23 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Saquearon una vivienda de fin de semana en Uribelarrea

Cortaron un alambrado perimetral y se llevaron varios elementos.

La ventana fue barreteada.

La ventana fue barreteada.

Hace dos años Mariano Fontana compró un lote en Uribelarrea y construyó un quincho con comodidades mínimas para pasar los fines de semana en familia, un lugar tranquilo. No colocó rejas porque la inseguridad en Uribe era casi nula y porque tampoco es lo habitual en las construcciones del pueblo. Pero en plena cuarentena se llevó una desagradable sorpresa.

Entre el lunes a la noche y la madrugada del martes uno o más delincuentes ingresaron al predio ubicado en calles Uribelarrea y Lossi, a unos 300 metros de la plaza Centenario. Tras cortar el alambrado olímpico forzaron una pequeña ventana y por allí sacaron lo que pudieron.

En la mañana del martes un amigo de Fontana que compró el terreno lindero por la misma época lo llamó para avisarle que algo había pasado: las cortinas estaban corridas. Mariano es trabajador esencial y por eso pudo viajar hasta Uribelarrea. Cuando llegó se confirmaron las sospechas: habían entrado a robar. 

En una rápida revisión verificó que faltaban la máquina bordeadora Stihl, una sierra circular de la misma marca, un horno eléctrico Atma, ollas y una caja con herramientas varias.

El hueco dejado por la cocina y el corte en el alambre.

En la tarde del martes, tras reparar el alambrado, se dirigió al Destacamento policial. El único efectivo del lugar no tenía móvil para desplazarse hasta la vivienda intrusada, por lo que acompañó a Fontana en su auto particular haciendo de patrullero y luego lo escoltó a Cañuelas para hacer la denuncia.

“No me preocupa tanto el robo en sí, sino la desprotección del pueblo. De hecho no había ningún control cuando entré a Uribe. El policía mostró muy buena voluntad, pero lamentablemente no tienen medios para trabajar y tienen a su cargo una zona enorme que va de Uribelarrea a El Taladro” opinó Fontana.

Esa sensación de total tranquilidad se evaporó en pocas horas. Ni bien volvió a CABA Fontana compró una alarma para proteger su lugar de descanso.
 

Escrito por: Redacción InfoCañuelas