Los vecinos de Uribelarrea comenzaron a movilizarse para lograr una normalización de la sociedad de fomento. El detonante de esta iniciativa fue el caso de un menor de edad que tras retirarse borracho de la bailanta que funciona en la institución, ingresó a robar en una casa de la localidad, en la que se quedó dormido.
A partir de ese vergonzoso episodio se inició una campaña de firmas para pedir no sólo el cese de la bailanta, sino además una intervención de la sociedad de fomento, que carece de autoridades constituidas (una situación que no escapa a muchas entidades del distrito).
El director municipal de Entidades de Bien Público, Tomás Della Corte, dijo a InfoCañuelas por lo menos desde 2020 la institución no comunicó ningún cambio de autoridades. “Desde que estoy en el cargo no hemos recibido ninguna información de esta entidad. Incluso en el caso de que se hubiera producido algún cambio de directivos en diciembre de 2019, cualquier mandato estaría vencido”
El funcionario subrayó que es una institución irregular, sin personería jurídica, conformada “de hecho”. El único documento que la avala es un decreto de reconocimiento municipal de 1978 firmado por el intendente militar Ernesto López Freire, un papel que ya ni siquiera existe físicamente en el municipio y sobre el que sólo hay menciones en resoluciones de los años ´90.
“La institución no tiene autoridades, a lo sumo hay una persona que tiene la llave del edificio. Hace unos meses, cuando empezaron los bailes, ya tuvimos algunas quejas de los vecinos. En varias oportunidades intentamos comunicarnos con quienes tienen la llave, pero nunca vinieron al municipio”, agregó Della Corte.
Destacó que la situación es delicada porque al no existir una comisión formalizada, “los convenios que se firmen para la bailanta o cualquier otra actividad carecen de validez. Hay un gris que podría ser muy problemático si sucede algún hecho grave”.
InfoCañuelas se contactó con Rubén Maidana, quien según los vecinos, se presenta como presidente de la sociedad. Durante el contacto telefónico se mostró reacio a responder. “No sé por qué tendría que contestarles”, expresó cuando este medio le preguntó sobre la vigencia de la comisión directiva. Y al ser consultado sobre si los bailes continuarán, sólo manifestó: “Eso se lo tienen que preguntar al municipio”.
Della Corte destacó que a partir del incidente del fin de semana se acercaron algunos vecinos de Uribelarrea dispuestos a integrar una comisión y convocar a elecciones. “Se los asesoró y se les indicó que tienen que armar una lista para luego iniciar el proceso de normalización que no creo que se puede resolver rápido porque ya estamos sobre fin de año, pero seguramente será un proceso que se dará el año que viene”.
UNA INSTITUCIÓN QUE NACIÓ PARA AYUDAR A LA COMUNIDAD
En sus primeras décadas la Sociedad de Fomento fue un actor esencial en el desarrollo de Uribelarrea, un rol que contrasta con su papel reciente.
En el libro “Uribelarrea, un pueblo de puertas abiertas”, Silvia Gorostidi e Ignacio Marcos trazan una detalla historia de esta institución fundada el 5 de agosto de 1951. Su primer presidente fue Esteban Granato.
Entre otras acciones, la Sociedad de Fomento construyó lajas para las veredas del pueblo; gestionó la construcción del edificio de la Escuela 4, de la sala de primeros auxilios y del asfalto desde la Ruta 205 hasta el centro; y tramitó ante la Cooperativa Carboni la llegada del tendido eléctrico, avance que se concretó en 1969.
En 1997 la institución organizó el primer encuentro nacional e internacional de descendientes de Miguel Nemesio de Uribelarrea y en años posteriores se conformó una subcomisión de fútbol que organizó campeonatos abiertos. También se implementaron talleres de manualidades, educación física y danzas folklóricas.
En 1999, durante la presidencia de Norberto Guiñazú, la Sociedad de Fomento lideró el reclamo para la creación del Destacamento Policial en la estación de trenes y en ese mismo año cedió casi la mitad de su manzana para la Plaza del Líbano.
En 2001, ya con Nélida Garmendia como presidenta, se arreglaron los baños, se hizo una nueva iluminación el sector de fútbol, se fundó una biblioteca y se trabajó activamente en muestras de arte, de fotografía, y se organizó una muestra regional sobre historia del ferrocarril.
En su archivo de documentos, Pablo Garavaglia tiene un balance del ejercicio de 1951 en el que se menciona la donación de una manzana de terreno realizada por Rufino Meana, quien era un importante industrial tambero de la zona y propietario de la fábrica de caramelos Media Hora, de manera que es muy posible que el inmueble donde se levanta la entidad haya sido dondado por el icónico empresario, dato que era totalmente desconocido.
La comisión fundadora de 1951 estaba integrada por Esteban Granato, Eugenio Trouillet, Pedro Beloggini, Urfelio Badano, Ángel Rossi, Juan Carlos Parodi, José Querol, Domingo Etcheverry, Osar Parra, Percibaldo Badano, Florial Fernández y David Castelli.
Sus presidentes fueron Esteban Granato (1951-1952), Adolfo Burini (1952-1954), Urfelio Badano (1954-1955), Urupiano Vercellino (1957-1959), Ángel Rossi (1959-1964), José Querol (1964-1965), Mario Martínez (1965-1967), Ignacio Marcos (1970-1972), José Ricardo Lago (1972-1978), José Marques Figueiredo (1978-1984), Alberto Maglietta (1984-1986), José Marques Figueiredo (1986-1990), Heberardo Leguizamón (1990-1996), Norberto Guiñazú (1996-2000), Nélida Garmendia (que estuvo desde 2000 hasta poco antes de la pandemia, cuando se retiró por razones de enfermedad). Para que la institución no quedara vacante se hizo cargo Maidana, que venía participando en el sector de fútbol.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas