El Juzgado de Garantías Nro. 8 con asiento en la calle Moreno de Cañuelas fue escenario de la Cámara Gesell en la que dos adolescentes (una alumna y otra ex alumna del complejo parroquial Santa María) prestaron declaración testimonial en el marco de la causa por abuso sexual contra el padre Carlos, sacerdote catequista de la institución.
Las dos chicas de 14 y 16 años ratificaron en un todo lo declarado en la denuncia inicial e incluso una de ellas aportó información adicional, según pudo saber InfoCañuelas a través de fuentes cercanas al expediente.
De esta manera el fiscal Lisandro Damonte, titular de la Fiscalía 1 que instruye el caso, reunió importantes elementos de prueba para avanzar en la investigación. Las próximas horas serán determinantes para conocer el temperamento que se seguirá contra el imputado.
Asimismo, pudo saberse que declaró una docente de matemática, quien ratificó los dichos de una de las menores. Testificó que la chica solía mostrarse perturbada por las constantes visitas del cura al aula para sacarla de clase y llevarla a la sala de música.
La audiencia estuvo a punto de naufragar por segunda vez ante la ausencia de los abogados patrocinantes de Patricia Martínez, la mamá de una de las denunciantes. En mesa de entradas se hallaba Norberto Lorenzo, titular del estudio para el que trabajan los letrados, quien no pudo intervenir por no estar presentado en la causa y por no tener matrícula provincial.
En diálogo con InfoCañuelas Patricia agradeció la contundente actitud del fiscal Damonte, quien insistió para que la audiencia se pudiera llevar a cabo.
LAS DENUNCIAS
En septiembre pasado la primera víctima, a través de mensajes de WhatsApp a sus compañeros, relató que en uno de los encuentros con el sacerdote en la sala de música y video, la abrazó, le tocó la cola y luego intentó tocarle la entrepierna.
"Yo le di un manotazo y me puse a llorar. No sabía lo que podía hacer. Y bueno, me dijo que no salga así. Me puse re mal, así que se sentó al lado mío. Y me puso la cara en el cuello. Me lo saqué de encima y me fui a la puerta. Me dijo que no salga así que era yo la que iba a perder. Y bueno, me dejó salir. Ahí fui, me lavé la cara y volví al salón. ¿Viste que me habían preguntado si estaba llorando? Y bueno, era por eso” dijo la chica a sus compañeros. Estos detalles fueron ampliados a InfoCañuelas por la mamá de la chica.
La segunda menor relató en sede judicial que el sacerdote la abrazaba en exceso; y que en una de las charlas que mantuvieron a solas le miraba los labios y le apoyó una mano en la rodilla intentando acariciarla.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas