En sus dos siglos de existencia Cañuelas registra pocos acontecimientos literarios que merecen un lugar en la vitrina de la historia. Se podría mencionar la conferencia que brindó Jorge Luis Borges en la Escuela Técnica, el 28 de marzo de 1977; o las visitas de Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo y Manuel Mujica Lainez a la estancia San Martín de Vicente Casares en 1965. Otro de esos capítulos memorables se escribió el 23 de agosto con la presencia de Guillermo Etchebehere en la Biblioteca Nacional, casi medio siglo después de su muerte.
En la sala David Viñas del anexo Museo del Libro y de la Lengua, frente a un auditorio colmado por vecinos de Cañuelas y miembros de la colectividad vasca a la que pertenecía el poeta, Juan Manuel Rizzi -secundado por el café Literario Silencio y Voces- presentó el libro “Poesía completa” que reúne toda la obra de Etchebehere junto con algunas conferencias, poemas sueltos que fueron publicados en revistas literarias y una reseña biográfica fruto de varios años de investigación.
“Etchebehere es un autor formidable. Su poema a los abuelos vascos es una de las grandes piezas líricas de la literatura argentina” ponderó Guillermo David, el directo de Cultura de la Biblioteca Nacional en la apertura del encuentro.
Nacido en Bahía Blanca, David es un estudioso de la literatura bonaerense en la que destaca a Etchebehere como uno de sus pilares. Citó los vasos comunicantes del poeta con figuras de las letras o de la política, entre ellos el dramaturgo Carlos Gorostiza y el economista de Perón José Bel Gelbard, de quien fue colaborador estrecho, como explicó en su artículo El escriba secreto, publicado en Página/12.
“Lamentablemente -expresó el periodista Antonio Requeni- los poetas de la generación del 40 están bastante olvidados. Un injusto manto de silencio cubre sus nombres y sus obras. Es muy bueno que los vecinos de Cañuelas hayan decidido publicar su poesía completa. Era necesario. Quienes no lo conocieron, quienes no tuvieron el privilegio de conmoverse con uno de los más importantes poetas argentinos, ahora tiene la oportunidad de hacerlo”.
Para Requeni, el “Vasco” fue una influencia gravitante en su juventud, cuando decidió incursionar en el arte de la poesía. A pesar de la diferencia de edad, Etchebehere se convirtió en una fuente habitual de consulta e incentivo. Durante todo el decenio de los 50 lo visitó en su departamento de la calle Chacabuco 584 donde mantenían largas charlas sobre la admiración que compartían por Miguel Hernández, Federico García Lorca y José Pedroni. En una de esas visitas le obsequió una décima escrita de su puño y letra que el periodista donó para integrar el acervo de la Biblioteca Sarmiento.
Rizzi, por su parte, ahondó en el vínculo que Etchebehere mantenía con sus mentores, especialmente Carlos Vega y Álvaro Yunque. Contó que hace pocos días, en la casa de Darío Etchebehere, sobrino del poeta, apareció un verdadero tesoro: una carpeta con 71 reseñas, 57 publicaciones periódicas y 79 cartas o acuses de recibo de personalidades como José Luis Borges, Alfonso Reyes, Ricardo Rojas, Arturo Frondizi, Alejandro Casona, Enrique Banchs, Nicolás Olivari, Arturo Capdevila, José Pedroni y León Benarós, entre muchos otros. Una selección de ese material formará parte de una edición ampliada en la que Rizzi ya está trabajando.
La primera edición presentada el viernes 23 se puede encontrar en las librerías Norte, Arcadia y De la Mancha de la ciudad de Buenos Aires. También en la Biblioteca Sarmiento de Cañuelas.
El coro de la Asociación Vasca Denak Bat de Cañuelas junto a un pequeño grupo de dantzaris interpretaron el Aurresku, una danza ceremonial que se utiliza para homenajear a personalidades de la comunidad.
Sergio Massarotto, Sandra Cherutti y Leo Mennitto interpretaron las milongas “La Mano de mi rumor” y “Memoria para el olvido”, con letras de Etchebere, grabadas en 1980 por Atahualpa Yupanqui. Matías Kekes López abrazado a su potente guitarra estrenó una pieza compuesta a partir de varias décimas del cañuelense.
Fernando Abdo se sumó a la presentación en representación del gobierno Municipal (llevó el saludo de la intendente Marisa Fassi). Destacó la puesta en marcha de la Biblioteca Digital de Autores Cañuelenses que a poco más de un año de su implementación lleva 5 mil descargas de libros en PDF. Además, adelantó la intención de crear una editorial municipal para contribuir con los escritores del distrito que necesitan editar su obra.
En las primeras filas del auditorio, Susana Frasseren y Pablo Garavaglia seguían la presentación con los ojos iluminados. Fueron ellos quienes hace más de tres décadas comenzaron a darle visibilidad al poeta bautizando con su nombre el barrio ubicado frente a Los Aromos. Ahora Juan Manuel Rizzi terminó de resucitarlo del olvido.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas