Abel Pintos y Mora Calabrese se casaron este jueves en Cañuelas en una ceremonia religiosa reservada que tuvo lugar a las 11 en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
El responsable de oficiar el sacramento fue el padre Marcos Cabrera, párroco de Alta Gracia, quien fue elegido porque es amigo cercano de Abel desde hace más de una década. Inicialmente la ceremonia se iba a realizar mañana, viernes, pero dado que el padre Marcos celebra ese día las fiestas patronales de su comunidad, fue necesario adelantarla.
Hace poco más de dos meses Cabrera se comunicó con su par de Cañuelas, Ramón Costilla, para solicitar el préstamo del templo. Un dato importante es que el sacerdote cordobés trajo un “pase” firmado por las autoridades de la diócesis a la que pertenece Alta Gracia, por lo que la boda quedó asentada en el libro parroquial de Cañuelas.
El padre Ramón fue un testigo privilegiado de la ceremonia a la que sólo concurrieron los padrinos y dos o tres colaboradores. A diferencia de lo habitual, Abel y Mora ingresaron juntos. La Marcha Nupcial fue la única pieza musical que se escuchó al inicio y al final.
“Cuando hablé con el padre Marcos me pidió las reservas del caso porque al ser personas tan populares y mediáticas, querían una ceremonia íntima. Me pareció excelente porque un acontecimiento de esta naturaleza se debe experimentar y vivir en la intimidad. No debe ser un espectáculo. Tener la Iglesia llena de cámaras le quitaría esa intimidad que la pareja necesita para vivir el momento” contó Ramón a InfoCañuelas.
Con la naturalidad de quien los conoce de toda la vida, el padre Marcos les dejó un bello mensaje. Les habló de ser sal y ser luz, del compromiso para siempre. Desde esa perspectiva les dijo que cuando Abel pierda el sabor ella sea la sal que lo suscita; y cuando Mora pierda luminosidad él sea la luz que les permita encontrarle el sentido al camino compartido.
“Me pareció una experiencia muy agradable y si bien no me encargué de la ceremonia, me quedé allí para colaborar y garantizar que se respetara la privacidad. Al final los saludé, les deseé de corazón que sean felices. Los dos me parecieron muy amables y sencillos”, destacó el padre Ramón.
El sacerdote de Cañuelas aclaró que no pidió ninguna donación por el uso del templo. “No soy de pedir y ni siquiera hablé del tema con el otro sacerdote. Que nadie piense que hacemos esto por un interés material o económico. Hoy todo significa un gasto y todo cuesta pero no es lo que nos mueve en este servicio”.
Tras concluir la ceremonia Abel y Mora se dirigieron a la estancia Villa María, donde transcurrirá la fiesta con un centenar de invitados.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas