24 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Horacio Cabrera: “Vamos a tener 2 millones de infectados en todo el país”

El médico especialista en terapia intensiva trazó algunas hipótesis sobre el impacto que tendrá la pandemia en el país.

Cabrera, en su puesto de trabajo.

Cabrera, en su puesto de trabajo.

El Dr. Horacio Cabrera -cardiólogo y médico clínico, oriundo de Colón y radicado desde hace varios años en la ciudad de Cañuelas, donde fue candidato a intendente- trabaja en el corazón del conurbano como especialista de terapia intensiva en el Hospital Simplemente Evita de González Catán. Hasta diciembre fue director de ese centro de salud; con el cambio de autoridades volvió a su labor de terapista.

El Hospital cuenta con un total de 200 camas de las cuales 17 son para cuidados intensivos. No le tocó asistir a ningún caso positivo de Covid-19 aunque sí casos sospechosos que finalmente fueron descartados.

“Nuestro hospital se encuentra preparado para cuando creemos que va a ser el pico, a mediado o fines de abril. Si bien se han tomado medidas que van a frenar la circulación del virus, el éxito depende del nivel de consciencia que tome la gente. Hoy la única solución es aislarse, lavarse mucho las manos y no estar en grandes grupos, que es la manera de prevenir el contagio de cualquier virus”.

De acuerdo al comportamiento que está teniendo la pandemia en Argentina, Cabrera estima que “vamos a tener dos millones de infectados a lo largo de estos cuatro o cinco meses, sumando casos graves, leves y asintomáticos. Ojalá me equivoque, pero esa podría ser la cifra total. Afortunadamente se tomaron muchas medidas a tiempo que nos ayudaron muchísimo. Todo lo que se está haciendo es para evitar un crecimiento descontrolado de casos, porque en ese escenario nada alcanzaría y el sistema sanitario colapsaría. Además hay que tener en cuenta que el gasto médico que insume cada paciente es enorme. Solamente los test están costando entre 2.000 y 2.500 pesos cada uno”.

Si bien el COVID-19 afecta a todas las edades, Cabrera puso el acento en los mayores de 60/65 años con alguna patología preexistente. “Esa gente no tiene que asomarse ni a la vereda”, subrayó.

“Los meses críticos van a ser abril, mayo o junio pero no va a ser necesario extender la cuarentena hasta junio porque si la gente cumple las medidas de aislamiento actuales el virus va a circular en menor cantidad, en forma controlada y previsible. No hay que entrar en pánico, salir sólo lo necesario y a cortas distancias, no estar en lugares con mucha gente... y los que puedan, trabajar desde la casa. Hoy la única vacuna que existe es aislarse”.

Cabrera: "Tenemos una oportunidad histórica de cerrar la grieta"

Admitió que el cumplimiento de la cuarentena es difícil, sobre todo “en el caso de las familias más humildes que viven hacinadas en viviendas precarias. Sé que no es sencillo, pero no queda otra alternativa”. 

Sobre la aparición de la vacuna, indicó que en el mejor de los casos estará para el segundo semestre de 2021, y que hasta entonces aparecerán distintos brotes de la enfermedad. “Al tratarse de una pandemia, hay muchos países que van a aportar desarrollo. Siendo optimista, quizá para el invierno que viene o a fines del invierno que viene vamos a tener la vacuna para esta cepa. En una circunstancia normal un desarrollo de vacuna lleva dos años. Hasta que aparezca la vacuna vamos a tener picos”.

¿La Argentina y la provincia de Buenos Aires en particular están preparadas para atender un número abrupto de enfermos graves? Cabrera apunta contra un mal crónico de Argentina: la ausencia de estadística, que impiden conocer la verdadera capacidad de respuesta. “Todavía no tenemos un relevamiento real de cuántas camas hay en provincia de Buenos Aires, ni cuántos respiradores tenemos a nivel público y privado. Nos acordamos de estas cosas cuando pasa esto. Somos un país que por definición no tiene estadísticas. Por eso alguna vez insistí en hacer un centro estadístico propio en Cañuelas, al menos para conocer la realidad local. Espero que esto nos sirva para aprender; creo que va a haber un antes y un después en muchos aspectos, incluso en lo cultural. Esa costumbre tan argentina del abrazo y el beso seguramente deberá cambiar, y es lo que más cuesta”.

Desde el punto de vista político y económico, Cabrera considero que esta pandemia es “una gran oportunidad para cambiar conductas en nuestro país; de la misma manera que hoy vemos una unión generalizada para salir adelante, es la misma unión que vamos a necesitar después de la pandemia. Tenemos una oportunidad histórica de cerrar la grieta, apoyar la producción, la manufactura, y achicar el porcentaje de pobres que tenemos en la sociedad. Empecemos a dar subsidio a los que trabajan y dan valor agregado para que luego la masa de desocupados comience a tener dónde trabajar”.
 

Escrito por: Redacción InfoCañuelas