33º
Agrandar texto
Enviar por mail
La UFI 2 de Cañuelas sigue tras los pasos de Lucas Giacomini Cabral (22), el joven acusado de asesinar a Agustín Quiñones (18) durante una fiesta en cercanías del barrio San Esteban.
En los últimos días, a instancias de la fiscal Norma Pippo, la Sub DDI Cañuelas realizó cinco allanamientos en distintos puntos de La Matanza sin poder dar con el prófugo. En uno de los inmuebles requisado encontraron el DNI de Giacomini Cabral, lo que indica que se está moviendo entre escondites, ahora sin documento.
Entre tanto, Lucas Natanael Figliomeni, el dueño del arma usada por su amigo para matar a Quiñones, se negó a declarar, esperando la designación de un abogado particular de su confianza, algo que finalmente no sucedió. En las últimas horas, asistido por un defensor oficial, se confirmó su detención por los delitos de Abuso de arma, Portación ilegal de arma de guerra y Homicidio en calidad de partícipe necesario.
Figliomeni no es sólo el propietario de la pistola 9 mm que llevaba en la cintura en plena fiesta. Antes del disparo mortal efectuó algunos tiros al aire, lo que agrava su participación en el hecho.
Hasta el momento declararon más de veinte testigos, entre ellos la dueña de la quinta La Lorita, donde sucedió el crimen. La mujer, identificada como Lorena Cabrera, de Villa Luzuriaga, se desentendió de los hechos, dijo que está amenazada y que le quisieron prender fuego la finca.
Este jueves se sumaron las declaraciones de la madre de Quiñones, el tío, y cuatro testigos menores de edad quienes básicamente aportaron los supuestos escondites en los que estuvo circulando Giacomini Castro. El lunes, en tanto, declarará un hermano de la víctima.
Agustín Quiñones tenía 18 años.
El domingo 15 de diciembre, aproximadamente a las 7, Agustín y tres amigos del barrio San Esteban intentaban ingresar a una fiesta privada que se desarrollaba en La Lorita, una pequeña quinta ubicada en un loteo entre San Esteban y Peluffo. Era una fiesta clandestina, sin autorización municipal. En el predio -equipado con una pantalla gigante- había algo más de cincuenta personas que pagaron una entrada de $ 10.000.
Agustín y sus compañeros no tenían plata para la entrada. Fue entonces cuando se produjo una discusión que al principio no pasó a mayores. Uno de los vigiladores les dijo que se calmaran y que si no generaban disturbios, podían quedarse bailando en la vereda. Sin embargo, Agustín insistió para que lo dejaran pasar. Fue entonces cuando comenzaron los disparos.
En la noche del miércoles los familiares de Quiñones protagonizaron un corte de ruta en San Esteban con la presencia de Crónica. En ese marco la madre de Quiñones le dijo al periodista Diego Moranzoni que su hijo sólo pretendía cantar en la fiesta y que Giacomini le disparó a quemarropas, sin darle la mínima posibilidad de defensa.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas
