Carlos Alberto Gabriel Vega nació en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, el 14 de abril de 1898. Fue musicólogo, compositor y poeta argentino, y es considerado el padre de la musicología argentina.
Ha sido el precursor de la investigación etnomusicológica en Argentina y el creador de la primera institución musicológica que con posterioridad alcanzó el rango de Instituto Nacional. Antes de la formación del Instituto, Carlos Vega ingresó como adscripto en 1926 al Museo de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, donde en 1931 se creó el “Gabinete de Musicología Indígena” que tiempo después pasó a llamarse “Instituto de Musicología”.
En 1948, por decreto presidencial, dicho instituto se separó del Museo y fue dirigido por Carlos Vega. Hasta que en 1971 se denominó Instituto Nacional de Musicología, y dos años más tarde se le incorporó el nombre de su fundador.
Hijo de Antonio Vega y Josefa Sánchez, Carlos estudió guitarra desde los doce años y desde los dieciséis tomó clases de violín, solfeo y teoría musical con Antonio Torraca.
A partir de 1920 viajó por las provincias argentinas y colaboró con los diarios Heraldo e Yrigoyen de la ciudad de Concordia (Entre Ríos) bajo los seudónimos de Cardenio y Rey Negro.
En 1926 se estableció en Buenos Aires y al año siguiente creó la Biblioteca Popular Domingo Faustino Sarmiento en Cañuelas. Y en 1930 inició un proyecto de relevamiento musicológico del folclore argentino, además de llevar a cabo un amplio estudio de los códices medievales. Desde 1963 fue docente de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina (UCA), entidad a la que donó numerosos materiales musicológicos de su propiedad. En 1965 se incorporó a la Academia Nacional de Bellas Artes de la Argentina como numerario.
Entre las obras musicológicas de Carlos Vega podemos encontrar: Escalas con semitonos en la música de los antiguos peruanos (1932); Danzas y Canciones Argentinas (1936); La Música Popular Argentina (1941); Panorama de la Música Popular Argentina (1944); Bailes tradicionales argentinos: El Cuando - El Carnavalito - La Mariquita - El Pala Pala - El Bailecito - El Pajarillo - La Huella - La Firmeza - La Sajuriana - La Media Caña - El Minué Federal - Los Aires (1944-1953); Los instrumentos musicales aborígenes y criollos de la Argentina (1946); Música sudamericana (1946); La forma de la cueca chilena (1947); Las danzas populares argentinas (1952); El origen de las Danzas folklóricas (1956); La ciencia del folklore (1960); Danzas argentinas (en dos volúmenes, 1960-1961); El canto de los trovadores en una historia integral de la música (1963); Lectura y notación de la música (1965); El cielito de la independencia (1966) y Antecedentes y contorno de Gardel (1966, publicado póstumamente), entre otros.
Entrevista a Hernán Gabriel Vázquez, actual director del Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”
Hernán Vázquez es Magíster en Interpretación de Música Latinoamericana del Siglo XX (Universidad Nacional de Cuyo), Licenciado en Música y Profesor en Piano (Universidad Nacional de Rosario) y realiza el programa de Doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires). Además de intérprete, es docente de grado en la Universidad Nacional de Rosario (Análisis Musical y Literatura Pianística). En el Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega” se desempeña como investigador, desde 2011, y fue designado como director en junio de 2018.
Además, integra y dirige equipos de investigación acreditados en universidades nacionales. Sus investigaciones abordan procesos de recepción crítica y compositiva en la música latinoamericana de la década de los sesenta. Publicó artículos en revistas especializadas y un libro sobre entrevistas a compositores latinoamericanos. Es miembro activo de la Asociación Argentina de Musicología, de la International Musicological Society y de su Asociación Regional para América Latina y el Caribe.
En esta entrevista habla sobre los valiosos aportes de Carlos Vega en materia de investigación y registro documental, además de contar cuáles son las actividades que está desarrollando el instituto en la actualidad.
-¿Qué puede decirnos acerca del padre de la musicología argentina?
-Carlos Vega nació en Cañuelas el 14 de abril de 1898 y falleció en Buenos Aires el 11 de febrero de 1966. Su actividad vinculada a la música, porque él también tuvo otras inclinaciones artísticas vinculadas a la escritura y a la poesía, han quedado en la historia en su incursión a partir de 1931 en lo que entonces se llamaba el Museo Nacional de Historia Natural que actualmente es el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Allí, en 1931 comenzó una actividad vinculada a lo que van a ser las primeras experiencias de trabajo científico entorno a la música en la Argentina. Entonces en ese punto, hay dos aspectos importantes para destacar en cuanto a Carlos Vega. Es la primera persona que empezó a estudiar rigurosamente las prácticas musicales en la Argentina, lo que luego se va a llamar musicología y etnomusicología. Y en la parte institucional es la persona que logró, gracias a sus esfuerzos y su trabajo, constituir la primera institución dedicada a la investigación de la música. Con esto quiero ser concreto y diferenciar las actividades de difusión de tipo artística que podrían haber llegado a desarrollar previamente a él: Andrés Chazarreta, Manuel Gómez Carillo, que recopilaban música, la transcribían y luego hacían producciones artísticas.
