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22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Una paliza de Marisa Fassi que abre incógnitas sobre el futuro de la oposición

Una nueva derrota deja a los opositores sin liderazgo y con menos presencia en el Concejo Deliberante.

A las 22 del domingo el local de Juntos, desolado.

En las elecciones de este domingo volvió a demostrarse esa vieja obviedad según la cual una oposición dividida no puede ganarle a un peronismo unido.  

Con el 94 % escrutado Marisa Fassi obtuvo 17.491 votos (casi 3 mil más que los 13.742 de las PASO); superó en cantidad de votos a Massa y a Kicillof; y prácticamente duplicó los votos obtenidos por los opositores Evelyn Cantoni y Santiago Mac Goey. 

Un resultado más que importante para el oficialismo local en un contexto desfavorable y un éxito que se sustenta en varios pilares: el asistencialismo y el gobierno municipal puestos al servicio de la campaña (nada nuevo bajo el sol) pero también un fuerte alineamiento de todos los sectores internos, una incesante campaña militante en los barrios y una inédita inyección de recursos en obra pública.  

Mientras que Santiago Mac Goey pobló la ciudad de carteles haciendo visible su figura (había casi más cartelería suya que del oficialismo) Fassi y su equipo desplegaron una campaña subterránea que no sólo les permitió retener la base de las PASO sino ampliarla significativamente, con una vocación de poder que los opositores no logran equiparar. 

La interna de Juntos por el Cambio dejó heridas que no sanaron. Cuando falta contar un 5 % de mesas Mac Goey obtiene 9.215 votos, es decir que tal vez ni llegue a retener los 10.130 que sumó con Carlos Álvarez en las PASO. 

Como si le hubiera resultado inaceptable la derrota local de Rodríguez Larreta, Mac Goey evitó aparecer en los banners publicitarios con la foto de Patricia Bullrich. Fue el único candidato local que prescindió de la figura presidencial, lo que despertó los primeros chisporroteos internos.  

Si temía un arrastre negativo, tenía razón: Bullrich sacó 2 mil votos menos que él en Cañuelas. Pero este desprecio por la candidata nacional molestó puertas adentro, tanto es así que el propio Álvarez se ocupó de conseguir los banners de Bullrich y Grindetti que fueron desplegados en la vía pública sin la figura del aspirante a intendente.  

 En la última semana de campaña se sumó otro altercado cuando se detectó a la militancia de Juntos repartiendo boletas cortadas de Milei o Massa con la papeleta de Mac Goey en la sección local, algo que molestó a propios y extraños. 

En cuanto al mensaje opositor, casi nunca logró articular una propuesta seductora y anclada en la realidad. Mientras que Mac Goey hacía foco en la transparencia, sus votantes viven angustiados por la economía y la inseguridad.  

La propuesta en materia de seguridad, por ejemplo, se circunscribió a prometer más cámaras, patrulleros y recursos tecnológicos. Curiosamente ninguno de los candidatos pronunció nunca la palabra droga, un drama que se extiende en los barrios y que es el germen de gran parte del delito que tanto agobia a la población. Ninguno mencionó la necesidad de controlar y profesionalizar el trabajo policial (en Cañuelas hay una apabullante falta de resolución de casos) y mucho menos se abordó la necesidad de establecer alguna articulación con las fiscalías y el Juzgado. Hace apenas unos días el Juez de Garantías rechazó detener al hombre que manejaba un gigantesco desarmadero. Allí hay un gravísimo problema que deberían atender todas las fuerzas políticas. 

El lunes estalló el escándalo de dos médicos brasileños que perdían el tiempo jugando con el ecógrafo del Hospital Marzetti simulando un embarazo para las redes sociales, mientras los pacientes claman por una mejor atención médica. ¿Alguien escuchó alguna crítica opositora? Pero si nadie habló de aquello que aturde en el día a día, mucho menos se plantearon cuestiones de fondo como el planeamiento, el medio ambiente o la carga tributaria, temas que no se discuten en la agenda pública y que quedan al arbitrio del Ejecutivo. 

El estrellato de Javier Milei le sumó un importante caudal de votos a la contadora Evelyn Cantoni, una candidata desconocida que tampoco tuvo protagonismo en la campaña. El arrastre le garantiza a Libertad Avanza al menos dos concejales, lo que contribuirá a menguar el poderío de esa oposición más articulada conformada por radicales y macristas. 

Este nuevo fracaso de la oposición debería servir de lección -una vez más- para toda esa dirigencia que no ha podido hacerse del poder para garantizar una sana alternancia en el gobierno municipal. Con la dispersión y la irrupción espasmódica de terceras fuerzas es muy difícil, sino imposible, ganarle a un peronismo unido. Luego de Ezequiel Rizzi y Héctor Rivarola tomó la posta una generación de dirigentes que repitió demasiadas veces el mismo error.  

 

Escrito por: Redacción InfoCañuelas