Felipe Nori Haggi Lacerda, el brasileño condenado en 2019 a tres años de prisión en suspenso por ejercer ilegalmente la medicina en Cañuelas sin haber completado la carrera, acaba de recibirse. El 24 de noviembre rindió el último tramo de las cinco materias que adeudaba (Internado Anual Rotatorio) y ya se encuentra en condiciones de trabajar una vez que concluya los trámites administrativos. En simultáneo tiene previsto hacer un posgrado en medicina estética.
Nori pudo retomar la carrera de medicina recién en enero de este año. Si bien el fallo en su contra no le impedía volver a la facultad, la Universidad de Morón le restringió el acceso y por eso presentó una cautelar en la justicia civil, que falló en su favor. Finalmente logró ser admitido en otra universidad privada cuyo nombre por ahora mantiene en reserva.
La condena dictada en 2019 expira en diciembre de 2022 y hasta entonces Nori deberá permanecer en Argentina. Pero asimismo tiene otros frentes judiciales abiertos (denuncias por mala praxis y una demanda penal por estafa que la concejal Diana Barcia impulsó en enero de 2020, reclamando que devuelva los sueldos cobrados en el Marzetti de manera irregular).
“Más allá de estos temas pendientes mi intención siempre fue quedarme en Argentina. Imagino que a mediados del año que viene terminaré los trámites de inscripción para empezar a trabajar. Mi idea es seguir estudiando y hacer un posgrado en medicina estética que tiene duración de un año” dijo a InfoCañuelas.
“Mi marido (por Leandro Acevedo, expulsado de la Policía de la Ciudad cuando estalló el escándalo de los “médicos truchos”) está terminando la carrera de derecho por lo que ambos tenemos la decisión de quedarnos. Él también está en un proceso judicial para que lo reincorporen a la policía. Él fue expulsado en base a noticias periodísticas, sin una base jurídica, y por eso está peleando para que revisen esa decisión”.
Al ser consultado sobre el aprendizaje que sacó de la condena, dijo que la situación “dio vuelta” toda su vida. “Cuando todo esto pasó yo no tenía la dimensión de dónde me estaba metiendo. Una vez que pasé el primer mes en Cañuelas no sabía qué hacer, si ir para adelante o para atrás, me metí en una situación en la que no sabía cómo reaccionar. Por eso cuando pedí licencia para casarme fue como un click que me impulsó a salir de esa situación y no volver. Ahí dije ´basta´, no puedo seguir en esto. Estar detenido 16 días también fue muy duro porque te encontrás en una habitación de 3 x 3 con gente que no sabés quiénes son ni por qué están ahí, con el miedo de no saber qué te puede pasar. Y después, cuando salí del Destacamento, el miedo de lo que podía suceder porque sabía el tamaño del problema. Mi familia, mis seres queridos, fueron mi sostén en todo ese momento”.
Felipe junto a su esposo Leandro Acevedo.
Asegura que perdió todo contacto con Fabiana Pereyra (quien facilitó su ingreso al Marzetti) y los demás funcionarios. “Nunca más hablaron conmigo”. Sin embargo, asegura que no se siente molesto por ser el único condenado hasta el momento en una causa que tuvo a una decena de protagonistas. “No está en mis manos que la justicia llegue para todo el mundo, eso justamente está en manos de la justicia y capaz que ni siquiera la justicia, sino que la vida misma se va a encargar de que cada uno responda por lo que hizo”.
Para Nori haberse recibido es una especie de redención. “Que la gente sepa que estuve cerca de finalizar y que nunca quise perjudicar a nadie en Cañuelas. En ese momento me faltaban sólo cinco materias y tenía conocimientos suficientes para estar. Nunca hubiera expuesto a alguien estando en primer o segundo año de la carrera, cuando uno no sabe cuál es la enfermedad o el tratamiento. Siempre tuve mucha claridad de que tenía el conocimiento necesario”.
¿Acaso evaluó en algún momento volver a trabajar en Cañuelas, ya con el título bajo el brazo? “Creo que ni el municipio ni las autoridades me contratarían y aparte creo que volver deberia ser sólo si la propia población aceptara”.
LA CAUSA PENAL Y SUS DERIVACIONES
Felipe Nori Haggi Lacerda trabajó en el Hospital Marzetti de Cañuelas y en unidades sanitarias entre el 1 de agosto de 2017 y abril de 2018 con la identidad de Joao Peixoto Dos Santos Neto, un amigo que ya se había recibido. Durante esos meses cobró sueldos de entre 75.000 y 110.000 pesos por un total de $ 730.000. En el mismo período le transfirió a la coordinadora de guardias Fabiana Pereyra un total de $ 272.000 a su cuenta del Banco Provincia, lo que sería en concepto de retornos.
Durante el juicio oral Pereyra dijo que ese dinero era el pago del servicio de catering que le realizó con motivo de su boda. Agregó que Nori le transfirió el dinero a su cuenta sueldo porque al ser nueva en la actividad gastronómico, carecía de otra cuenta para recibir los depósitos.
El 13 de diciembre de 2019 Nori fue condenado a tres años de prisión en suspenso por los delitos de Ejercicio ilegal de la medicina, Usurpación de títulos y honores y Uso de documento falso, todos en concurso real entre sí. La condena comenzó a regir el 23 de diciembre de 2019 y caducará el 23 de diciembre de 2022.
La jueza Cecilia Sanucci, titular del Tribunal Oral 1 de La Plata, decretó además que durante ese plazo deberá:
A) Fijar domicilio dentro del país.
B) Someterse en forma bimestral a los controles del Patronato de Liberados.
C) Realizar una donación de 100 mil pesos al Hospital de Niños de La Plata como reparación por el ejercicio ilegal de la medicina. Nori sostiene que, asistido por sus abogados Violeta Muratorio y Juan Fontana, intentó realizar esa donación al Hospital Marzetti de Cañuelas, pero que la justicia se lo impidió.
Federico Pequeño declarando en el juicio. InfoCañuelas.
Durante la lectura del fallo la jueza valoró de manera significativa la colaboración prestada por Nori cuando describió el modus operandi utilizando en el Marzetti para realizar contrataciones irregulares.
A partir de las contradicciones en las que incurrieron Brenda Rodríguez (asesora Letrada del Marzetti) y Fabiana Pereyra, la jueza Sanucci pidió iniciar contra ambas una nueva causa por el presunto delito de falso testimonio y también por enriquecimiento ilícito contra esta última.
Sanucci planteó la existencia de una serie de delitos que excedían el juicio realizado contra Nori. En ese sentido dijo que las contradicciones de los diversos testigos permitieron vislumbrar una probable “red de corrupción” de “carácter permanente” por lo que pidió remitir las actas del debate a la Fiscalía 17, a fin de ser incorporadas a la causa por Malversación de caudales públicos que allí se investiga (la llamada “causa del allanamiento”).
Brenda Rodríguez declarando en el juicio oral. Archivo.
En esa línea pidió que se investigue la posible comisión de delitos por parte de Federico Pequeño, Hernán Carpio, Diana Barcia, Brenda Rodríguez, Verónica Velázquez, Fabiana Pereyra y Teresa Domínguez.
En julio de 2020 el Juzgado de Garantías 8 de Cañuelas elevó a juicio la causa contra la segunda procesada de este escándalo, la también brasileña Thais Soares Costa (quien ejerció ilegalmente la medicina en Cañuelas desde el 1 de noviembre de 2017 hasta el 8 de julio de 2018 utilizando la identidad de Sonia Banhuki Galvao). En ese período cobró sueldos de manera irregular por $ 620.000
Junto con la causa de Soares Costa también fue elevado a juicio un expediente conexo contra su amigo Renné Antonio Alves Dos Santos por “Encubrimiento”. Alves, ya recibido, también trabajaba en el Marzetti, vivía con Soares Costa, estudiaron juntos en Morón, sabía que ella no había terminado la carrera y sin embargo no se lo informó las autoridades del Hospital.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas