Por segunda vez en menos de una semana, un millar de personas se reunieron frente a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen para reclamar el traslado del cura párroco Mario Slongo.
La manifestación transcurrió en forma totalmente pacífica y a diferencia de la primera marcha, esta vez la gente ni siquiera pisó las gradas ni la vereda del templo, permaneciendo en la calle o frente a la casa parroquial.
Allí se instaló una escalera para que los vecinos que quisieran pudieran subirse y hacer oír su voz a través de un megáfono.
Primero lo hizo Elizabeth Rizzi –quien en 1965 ingresó al establecimiento como docente– dijo que el Santa María nació como una auténtica comunidad educativa y cristiana y que por falta de participación comunitaria "su esencia se desdibujó y diluyó".
"Pido a nuestra Santa Madre que con su manto cubra y proteja a todos los que soportamos y los que hoy sufren arbitrariedades, atropellos e injusticias que el actual representante legal ocasiona y que fortalezca nuestra fe", concluyó.
Julio Herrera, en tanto, comparó a Slongo con Von Wernick, colaborador y confesor del fallecido ex general Ramón Camps.
Durante la tarde, en distintos árboles y postes frente al templo se colgaron carteles con diferentes inscripciones como "Slongo, ¿por qué no te vas?"; "Yo antes iba a misa", "Juan, mirá esto" y "Obispo, atendenos, ¿te acordás? Tomábamos mate", estos dos últimos en alusión al llamativo silencio que viene manteniendo el obispo Juan Suárez frente al extendido conflicto.
MISA CON CUSTODIA
A las 19 en punto Mario Slongo dio inicio a la misa de la tarde, con la particularidad de que dos policías permanecieron en el interior del templo.
Horas antes Slongo había hablado con el comisario Ariel Morlini. Le dijo que temía por su seguridad personal y por la integridad de las instalaciones.
Slongo celebró la ceremonia como si nada pasara, aunque hizo una alusión elíptica a quienes estaban en la calle. "Quienes no se acercan a la luz es porque tienen algo que esconder", dijo.
Mientras tanto, la gente rezaba el Ave María o el Padre Nuestro seguidos por distintos cánticos. La voz de Slongo se fundía con el murmullo del exterior. A las 20, cuando la gente comenzó a salir de misa, las 600 personas que esperaban afuera entonaron el Aleluya.
Muchos pensaron que el cura párroco iba a salir al atrio, como lo hace habitualmente, pero esta vez no lo hizo. Las luces de la Iglesia comenzaron a apagarse y los dos policías permanecieron custodiando al presbítero. Cuando María Rizzi y Ricardo Da Fonseca cerraban las rejas de acceso, hubo una silbatina para este último. "Hay qué dolor, qué dolor, Cañuelas sin pastor", cantaban los más jóvenes. "Que se vaya", coreaban otros.
La gente se dispersó con traquilidad pensando en los próximos pasos a seguir.
El sábado a las 19.30 concurrirán todos a misa. Si el padre Mario es quien la oficia, se retirarán en masa; si es otro cura, permanecerán en sus asientos.
Otros no descartaron ir en caravana de autos a Laferrere el domingo próximo para llevar el reclamo de destitución a las puertas mismas del Obispado.
INFOCAÑUELAS
Escrito por: Redacción InfoCañuelas
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