Varios jóvenes protagonizaron lo que parecería ser una fiesta clandestina en una casa de la calle San Martín al 1100 con música a todo volumen, gran cantidad de alcohol y disturbios que se prolongaron hasta pasadas las 8 de la mañana.
A las 0.30 el vecino Omar Alamo llamó a la comisaría para dar aviso de la situación y solicitar la presencia de un móvil, pero al no obtener respuesta volvió a hacerlo dos veces.
Un patrullero arribó al numeral indicado y dialogó con algunos de los más de veinte jóvenes que se divertían en el lugar. El personal no adoptó ninguna medida por lo que al cabo de algunos minutos los ruidos continuaron en igual intensidad.
A las 2 de la madrugada la esposa de Alamo se comunicó al 911. También tuvo que llamar en dos oportunidades ante la falta de respuestas.
Aproximadamente a las 2.30 alguien destrozó un vidrio del local propiedad de Alamo, quien vive frente a la casa donde transcurría la reunión. Al dirigirse a verificar lo que había sucedido vio un hilo de sangre que salía desde la ventana rota y cruzaba la calle.
A las 3 de la mañana aparecieron entre 3 y 4 patrulleros que, ahora sí, se llevaron demoradas a algunas personas que estaban en la calle haciendo disturbios.
A las 8.30 algunas personas seguían en la vereda tomando bebidas. Hubo nuevos llamados a la policía, que al arribar al lugar recibió insultos por parte de uno de los jóvenes sobrepasado de alcohol.
Molesto por haber tenido que pasar una noche en vela, Alamo se preguntó a modo de reflexión quién se hará cargo de pagar el vidrio de su local, si acaso lo hará el municipio. Además se preguntó quién garantizará la seguridad de su casa cuando no hay nadie, ya que a juzgar por lo sucedido, "esto parecer ser una zona liberada".
En horas de la tarde la Policía Científica concurrió al inmueble para tratar de obtener huellas en el cristal vandalizado.
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas