La Veterinaria Beloqui, ubicada en calle Rivadavia Nro. 54 de Cañuelas, fue escenario de un robo ocurrido este domingo a las 4 de la madrugada.
Al menos dos delincuentes rompieron el panel de blindex e ingresaron al establecimiento, ubicado a pocos metros de la estación ferroviaria.
El ruido del cristal alertó a los vecinos, que los domingos la madrugada suelen dormir a medias, alterados por los gritos, el desorden y las patadas contra las puertas que generan las bandas de jóvenes que salen de un boliche bailable ubicado en las cercanías.
Además de robar algunos elementos rurales (recado, lazos, riendas y un electrificador) los delincuentes hicieron un gran destrozo, arrojando elementos de laboratorio y computadoras. “Sólo por hacer daño, me tiraron al piso la computadora donde tengo los registro de todos los tambos que atiendo”, explicó Beloqui a InfoCañuelas.
Cuando un patrullero llegó al lugar, los policías ingresaron al establecimiento en compañía del hijo del veterinario. Los efectivos realizaron una rápida inspección y cuando se aprestaban a retirarse con las manos vacías, Beloqui los detuvo señalándoles un rincón: “Creo que se están olvidando de algo”, les dijo.
Debajo de un escritorio asomaba la zapatilla del delincuente, que se había escondido intentando pasar inadvertido.
Tras ser aprehendido, el caco fue identificado como Jonathan Rodríguez, de 18 años.
Minutos antes, el cómplice de Rodríguez había salido cargando con el botín entre sus brazos.
Un conocido de Beloqui, que en ese momento pasaba en coche por Alem y Rivadavia en compañía de su novia, lo vio cruzar tranquilamente la calle Alem frente a un móvil de seguridad, llevando riendas y un recado. Luego ingresó a las viviendas abandonadas de la ex Intendencia Ferroviaria.
El testigo no recuerda si el vehículo era de la Guardia Urbana o de la Policía, pero lo sorprendente es que al efectivo que se encontraba al volante no le llamó la atención que una persona trasladara esa clase de objetos a esa hora de la madrugada.
Más tarde la policía concurrió a las viviendas abandonadas pero la madre del sospechoso dijo que había permanecido durante toda la noche, durmiendo en la casa.
MALESTAR DE LOS VECINOS
El robo ocurrido en la Veterinaria Beloqui reavivó la preocupación de los vecinos por la existencia de un presunto aguantadero en el sector de viviendas usurpadas, ubicadas sobre la calle Alem, a metros del Parque de la Salud.
“Allí es donde viven algunos de los que andan robando por la zona. Y además, es un lugar que utilizan muchas parejas como improvisado hotel alojamiento”, comentó una persona que vive a metros del lugar.
Hace seis años el intendente Gustavo Arrieta prometió que la Municipalidad se haría cargo de esas viviendas de madera, herencia del ferrocarril estatal, para crear un museo. El proyecto nunca se concretó.
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas