Ni en el far west se vieron imágenes tan crudas. Al menos seis caballos fueron masacrados a tiros en un campo particular ubicado en el límite del barrio Belgrano, en la localidad de Máximo Paz.
Los primeros indicios señalan que los equinos traspasaron el alambrado del campo destinado a siembra y que el propietario, molesto por el ingreso de los animales, les disparó con un fusil. Algunos quedaron tendidos dentro del predio con el orificio de bala en la zona abdominal; otros alcanzaron a escapar y murieron en las calles del barrio.
Una yegua preñada terminó con los intestinos colgando fuera del abdomen y el feto muerto. A las pocas horas fue sacrificada por una institución protectora de animales cuando se verificó que nada se podía hacer para salvarla.
Daiana Olivera, propietaria de dos de los caballos asesinados, radicó una denuncia penal en la Comisaría 2da. de Máximo Paz. Allí declaró que el 27 de agosto al mediodía se enteró de que dos sus caballos, un picaso y una yegua pampa, estaban tirados dentro del campo “de la fábrica”, cultivado con soja y trigo, ubicado a unos 500 metros de su domicilio.
Daiana se dirigió a la zona y verificó la presencia de varios caballos baleados, entre ellos el picaso con un orificio de bala debajo de la axila y la yegua con un disparo en el vientre.
Agregó que en la denuncia que el autor de la masacre fue el propietario del campo, Oscar o Jorge Cattáneo, y aseguró que no era la primera vez que disparaba contra los animales.
Adjuntó un audio enviado por un empleado rural, quien explica que efectivmente su patrón efectuó los disparos con un fusil que puede alcanzar los 3 mil metros.
En el relato Intenta minimizar el hecho explicando que los caballos estaban dentro de su campo, que es un “tirador consciente” y que tuvo la precaución de no tirar hacia el sector de viviendas. También dice que algunos animales alcanzaron a escapar porque su empleador no les dio en el corazón y que en esos casos caminan hasta desangrarse.
En diálogo con InfoCañuelas Daiana contó que los dos caballos eran de su marido, de apellido Muñoz, que los dos tenían papeles y que los utilizaba en carreras de sortijas.
“Por el barrio mucha gente tiene caballos, los míos están cuidados, duermen siempre en nuestro potrero y a veces uno los suelta para que verdeen o se escapan cuando ven pasar otros caballos, pero siempre vuelven. El problema es que este hombre Cattáneo tiene todos los alambres caídos y entonces es lógico que los animales entren, pero de ninguna manera se justifica esta reacción. No es la primera vez, siempre suele echar a los chicos, los patotea o los corre con la camioneta”.
Agregó que un familiar era dueño de la yegua que quedó con los intestinos asomados por el orificio del proyectil. “Llamaron a una protectora, y como no había nada para hacer, la durmieron”.
Fuentes de la Comisaría 2da. informaron que otros tres vecinos de la zona radicaron una denuncia contra Cattáneo y que los caballos asesinados serían seis en total. Habria otro dos caídos en jurisdicción de La Matanza. Los efectivos intentaron notificar al imputado, pero se había ido a otro campo que posee en Corrientes.
De acuerdo a las mismas fuentes, el predio donde ocurrieron los hechos pertenece a una empresa grasera de La Matanza y tiene una gran extensión con una fracción que llega hasta el barrio Belgrano.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas