El 8 de marzo el productor Alfredo Sella sufrió el incendio de su casa ubicada en el km. 73 de la ruta 205, en inmediaciones del barrio El Taladro. Tras robar una garrafa los delincuentes incendiaron la propiedad provocando la destrucción de la vivienda principal y un galpón aledaño, donde se quemó un tractor.
A quince días de ese episodio delictivo jamás visto en Cañuelas, se produjo un nuevo incidente: esta vez los delincuentes cortaron candados, destrozaron un lavatorio a hachazos, removieron herramientas y dejaron un mensaje en el portón: la palabra “Maldad” dibujada con un dedo sobre los restos de hollín.
Un vecino que vive a unos 300 metros se dio cuenta de que alguien había entrado porque en la mañana del sábado notó el portón del galpón abierto.
“Me fui hasta el campo con la Patrulla Rural. En un zanjón que está cerca de la tranquera encontramos un radiador de tractor y una batería que seguramente dejaron ahí para buscar en otro momentos. Al llegar al casco encontramos los dos candados del portón cortados. En ese lugar yo guardaba cocinas usadas, puertas viejas, grifería y cosas que uno va dejando. No sé por qué razón sacaron todas las cosas y me las tiraron en la galería. También rompieron a golpes un lavatorio y destrozaron grifería que se había salvado de la quema”
Uno de los tractores que sobrevivió al incendio del 8 de marzo no fue tocado por los malvivientes, pero ahora Sella se lo llevó a otro campo, ante el temor de que los vándalos vuelvan una vez más.
Este nuevo episodio de robo y vandalismo se produjo unas pocas horas después de una reunión que una decena de productores de la zona mantuvo el viernes a la tarde. El objetivo fue organizarse para hacerle frente a la delincuencia y gestionar ante el Poder Judicial en forma unificada.
“Armamos un grupo de WhatsApp en el que nos vamos a visando si alguien ve una moto sospechosa, algún vehículo raro, o si los perros empiezan a ladrar en algún campo. En el grupo tenemos un abogado, que es un vecino nuevo, él va a recopilar todas las denuncias que hemos venido haciendo para hacer una presentación en las fiscalías locales. Queremos que nos informen si se está investigando y a qué conclusión arribaron”, contó Sella.
Detalló que un vecino, “Pepe” Lalueza, sufrió dos robos en poco tiempo mientras que otro que se dedica a la venta de corderos y lechones sufrió ocho. Todos los hechos ocurren en una franja que va del kilómetro 72 al kilómetro 75, en ambas márgenes de la Ruta 205. Las sospechas apuntan hacia dos grupitos de delincuentes que viven cerca de la Planta Depuradora Municipal, quienes entraron en acción de manera muy abrupta, en enero de este año. Dos de ellos son hermanos y un tercero, perteneciente a otra familia, es conocido por el apodo de “Topo”.
Una deficiencia que observan los damnificados es que no está claro cuál es la fuerza policial que debe actuar. Por ejemplo, el Destacamento Policial de Uribelarrea tiene jurisdicción hasta el barrio El Taladro, pero en el robo de hace unos días al local de maquinarias de Jáuregui Lorda, que está en el Km. 74, intervino Uribelarrea, cuando ese kilómetro le correspondería a la Comisaría 1ra. de Cañuelas. El CPR tiene jurisdicción en todo el ámbito rural pero su actuación se desdibuja cuando los hechos ocurren en zonas suburbanas, sumado al hecho de que no tiene los policías ni los móviles necesarios para cubrir todo el distrito y mucho menos las zonas calientes.
“Lo que vamos a pedir es que la justicia y el jefe de la Policía de Cañuelas definan con total claridad qué fuerza policial es competente en esta franja porque ahora es un gris”, subrayó Sella.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas