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22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Piden que se investigue como homicidio la muerte de un anciano en Máximo Paz

El certificado de defunción dice que Ramón Aguiar murió de un paro cardíaco pero sus hijos afirman que fue asesinado y el crimen encubierto.

Ramón Aguiar. Foto familiar.

Los hijos de un anciano fallecido a principios de julio en un establecimiento rural aseguran que el hombre fue asesinado y no que falleció como resultado de un paro cardíaco, como afirma el certificado de defunción.

La víctima es Ramón Agapito Aguiar, jubilado, de 73 años, quian desde hacía seis meses trabajaba en un criadero de cerdos ubicado en el kilómetro del 50, en la zona rural de Vicente Casares, en jurisdicción de Máximo Paz.

“La semana pasada me llaman para avisarme de su muerte. Cuando llegué al campo de la madrugada lo estaban sacando los dueños del campo y una ambulancia de la cochería. Me dijeron que había muerto de un ataque,  que lo había llevado al Hospital y que había tenido un paro cardiorrespiratorio. No entiendo cómo si sufrió un ataque los médicos lo dejaron volver al campo” dijo a InfoCañuelas la hija de la víctima, Valeria Aguiar.

“Primero dijeron que dos días antes había estado en el Hospital y que después fue un doctor de PAMI al campo, algo que nos suena raro. Nosotros pensamos que alguien lo mató, tal vez para sacarle la jubilación, y que después lo encubrieron. Unos días antes lo vi, porque cobraba su jubilación en Monte Grande y no lo vi enfermo” añadió Valeria.

Los familiares no creen en lo que afirma el certificado de defunción firmado por Santiago Barronile. Para sostener su hipótesis muestran fotos de Ramón con golpes en el rostro y marcas de sangre en la camisa y el pantalón. 

“Intentamos llevar esas fotos a la Fiscalía en tres oportunidades pero no las recibieron. Esta semana vamos a presentar un escrito pidiendo que la causa se investigue como homicidio y encubrimiento”, añadió Valeria, quien encabeza el reclamo de justicia.

En el escrito que será presentado ante la UFI 2 de la Dra. Norma Pippo se indica que “resulta a todas luces que su deceso no se produjo en forma natural” ya que “puede observarse en las fotografías acompañadas que mi padre se encontraba con el rostro desfigurado, golpes en la cabeza, y tanto el pantalón como la camisa manchados con sangre, todo lo cual no pudo haber sido efecto de una caída, como se pretendió hacer creer”.

“Por otro lado, lejos de preservar la escena del crimen y peritarse el lugar, rápidamente procedieron a dar intervención a una empresa funeraria que retiró el cuerpo y sólo por la exposición de mi hermano Carlos Ramón Aguiar se dio intervención policial evitando así su cremación. Es decir que fingieron una supuesta muerte por causas naturales para limpiar el lugar e impedir que se determine lo realmente acontecido”.

Escrito por: Redacción InfoCañuelas