Amante de los viajes a los pueblitos de provincia, desde hace tiempo Uribelarrea era un ´pendiente´ en la agenda de Mario Massaccesi. Hace unos días, volviendo de Epecuén, vio el cartel indicador sobre la 205 y de inmediato lo marcó como próximo destino en su hoja de ruta.
“Soy de visitar pueblitos en mis días libres, me encantan, y cuanto más chiquitos, aislados y pintorescos, mejor. Todos los fines de semana trato de escaparme a alguno distinto. No busco grandes cosas, sino los pequeños detalles, casas antiguas, calles tranquilas, lo opuesto a la Capital Federal” relató a InfoCañuelas.
En su breve estadía de cinco horas recorrió la estación ferroviaria, el casco urbano y la centenaria Iglesia Nuestra Señora de Luján. En el santuario le llamó la atención su arquitectura pero también un detalle anacrónico: el buzón para recibir denuncias anónimas contra el narcotráfico, un dispositivo entregado por Gustavo Vera que ´descansa´ junto al confesionario.
Almorzó en El Palenque y bautizó como “Uribe Soho” un tramo de la Av. Crotto rebosante de parrillas con mesas a la calle.
En las primeras horas de la tarde caminó por el sector de la cancha de fútbol, donde le pareció simpático el detalle de los sectores “Local” y “Visitante” en las tribunas de un campo de juego ajeno a cualquier masividad. En su ir y venir por callecitas otoñales se puso a charlar con don Julio, un vecino de más de 90 años, habitante de una de las casonas más antiguas del poblado, con su aljibe en el patio.
“Uribelarrea me encantó, me hubiera gustado quedarme un poco más, pero como no sé manejar, siempre dependo de algún amigo o amiga que se ofrezca a llevarme. Quiero volver pronto para conocer todo lo que me falta. Si no es este fin de semana, será el próximo", aseguró.
Entre los puntos de interés que le quedaron en el tintero se encuentran el Viñedo Uribelarrea, la estancia La Figura y el tambo caprino Valle de Goñi.
“Me gustó mucho la predisposición de los vecinos para hacer de su pueblo un lugar interesante para el visitante. Ni bien entrás te encontrás con gente vendiendo antigüedades en la calle, lugares para comer... El mensaje que uno recibe ni bien llega es 'bienvenido, te estamos esperando'. Es muy valiosa esta combinación de tener un lugar histórico con sus fachadas antiguas y la pasión de la gente por crear un lugar donde uno pueda sentarse y pasarla bien”, concluyó.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas