21 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Llega la XXV Peregrinación a Luján

Este sábado 31 los fieles de Cañuelas recorrerán a pie los 72 kilómetros hacia la Basílica. Ya comenzó la inscripción en las puertas de la parroquia local. El objetivo principal de este año es recuperar la presencia de los jóvenes.

"Caminemos con María al encuentro de Jesús". Ese es el lema de la XXV Peregrinación a pie a Luján que se realizará este fin de semana.

La partida es el sábado 31 de octubre a las 14 desde el cruce de las rutas 3 y 6. El arribo a Luján, a una distancia de 72 kilómetros, está previsto para la madrugada del domingo, finalizando con una presencia en la misa de las 8.

Ayer comenzó la inscripción para aquellos peregrinos que deseen volver en los micros contratados por los jóvenes de Acción Católica. El pasaje tiene un costo de $ 12.

La mesa de inscripción funciona todos los días de 9 a 12 y de 15 a 20 en las puertas de la parroquia Ntra. Señora del Carmen. 
 
El viernes 30 a las 18:30 hs. se realizará una reunión informativa para los peregrinos y finalizada la misma se rezará el Santo Rosario. Este encuentro es abierto al público en general.

InfoCañuelas habló con Florencia Sosa, integrante de Acción Católica, quien brindó detalles organizativos y además habló sobre el sentido de esta experiencia, dura desde lo físico y enriquecedora en lo espiritual.

¿Cuáles son las particularidades de la peregrinación de este año?
Más allá de que el día de la peregrinación uno se organiza de la misma forma y hace el trabajo de siempre, lo interesante es que el contacto con los peregrinos define cada peregrinación, y al renovarse cada año el grupo de gente que participa, vivimos nuevas experiencias y obtenemos diversos frutos. Los peregrinos, aún los que se repiten con los años, tienen mucho que enseñarnos y nos dan la posibilidad de transmitir nuestro mensaje.

¿Cómo se va a plantear la seguridad y asistencia a los peregrinos?
Un móvil policial encabezará la columna de peregrinos, y el camión municipal irá al final. Los caminantes deben mantenerse entre estos límites para que nosotros podamos cuidar de ellos. Por otro lado los bomberos estarán brindando agua, y personal médico y enfermeros estarán en la ambulancia al servicio de todos. Una camioneta transportará un trailer con baños químicos, de los cuales se podrá hacer uso en cualquier momento. Además, algunos de nosotros estaremos circulando en autos permanentemente, atentos a las demandas de los peregrinos. La gente no caminará sola, sino que lo harán en compañía de jóvenes de Acción Católica, quienes se identificarán con chalecos naranjas y amarillos. Ante cualquier inconveniente que surja, el peregrino debe acudir al joven servidor más cercano, y éste se comunicará con los móviles, que a la vez están en contacto con ambulancia, bomberos y policía.

¿Cuáles serán las paradas y lugares de descanso?
Las paradas obligatorias son Las Heras y General Rodríguez. Allí se ofrecerá servicio de cantina y se asistirá a los peregrinos en lo que necesiten. En la primera parada, quienes no puedan seguir caminando, tienen la opción de volver en micro a Cañuelas.
En la entrada a Luján se ubicará la tercera parada, donde se ofrecerá gratuitamente mate cocido y facturas a quienes lo deseen. Esta parada no es obligatoria.

Hace unos años se veía una masiva participación de jóvenes, que luego fue decreciendo. ¿A qué lo atribuís?
Lo que veo es que fue decreciendo la participación en general, ya sea de jóvenes y adultos. La disminución en el número de peregrinos no es un acontecimiento que pueda analizarse aisladamente. Es parte del desinterés general que se muestra ante todo tipo de propuestas. Vivimos ocupados en mil cosas y a la vez no estamos en nada. Creo firmemente que lo que realmente aqueja al hombre post moderno es el vacío que siente en su interior, es la falta de Dios.

Debemos apostar a las actividades que nos acerquen a Dios. La búsqueda no es sólo individual, también es colectiva: tenemos que llevarla a cabo juntos como Iglesia.

La peregrinación es una excelente propuesta para el ofrecimiento individual a Dios y para construir la noción de comunidad cristiana que camina unida.

La solución no es inalcanzable, todas las semanas, niños, jóvenes y adultos de Cañuelas buscamos llenarnos de Dios en nuestra amada Acción Católica, y así como la nuestra, otras instituciones y espacios son una muy buena opción. Hay que animarse a intentar.

Por lo que se estuvo viendo, este año han hecho mucho hincapié en recuperar la participación de los jóvenes. ¿Cuál ha sido la respuesta a esta convocatoria?
Sí, la verdad es que este año, además de la difusión habitual, nos ocupamos de llegar a todos los ambientes juveniles: llevamos la peregrinación a las tardes de mates con amigos, a la pizza del sábado a la noche, a la escuela, al trabajo y al barrio. Hay indicios de que participarán más jóvenes. No sé si será algo absolutamente masivo, pero habrá un incremento que, por más pequeño que sea, nos producirá una gran alegría.

¿Cuál es la edad mínima que pueden tener los peregrinos? ¿Los menores necesitan autorización escrita de los padres?
No hay una edad mínima para participar; es preciso que quienes lo hagan tomen conciencia del esfuerzo físico que implica esta actividad, y si se trata de menores, se recomienda que sea una decisión tomada en familia y con el absoluto consentimiento de los padres. Nosotros no solicitamos ninguna autorización.

¿Por qué ir a Luján a pie? ¿Cuál es el sentido profundo de esta experiencia?
Porque se experimenta una entrega física y espiritual motivada por la fe, con la esperanza de llegar a Cristo. La peregrinación es como la vida: caminamos al encuentro de Dios. El andar se hace difícil, nos sentimos agotados, pero también nos da la satisfacción de la entrega, la alegría de ofrecer a Dios lo que somos y confiar ciegamente en que Cristo es el camino.

María, nuestra Madre, siempre reza para aliviar nuestros pesares, es a quien acudimos para que interceda por nosotros ante el Padre. Ella nos tiende una mano y nos impulsa a seguir.

¿Cuál ha sido tu experiencia personal?
Fui cuatro veces, siempre organizando junto al grupo de Acción Católica. Al principio no me sentía una peregrina, porque uno suele entender por peregrino al que sale del cruce de las rutas 3 y 6 y llega al otro día a la Basílica caminando. Pero lo cierto es que nosotros también damos todo lo que podemos para llegar, para que todos los peregrinos estén a salvo y concluyan su acto de fe con la Santa Misa. Entonces, cuando entendí que soy una peregrina más, todo se cargó de un sentido especial. Desde entonces espero la peregrinación para entregar todo de mí a Dios y contagiar a otros para que hagan lo mismo.

¿Cuáles son las recomendaciones básicas para los que van por primera vez?
Hay que tratar de no llevar peso. Llega un punto en que el cuerpo no soporta nada. Es imprescindible usar medias aunque haga calor, y llevar uno o dos pares de repuesto. Usar gorro y llevar algún abrigo para la noche. El calzado tiene que ser cómodo, no es recomendable estrenar zapatillas o usar aquellas a las que no estamos habituados.

En las paradas, no comer en exceso y no estar demasiado tiempo quietos. Se recomienda aprovechar ese momento para elongar y acudir al personal médico si algo nos aqueja. Pero recordemos que en las dos primeras paradas es obligatorio detenerse.

No usar anillos ni pulseras, ya que resultan molestos cuando las manos se hinchan.
Caminar por el pasto en la medida de lo posible y estar siempre atentos a las recomendaciones de los servidores.

De todas maneras, el viernes a las 18:30 habrá una reunión para peregrinos y servidores donde se harán recomendaciones útiles.

Seguramente algunas personas dudan en concurrir por el temor de no llegar... ¿Qué le dirías a ellos?
Les diría que lo más valorable es el hecho de emprenderse en una actividad de estas características. He escuchado a muchos peregrinos que me contaron que "algo" los movilizó adentro suyo y que por eso fueron a la peregrinación. Lo que nos moviliza es la fe y nadie va a tener más fe si camina más kilómetros. Si no se llega será por limitaciones físicas, y es lógico, porque convengamos que uno no suele estar preparado para caminar tantos kilómetros; pero lo importante es que gracias a la fe se hizo el intento y se dio lo mejor de uno. También es cierto que es la misma fe es la que en la mayoría de los casos da la fuerza suficiente para caminar el último tramo, el que parece interminable. Así que con más razón vale la pena intentarlo: es cuestión de entregarse a Dios.
 
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas