Romagnano Sesia, una localidad de 4 mil habitantes en la provincia de Novara, Piamonte, y en 2011 la trasladaron a Pettenasco, de 1.500 habitantes, situada a unos 27 kilómetros de la anterior.
Restaurante de Pettenasco (2011-2015).
En Pettenasco alquilaron un imponente local situado frente a la parada del ferry del lago Orta. La sucursal funcionó hasta 2015, fecha en que Cherutti y su esposa abandonaron el pueblo. Los vecinos que hablaron con InfoCañuelas recuerdan que el restaurante recibía muchos comensales los fines de semana pero muy pocos de lunes a viernes, y que el incremento del alquiler hizo insostenible su permanencia. Actualmente en el lugar funciona el hotel y restaurante “La Sibilla Cusiana”.
Un dato sugestivo es que desde hace más de una década “La Mucca Argentina” tiene muchísima presencia en redes sociales, con fotos de toda la familia propietaria a excepción de Daniel Cherutti, quien parece alérgico a la exposición.
El ex espía siguió viajando regularmente a la Argentina aunque por alguna razón nunca más visitó a quienes fueron sus camaradas de Cañuelas en la SIDE, ni siquiera a uno de ellos, con quien mantuvo una relación muy estrecha. Una de las últimas veces que se lo vio en Cañuelas fue el 11 de noviembre de 2017 cuando el Cañuelas Fútbol le rindió un homenaje a su padre, Rubén Oscar, quien fuera presidente de la institución. Estuvo apenas unos minutos en el acto protocolar junto a sus dos hermanos, pero luego no quiso quedarse en la cena de agasajo.
Daniel Cherutti (de negro, a la derecha) en el homenaje a su padre en el Club Cañuelas (2017).
Germán Hergenrether
Escrito por: Germán Hergenrether