A mediados del siglo pasado se inauguró en el km. 56 de la Ruta 3 un complejo comercial conformado por la estación de servicio YPF y el restaurante y hostería La Garza Mora, que además funcionaba como salón de té y coctel.
Este parador tiene una importancia histórica porque en su entorno se desarrolló el barrio Parque Peluffo, una urbanización de casas quintas ubicada sobre las tierras que pertenecieron a la chacra Santa Clara, de Carlos Grassi.
El archivo argentino DiFilm -uno de los bancos de imágenes más grande del mundo- conserva en su acervo un fragmento fílmico de la hostería, registrado en 1959, que ahora compartimos con los lectores de InfoCañuelas. En este pequeño tesoro se aprecia el primer plano de una mujer mirando a cámara mientras el paneo recorre la fachada del edificio, el estacionamiento, el tránsito de la Ruta 3 y el cartel con la elegante silueta de una garza.
Ahora bien, para saber cómo se gestó esta hostería y el barrio circundante hay que remontarse a 1938. El 8 de octubre de ese año se inauguró el tramo de la Ruta 3 entre San Justo y Cañuelas; y al año siguiente, el 9 de julio de 1939, comenzó a circular la Línea 88 del Expreso Liniers. Esta combinación favoreció el desarrollo de nuevos loteos en entornos rurales alejados de la ciudad de Buenos Aires.
Hacia 1940 el ingeniero agrónomo Vicente Antonio Peluffo le compró a la viuda de Grassi un total de 134 hectáreas destinando una fracción con salida a la ruta para el desarrollo del nuevo barrio. El remate de las primeras 100 parcelas se realizó en 1946 y mientras la empresa constructora de Tito Garavaglia levantaba los primeros chalets, Peluffo tuvo la idea de jerarquizar la urbanización con una estación de servicio, hostería y restaurante bautizados “La Garza Mora”. La inauguración de todo el conjunto se realizó el 10 de agosto de 1948.
“El barrio parque Peluffo es uno de los lugares más pintorescos, interesantes y atrayentes de la Ruta Nacional Nro. 3. Ubicado en una magnífica loma de tierra negra y aguas exquisitas, a sólo 56 kilómetros de la Plaza del Congreso, es el único barrio parque de los alrededores de la Capital Federal al que se puede llegar directamente sin atravesar pueblos o barreras que demoren el recorrido. Además de esta importante ventaja los adquirentes gozarán de otras que significan un aporte valiosísimo, como ser luz eléctrica, cuidado y atención de las casas y jardines, horno de ladrillos propio, hostería, estación de servicio, habiéndose construido numerosos chalets de calidad y alto valor que dan al lugar un sello de categoría”, decía un volante publicitario de la época.
“Los adquirentes que deseen edificar deberán comprometerse a construir en ladrillos, tipo chalet, y techo de tejas, para mantener la armonía del barrio. La usina suministra corriente eléctrica alternada de 220 volts dentro de los horarios que se fijen. Por derecho de línea se cobrará la suma de $ 500 m/n. El vivero podrá ocuparse de la plantación y cuidado de los jardines mediante convenio directo con los dueños de las quintas”, añadía.
Los residentes eran familias de clase media que buscaban un lugar para su casa de fin de semana y también empresarios como el francés Gustavo Artaux, fundador de la fábrica Finaco S. A. (hoy conocida como El Castillo).
Don Pedro Massara, uno de los primitivos pobladores de la zona, fue contratado por Peluffo para colaborar en las mediciones del loteo y luego se ocupó de plantar unas 15 mil ligustrinas y una gran cantidad de aromos en las avenidas principales del trazado.
Posteriormente quedó como encargado de la estación de servicio, tarea que desarrolló hasta 1981, mientras sus hermanos Alfredo y Cesarina administraban el restaurante. Hasta 1969, cuando llegó SEGBA, don Pedro Massara también manejaba la usina eléctrica que daba energía a la YPF y al barrio, en el horario de 12 a 15 y de 19 a 22.
La estación de servicio contaba con un taller mecánico donde el corredor de turismo carretera Juan Gálvez preparaba sus autos que luego probaba sobre el flamante asfalto.
En 2011, en el 63 aniversario del barrio parque, se le impuso el nombre de “Pedro Massara” a la colectora de Ruta 3 por pedido de la Sociedad de Fomento. Unos años antes, con el impulso de Susana Frasseren y Pablo Garavaglia (Rancho Los Uncalitos) y del vecino Armando Waisberg, todo el complejo edilicio fue declarado de interés cultural y patrimonial.
En cuanto a Vicente Antonio Peluffo, ingeniero agrónomo nacido en 1906, tenía importantes extensiones de tierra no sólo en Cañuelas sino también en el partido de La Matanza. Debía su capital económico a un negocio familiar de vivero, almacén de semillas, plantas, apicultura y anexos fundado por su padre, Vicente, y su tío Ángel a fines del siglo XIX. Peluffo padre fue coautor de dos conocidos manuales de arboricultura de la época, El jardinero ilustrado, editado por primera vez en 1885, y Arboricultura Argentina, editado en 1905.
El establecimiento Vicente Peluffo y Cía. fue el único proveedor del arquitecto y paisajista Charles Thays cuyos árboles aún perduran en numerosos parques y jardines del país, como en la estancia San Martín de Vicente Casares, cuna de la industria lechera nacional.
Germán Hergenrether
Escrito por: Germán Hergenrether