Los vecinos de Uribelarrea están siendo acosados por secuestradores virtuales que piden importantes sumas de dinero a cambio de la liberación de sus seres queridos. Si bien la mayoría de los damnificados logró darse cuenta de la maniobra, uno de ellos fue convencido de pagar 8 mil pesos de rescate.
El lunes 2 de junio a media mañana sonó el teléfono en la casa de Roberto Rolleri. Del otro lado una voz masculina se identificó como el comisario de Cañuelas. Le dijo que su hijo había sufrido un accidente. Cuando Rolleri mencionó a Manuel, en el teléfono sonó la voz de un joven llorando, que clamaba por ayuda. "Papá, me tienen secuestrado, me van a cortar la mano si no pagás".
El llanto desesperado era tan creíble que Roberto, de 57 años, se convenció de que era su hijo. Además, otro miembro de la familia comenzó a llamar a Manuel a su celular, pero no respondía. "Todo coincidía. Mi hijo suele viajar a Lobos por mañana, es decir que podía estar en la ruta, y además no atendía el teléfono. Y cuando escuché que le iban a cortar las manos, me puse ciego. Mi mujer y mi yerno quisieron atajarme, pero yo estaba convencido de que lo habían secuestrado, Me pedían un millón de pesos, pero les dije que no tenía esa cifra, que iba a tratar de juntar lo que podía", comentó Rolleri a InfoCañuelas.
Siguiendo las instrucciones de los delincuentes, Rolleri condujo primero hasta Cañuelas, luego hasta Máximo Paz y finalmente hasta Ezeiza, donde dejó 5 mil pesos en un punto cercano a una colectora. Cuando regresaba hacia Uribe recibió un llamado con la exigencia de más plata. Le pedían 18 mil dólares. Pero sólo pudo juntar otros 3 mil, que dejó en un mojón a la altura del barrio El Taladro.
Cuando regresaba de nuevo a su casa, su esposa y su yerno habían logrado encontrar a Manuel, sano y salvo en Cañuelas. Eran casi las 3 de la tarde: habían transcurrido casi cinco horas de tensión insoportable.
Frente al encargado del Destacamento policial, Rolleri recibió un nuevo llamado de la banda, que solicitaba más dinero. "Ahí lo insulté, le dije que me había engañado y le pregunté quién era el hijo de puta de Uribelarrea que me había vendido. El tipo me dijo que me iba a dar el nombre, porque esa persona le había informado que yo tenía mucha plata, lo que no era cierto. Y adelante del policía me mencionó al supuesto buchón. Ahora lo está investigando la DDI de Brandsen", concluyó Rolleri.
No es el único caso que se vivió en estos días en Uribe. Este martes el vecino Primo Lus recibió un llamado con la misma secuencia. En este caso la víctima les hizo creer que tenía dificultades auditivas, lo que le dio tiempo para llamar a la policía desde otro teléfono. Entretuvo a los secuestradores durante más de 10 minutos, pero el patrullero nunca llegó porque se encontraba en Cañuelas.
No son pocos los vecinos de Uribelarrea que sospechan de la existencia de un informante viviendo en el pueblo. La mayoría de estos casos sucedieron cuando el único patrullero de la localidad se encontraba en Cañuelas en zonas rurales, lo que refuerza esa hipótesis.
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Escrito por: Redacción InfoCañuelas