-¿Cuál fue su aporte en el campo de la investigación?
-La actividad científica que comenzó a hacer Vega con las músicas tradicionales en la Argentina tuvo que ver con recopilar esas músicas, pero no con un fin de difusión sino con el fin de investigarlas. Por lo tanto, esas músicas están acompañadas de otro montón de información que permite desarrollar investigaciones que Vega las plasmó en libros, en publicaciones o en conferencias. Transformó esa actividad cultural, que es la manera en que los seres humanos nos relacionamos con la música o que producimos música, en información, en conocimiento científico. Eso ha servido para poder explicar ciertas características específicas para saber cómo las músicas tradicionales en la Argentina se desarrollaron. Él hizo las explicaciones de acuerdo a marcos teóricos propios de la época y no de acuerdo un concepto artístico. Él vivió toda su vida de producción fuerte entre la década del 30 y la década del 60, y se manejó con ciertos marcos teóricos que le permitieron acceder a determinados conocimientos. Y a partir de esos conocimientos y sus prácticas pudo formar a una serie de investigadores entre los que están los que se destacan en Argentina como en Latinoamérica. Isabel Aretz, que no se formó musicalmente pero sí en la investigación etnomusicológica con él. También está Lauro Ayestarán, un musicólogo uruguayo muy importante que fue alumno y amigo de Carlos Vega. No fueron los únicos por supuesto. Estaban también Silvia Eisestein, que fue discípula y luego llegó a ser esposa del propio Vega, que continuó junto a Isabel Aretz sus trabajos de investigación en Venezuela años después.
-¿Cuánto del patrimonio acopiado por él se conserva hoy en el instituto?
-La labor de recolección y de investigación no solo de música sino de registros visuales y documentos que comenzó a realizar Carlos Vega se fue resguardando en lo que llegó a ser el Instituto de Musicología y que todavía lo sigue siendo. Se guardaron como fuente de investigación, o sea, como materiales que servían para las futuras investigaciones que realizó Vega y las que se llevaron a cabo a partir del instituto. Eso que era material del uso común y cotidiano de un investigador, con los años fue constituyendo un gran patrimonio institucional. La institución comenzó a producir un archivo y esos materiales se fueron conservando. Son documentos de todo tipo, desde documentos fotográficos, dibujos, elementos gráfico, visuales, informes, entrevistas, materiales que se llevaban en los trabajos que llamamos ahora trabajo de campo. Y por supuesto, elementos propiamente musicales como son los registros sonoros que se comenzaron a hacer desde la década del 30 y también instrumentos musicales que se fueron recopilando por donación o por compra en los diferentes viajes que iniciaba Carlos Vega y sus discípulas y discípulos hacia las zonas rurales argentinas. Esto le permitió hasta 1966, año en que fallece, constituir un enorme patrimonio documental y sonoro de distintas prácticas musicales de todo el país. Y tanto de lo que sería el repertorio criollo o con vinculaciones a la cultura europea como es el folclore argentino. Como también, con las primeras incursiones en las prácticas musicales de los pueblos originarios que alcanzó a consultar. Estas prácticas de investigación en músicas tradicionales continuaron luego de su fallecimiento por distintos investigadores. Algunos que alcanzó a formar y por las nuevas camadas de investigaciones. Y por supuesto, a partir de nuevos conceptos y de nuevos marcos teóricos que la disciplina musicológica y etnomusicológica que serían las dos ramas principales hasta ese momento que se llegó a desarrollar a nivel internacional.
Es así que en la década del 70 a partir de un equipo de investigación conducido por el musicólogo Jorge Novati en el Instituto de Musicología se llegó a desarrollar las primeras investigaciones sobre música popular urbana que dio lugar al proyecto que actualmente es un programa de investigación denominado “Antología del Tango Rioplatense”. En este tipo de estudios de las músicas populares, tanto Vega como el propio instituto a partir de la década del 70 fueron pioneras a nivel mundial. Por supuesto a partir de la década del 80 y por sobre todo del 90, los estudios de música popular se consolidaron a nivel internacional y el instituto continuó con ese trabajo. Es decir que la práctica particular que llevó Carlos Vega que vinculaba un interés en los desarrollos históricos de las músicas que se practicaban en la Argentina y en la región con una aproximación etnomusicológica que podríamos llamarla hacia cuestiones sociales o antropológicas, esas dos prácticas que en otras regiones se pesaban como antagónicas, Vega las unió a partir de su formación autodidáctica. En cierta forma, marcaron la práctica científica entorno a los estudios musicales en Argentina y en parte de la región. Que es una particularidad de las investigaciones sobre música en Argentina que siempre los historiadores o los etnomusicólogos o antropólogos que se dedican a los estudios de música, vinculan estos aspectos o han tenido la capacidad de poder vincularlos. En este sentido, estas prácticas de Vega que a la vista de los conceptos y los paradigmas actuales pueden ser discutidos, han marcado la manera que se llevan adelante esos estudios.
-¿Cómo se mantiene su legado en el Instituto?
-En cuanto al legado de Vega que podemos plantear, el instituto lo mantiene de estas dos maneras. Por un lado en cuanto a la práctica y al interés amplio sobre las prácticas musicales y en cuanto al hombre que se vincula con estas prácticas musicales. Y por otro, en la constitución y sucesiva acumulación, conservación, cuidado y acceso público de los materiales que las distintas investigaciones van produciendo. Es así que el archivo que forma parte del Instituto de Musicología “Carlos Vega”, el instituto actual, conserva en su sección científico-técnica los materiales que produjo Vega y los sucesivos investigadores desde la década del 30 hasta la actualidad. Estamos hablando de unos 90 años de producción de fuentes que dieron lugar a distintas investigaciones y a distintas publicaciones. A su vez ese archivo se ha ido incrementando con diversos tipos de donaciones. Donaciones vinculadas a las prácticas musicales de alguna comunidad en particular, criolla o aborigen, o con las llamadas músicas cultas, académicas o clásicas como queramos llamarlas, que son las músicas vinculadas a las músicas de concierto y derivadas de las prácticas musicales europeas. Entonces también ahí los compositores argentinos y las compositoras han donado distintos materiales. A veces cuando fallecen, los familiares donan el material y así también ese archivo constituye materiales únicos. Y el instituto posee esos materiales únicos, tanto desde los registros etnográficos realizados en zonas rurales o en registros directos de la práctica musical. Como de manuscritos o documentos originales producidos por la parte de prácticas artísticas urbanas.
Todo ese material, que siempre ha estado a disposición para las consultas, comenzó con un proceso de puesta en valor y acceso público desde 2017 gracias a un subsidio de Programa Ibermúsicas Memoria Musical y Audiovisual que se profundizó puntualmente desde 2020, que permitió sumar personas especialistas en catalogación archivística y conservación a los musicólogos del instituto para poner en valor y brindar acceso público a los materiales que se conservan en la sección científico-técnica en primer lugar con énfasis en los registros sonoros. Pero esa actividad se va a continuar hacia el resto de los materiales. Sucede que estamos hablando de miles de documentos, un número muy grande. Y su acceso mediante herramientas digitales de software específicos, lleva un largo tiempo de configuración y de catalogación. Entonces esperamos que a mediados o finales de este año, depende de las condiciones técnicas, pueda estar en línea gran parte de ese material que ya se ha digitalizado y restaurado. Y esperemos que sirva tanto para músicos en tanto artistas o gente interesada en la música, que quiera conocer estas prácticas que no son grabaciones comerciales. Como para distintos tipos de investigadores, tanto de Argentina como de otros países que nos consultan.
-¿Qué actividades desarrolla el Instituto en la actualidad?
-El Instituto Nacional de Musicología en este año tiene pensado continuar con las actividades que siempre ha encarado, que se vinculan por un lado a la producción de conocimiento a llevar adelante la serie de proyectos de investigación que se están desarrollando. El instituto cuenta con un equipo de musicólogos y musicólogas estables. Esas producciones se manifiestan, se comparten con la comunidad en eventos académicos o en publicaciones. El instituto cuenta con dos revistas científicas de publicación anual, y algunas publicaciones especiales a partir de estas investigaciones que el instituto desarrolla. Y esto se complementa con dos eventos públicos que tienen que ver con la consulta permanente de materiales que están en la fonoteca. Esos son materiales de registros sonoros comerciales. Y en la biblioteca especializada en música que posee la misma institución. Todas estas actividades siempre están acompañadas con diversos ciclos de conferencias y charlas que suele organizar el instituto.
Para este año 2022 se ha planeado hacer a lo largo del año de manera online unas seis conferencias especializadas, que están construidas a partir de las investigaciones que llevaron a cabo distintas personas para obtener sus tesis doctorales. Entonces de esta manera, el instituto quiere ser un medio para vincular la producción científica que se produce en las universidades con públicos en general. Tanto especializados como con personas que puedan estar interesadas en la música y acercar y difundir la actividad de la musicología en el sentido amplio con la comunidad internacional. Porque al hacer eventos online, estos son consultados con públicos de diversas regiones, tanto de América Latina como de Europa o de otros continentes. En este sentido, es mi intención como director generar establecer la mayor cantidad de lazos, tanto nacionales como regionales, con otros investigadores y otras instituciones. Por eso en este ciclo de conferencias, van a participar investigadores de Córdoba, de Buenos Aires y también de la región de Cuyo, que son los tres centros más importantes de investigación en música. No son los únicos por supuesto, pero es donde hace más años que se está desarrollando esta actividad. Estas actividades en paralelo se van a poder desarrollar en la medida de lo posible con algunas muestras locales. Pero la capacidad tecnológica y la experiencia de estos últimos años, ha permitido posicionar al instituto con un alcance un poco más global y difundir muchas más actividades que se desarrollan. Esto gracias al personal que forma parte del instituto, por supuesto, que por suerte en los últimos tiempos se ha podido incrementar con mayor personal en algunas áreas que estaban en vacancia.
Fuentes: Cuadernos de Música Iberoamericana (Universidad Complutense de Madrid), Instituto Nacional de Musicología “Carlos Vega”.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas