En medio de un impresionante operativo de seguridad, que incluyó la colocación de vallados en varias calles céntricas, el ex presidente Néstor Kirchner cumplió ayer su visita proselitista a Cañuelas.
El primer candidato a diputado del oficialismo ocupó varios minutos de su discurso en atacar al sector del campo, al que definió como golpista.
"Es tragicómico. Pareciera ser que hubieran cambiado los tanques por tractores y en vez de meterlos a trabajar en el campo se los pusieran adelante a la gente. Los llamo a la reflexión", dijo Kirchner frente a un auditorio que colmaba el salón de catering Las Rejas, el mismo lugar donde hace seis años lanzó su campaña presidencial en territorio bonaerense.
El ex presidente se mostró con un tono menos estridente que el de su esposa, aunque en lo conceptual adoptó la misma postura intransigente.
"Vamos a seguir llamando a la convivencia, pero defendiendo nuestro proyecto. No nos interesa ganar una elección arrodillándonos y claudicando a las ideas", sentenció.
Llamó "inadaptados" a quienes días atrás agredieron al gobernador y más tarde sostuvo que el discurso del presidente de la Sociedad Rural "dicho en el ´76 no hubiera extrañado a nadie".
Tampoco ahorró palos para el vicepresidente Cobos por su falta de "lealtad e integridad moral".
"Para mí fue más fácil gobernar, primero porque tuve un vicepresidente. No hay que llegar de cualquier manera a un cargo, no sirve. Lo principal es llegar con principios y con ideas".
Kirchner y el gobernador Daniel Scioli arribaron a las 18 en un helicóptero que descendió en el estadio del Cañuelas Fútbol Club.
Desde allí una combi los trasladó hasta el salón de Catering. Un perímetro de cuatro cuadras alrededor del lugar del acto se encontraba sellado con vallas y cordones de Policía, Gendarmería, Infantería y personal de inteligencia.
Sobre el escenario también se ubicaron los intendentes de Ezeiza, Alejandro Granados, y de Lobos, Gustavo Sobrero.
El gobernador hizo un repaso de las inversiones giradas a Cañuelas en los últimos meses y reclamó el apoyo para el actual intendente.
Arrieta fue el único orador entre las autoridades locales a pesar de ocupar el último lugar en la lista de concejales suplentes. Su esposa y primera candidata, Marisa Fassi, no habló. "Estuvo toda la tarde emocionada", la justificó el intendente, que se definió a sí mismo como un "apóstol" y un "convencido" del modelo kirchnerista.
Sobre el final hubo explosiones con papelitos y un Kirchner que, fiel a su estilo, desbordó a sus custodios y se mezcló con su público para recibir cartas y sacarse fotos.
El intendente le obsequió un cuchillo, obra del platero cañuelense Daniel Gómez, chorizos de Chacinados Ponce y dulce de leche Mayol.
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas