El domingo a la madrugada la comisaría se convirtió en una especie de campo de batalla.
Tres jóvenes que fueron demorados en la esquina de Libertad y Belgrano, totalmente borrachos, arrancaron a patadas el marco y la puerta de la sala de contraventores.
Antes de eso, mientras eran trasladados a la sede policial, rompieron el vidrio del patrullero.
Los policías tuvieron que esposarlos para evitar que fugaran y siguieran dañando las instalaciones de la comisaría.
El médico policial les efectuó análisis para establecer si estaban solamente alcoholizados o si habían consumido alguna otra sustancia.
El sábado a la mañana fueron entregados a sus padres.
No trascendió su identidad, aunque se informó que tienen uno 16 y los otros dos 17 años. Vivirían en el barrio Hipotecario.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas