Una familia que está en planes de mudarse a Villa Adriana sufrió el saqueo total de sus pertenencias, desde los artefactos del baño hasta el equipamiento del hogar. Al día siguiente de hacer la denuncia en el Destacamento policial de Alejandro Petión, los delincuentes volvieron a ingresar para llevarse lo poco que había quedado. Harta de la inseguridad, una de las víctimas fue a la casa de los sospechosos y recuperó gran parte de lo que le habían robado.
La secuencia delictiva ocurrió hace unos días en la vivienda ubicada en la calle Urquiza casi esquina San Martín, propiedad de Marisa Martínez, oriunda de la localidad de Tapiales.
“Hace un año compramos el terreno, hicimos una casa con todo el esfuerzo del mundo y comenzamos a traer muebles para mudarnos. El martes nos fuimos por dos días y el viernes, cuando regresamos, se habían llevado todos los artefactos e instalaciones del baño, vajilla, garrafas y herramientas. Al arrancar el vanitory cortaron caños y me inundaron la casa hasta que se vació el tanque. Hicimos la denuncia y al día siguiente, cuando volvimos para acomodar los daños que habían hecho, nos encontramos con que habían vuelto a entrar. Se llevaron una cocina industrial nueva sin estrenar, el sillón, un colchón y un acolchado, con total impunidad” relató la víctima a InfoCañuelas.
Entre los dos episodios los malvivientes se llevaron el bidet, vanitory, un mueble de baño, grifería, anafe, garrafa, heladera, cocina, sillón, colchón, sábanas y acolchado, vajilla completa, cuadros, desmalezadora, podadora de cercos, un taladro eléctrico y hasta el detergente y la esponjita de la cocina.
Desde que comenzó a planificar su mudanza a Cañuelas Marisa escuchó rumores sobre una familia que se dedica a robar aunque como nunca había tenido ningún problema, no le dio crédito a los rumores. El sábado, luego del segundo robo, decició concurrir a la casa sospechosa de la que todos hablan, para pedir explicaciones.
“Ante tanta impunidad y viendo que la policía no hacía nada, fui a hablar con esta gente, muy enojada, porque no estoy dispuesta a dejarme pisotear. Mientras discutía con una mujer que salió a atenderme, apareció una chica que dijo que había visto las cosas en la casa de su hermano, a la vuelta. Con el patrullero, que vino cuando llamé al 911, fuimos a esa casa y ahí estaban casi todos mis muebles y herramientas”.
Durante el allanamiento ordenado por la Fiscalía local, Marisa supo por boca de las mismas chicas, hermanas del ladrón, que la cocina había sido vendida al dueño de un corralón de Villa Adriana, el mismo lugar donde compró casi todos los materiales para la construcción de su casa.
“Además de denunciar a los que me robaron las cosas, lo denuncié también al dueño del corralón. El lunes voy a ir a verlo para que me devuelva la cocina. Esto se tiene que terminar. Si la gente le compra cosas a quienes todos saben que son ladrones, la cadena de la delincuencia no se corta nunca. Es increíble que el mismo negocio al que le estuve comprando me perjudique de esta forma”.
Para concretar el saqueo los delincuentes cortaron un candado de una celosía y no tuvieron ningún temor de movilizar objetos de gran porte a pesar de que la casa está muy iluminada con reflectores de gran potencia. Ningún vecino parece haber visto los movimientos, lo que también habla de la falta de solidaridad y compromiso para combatir la delincuencia.
Ahora Marisa y su familia deberán hacer una gran inversión para reparar los daños, especialmente en el baño, lo que demorará la mudanza a Cañuelas. Mientras tanto, decidieron agregar rejas, dejar la vivienda ´pelada´ y desinstalar el termo tanque ante el temor de que alguien se lo lleve.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas