Después de más de 110 años de residir en la Ciudad de Buenos Aires, el Mercado de Hacienda de Liniers decidió mudarse a Cañuelas. El gobierno de la ciudad le dio un plazo hasta el 1 de enero de 2019 para hacer cumplir la ley que impide la venta de ganado en pie dentro de la ciudad.
El Mercado es una ciudad en si misma, más de 50 empresas consignatarias conforman una sociedad anónima que tiene 150 empleados propios, en un predio donde trabajan 1500 personas, se venden diariamente 10000 cabezas de ganado y pasan cotidianamente más de 350 camiones.
Fuimos a ver las dimensiones del Mercado con el concejal Alejandro Cid Menna y el senador Provincial Gervasio Bozzano, a quién invitamos como presidente de la Comisión de Agricultura del Senado de la Provincia de Buenos Aires. Lo recorrimos con la intención de tomarle el pulso a uno de los proyectos más grandes de la ciudad de Buenos Aires que impactará directamente en el desarrollo de Cañuelas y de la Provincia.
Como dato de color, una de las primeras sorpresas fue ver caminar sobre las pasarelas del Mercado cientos de jóvenes estudiantes y turistas extranjeros que quieren conocer las tradiciones del gaucho y el origen de la carne argentina.
Vimos las 20 manzanas de corrales y calles de piso de cemento, las balanzas y playas de maniobras. Pero también pusimos especial atención en el tratamiento de residuos y el lavadero de camiones que, como nos explicaron, siguen las normas de protección ambiental y por intermedio de un compost reutilizan sus residuos en la huerta presidencial de la quinta de Olivos y en las escuelas de la región.
Desde la década de 1980 el Gobierno de la Ciudad intenta mudar al Mercado de Hacienda, presionado por el crecimiento del sur de la ciudad y de los sectores inmobiliarios. El primer intento fue a San Vicente, donde el avance de los barrios cerrados de alrededor del predio elegido frustró con la misma lógica el proyecto de mudanza. En este último intento, la pulseada fue entre Ezeiza y Cañuelas. La disposición de los frigoríficos en el cinturón de la ruta 6 es fundamental para la elección.
Notamos el entusiasmo de los trabajadores por su futuro en Cañuelas. Alguno de ellos nos contó que tenía familia en el Taladro y que ya estaba pensando su mudanza. Hasta los más críticos y nostálgicos del Mercado de antaño nos comentaron la sorpresa que les causó que la totalidad de las consignatarias aportaran para comprar el terreno de Cañuelas, incluso superando el monto requerido.
Todavía falta cerrar la compra del terreno que ya fue elegido sobre la autopista 6 frente a estancia “La Primavera”. Una vez cerrado ese paso, se iniciará una obra de un año y medio de un proyecto que prevé contener 5000 cabezas diarias, pero también un polo agro industrial que incluye concesionarias de maquinarias, camionetas y un centro de exposiciones.
Un proyecto de esta magnitud requiere una planificación desde Cañuelas porque además de trabajo directo, tenemos que generar puestos de trabajo indirectos: no solo en lavaderos, talleres, parrillas, sino también en turismo, capacitación técnica y valor agregado. Pero también es importante medir el impacto ambiental, especialmente en los lineamientos de trabajo de la ACUMAR.
En el cierre de la visita un viejo consignatario nos contó que desde que empezó a trabajar siendo joven en el Mercado de Liniers ya se hablaba de mudanza y que en ese tiempo lejano se decía que el Mercado no se podía mover porque era más grande que el Aeropuerto de Ezeiza. Quizás eso nos dé la dimensión del traslado y como cañuelenses tenemos que estar a la altura.
Lic. Rodrigo Ruete
Concejal de Cañuelas
(Bloque PJ/UC)
Profesor de la UNAHUR
Escrito por: Lic. Rodrigo Ruete