22 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Así fue la emotiva despedida del padre Bachi

“Cargó con la cruz de ser distinto, de ponerse al hombro a los marginados” lo describió el obispo Eduardo García.

Con una homilía a cargo del obispo Eduardo García en la parroquia San Roque González y compañeros mártires de San Justo, el domingo se llevó a cabo la despedida del padre Basilicio "Bachi" Brítez, fallecido a causa del Covid 19 y una infección intrahospitalaria que contrajo en su prolongada internación de tres meses.

Monseñor García destacó que el sacerdote -reconocido por su trabajo pastoral en las villas de La Matanza- “cargó con la cruz de ser distinto, de ponerse al hombro a los marginados y descartados”. 

“Hablar de ‘Bachi’ es hacer referencia a Palito y viceversa: No se puede hablar de uno sin el otro, porque está clavado en el corazón del pueblo”, remarcó el obispo. Además enfatizó que el sacerdote tenía en el corazón ese amor que lo hacía padre de su pueblo. “Él era incapaz de pensarse sin los chicos, sin las chicas que recogió y siguió amando”, indicó.

Finalizada la misa, cerca de las 10 de la mañana, un nutrido grupo de personas acompañó al cortejo para despedir al Padre ‘Bachi’. Con música de chamamé de fondo, a lo largo del recorrido se vieron muchas escenas de dolor en el último adiós al sacerdote. Los vecinos se acercaban visiblemente acongojados a la caravana. Algunas personas tenían ramos de flores en sus manos y otros arrojaban besos al aire relató el diario 1 Digital.


El presbítero Basilicio Brítez Espínola, nació en Villa Rica, departamento de Guairá, Paraguay, el 14 de julio de 1968. Tenía tres años de edad cuando en 1971 su padre, que era zapatero, y su madre, empleada doméstica, vinieron a la Argentina y se instalaron en una villa de emergencia cerca de las Barrancas de Belgrano.

Fue ordenado sacerdote el 9 de diciembre de 1994 en el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, de la diócesis de San Justo, por el entonces obispo de esa diócesis, monseñor Jorge Arturo Meinvielle.

En 1997 llegó a Cañuelas como vicario para acompañar la labor del párroco Julián Pardo. Además de trabajar como catequista en el complejo Santa María, Bachi se dedicó a recorrer las zonas rurales llevando el evangelio a las quintas de verduras y hornos de ladrillos en las zonas de Ruta 3 y Máximo Paz, donde abundaban los trabajadores de origen portugués y boliviano. Posiblemente esa primera vinculación con los sectores más humildes de Cañuelas marcó su apostolado.

En 1999 fue nombrado párroco de San Roque González y Mártires, la iglesia del Barrio Almafuerte, de San Justo, su barrio. Sirvió muchos años en la Villa Palito, donde realizó la tarea de establecer el Hogar de Cristo. Actualmente se desempeñaba como párroco del Barrio Almafuerte.

Escrito por: Redacción InfoCañuelas