“Desgraciadamente nos volvió a tocar. Hace cuatro años salimos una hora a visitar a un familiar y cuando volvimos nos habían entrado a la casa. Anoche salimos a un cumpleaños y en ese ínterin nos dieron vuelta todo, mueble por mueble, caja por caja. Dejaron un desastre. Una cosa es contarlo y otra cosa es verlo” relató Rubén Báez a InfoCañuelas.
El comerciante jubilado vive con su esposa en la calle Independencia casi esquina Acuña donde también se encuentra la lanería Jals, integrada a la vivienda. A la vuelta se encuentra el edificio del Polo de Seguridad, que concentra todas las cámaras de monitoreo. El sábado a las 21 Rubén salió junto a su esposa Irene para participar en un cumpleaños. Aproximadamente a la 1 Salvador, el hijo de la pareja, pasó por la casa antes de viajar a Lobos y descubrió que habían entrado ladrones.
“Salvador fue hasta el cumpleaños donde estábamos y nos contó lo que había pasado. Por suerte no lo descubrimos nosotros directamente porque no sé qué hubiera pasado. El golpe habría sido mucho mayor”.
Báez detalló que los delincuentes forzaron una ventana del lavadero y que dieron vuelta la casa por completo. “Vaciaron todos los cajones, todos los muebles. En el baño hasta quitaron el vidrio de una banderola creyendo que había plata escondida. Por razones de espacio en un lugar tenemos una cómoda apoyada sobre otra con una alfombra vieja en el medio. También bajaron todo eso pensando que podrían encontrar algo. Hasta vaciaron cajas viejas que teníamos guardadas con juguetes y ropa de los chicos. Casi no podíamos caminar por la casa de todo el desorden que nos dejaron”.
El dinero era el único objetivo de los delincuentes. De hecho dejaron un celular, una computadora y otros elementos que estaban sobre una mesa, al alcance de la mano. “Como no tenemos plata en la casa, sólo se llevaron un poco de dinero del negocio que quedó del trabajo del día, unos anillos de oro y un reloj de Irene que ella ya ni usaba porque no funciona y por eso estaba guardado”.
Luego de la visita de la Policía Científica, revisaron con más atención el fondo para ver de qué manera los delincuentes habían entrado al patio. Encontraron huellas que se dirigían hacia los fondos de la panadería Del Pueblo, ubicada en la esquina. Del otro lado de la medianera había un pequeño cuchillo de cintura que pertenece a Rubén y que a los delincuentes se les cayó en la huida.
“Es muy triste lo que está sucediendo, que salís un rato y te entran a robar, pero tampoco ganamos nada quedándonos encerrados en la casa. Por ahí igual entran, te dan un garrotazo y es peor”, concluyó Rubén, resignado.
Fotos y recuerdos familiares esparcidos.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas