Nuevamente el Frente de Todos y Juntos por el Cambio demostraron que no existe ninguna grieta cuando se trata de defender sus privilegios. Ni una sola de las supuestas diferencias insalvables que tienen, se pudo observar el día martes cuando se pusieron de acuerdo en habilitar la re re-elección de los intendentes. En efecto, los mismos que hasta la víspera se lanzaban las más cruentas acusaciones, levantaron juntos la mano para dejar sin efecto las limitaciones existentes sobre la cantidad de mandatos consecutivos que puede tener un jefe comunal.
Es decir, que mientras la mitad de la población vive bajo la pobreza, la inflación se sigue comiendo los salarios, y los contagios de Covid no paran de crecer, los representantes de las principales fuerzas partidarias en la legislatura bonaerense, demostraron que lo único que les preocupa es garantizarse el control político de ciertos territorios y repartirse entre ellos cuotas de poder.
Ni siquiera ciertos sectores que supuestamente se oponían a la medida, estuvieron a la altura de las circunstancias. Por ejemplo, el bloque bonaerense de Avanza Libertad, que tiene como referente a José Luis Espert, aunque se posicionó en contra de los cambios, fue fundamental para que se pueda llevar a cabo el tratamiento en el recinto legislativo, sin tener que pasar primero por comisiones. Es decir que la postura “anti-casta”, que según dicen los caracteriza, la lucieron, en el mejor de los casos, a medias.
En este punto, no podemos dejar de mencionar a la flamante diputada provincial Ayelén Rasquetti. En línea con la postura del Frente Renovador del que forma parte, votó contra la re re-elección, y en varios medios periodísticos sostuvo que la alternancia en el poder es clave para el buen funcionamiento de la democracia.
¿Acaso ella no formaba parte de la gestión de Marisa Fassi, que desde hace quince años co-gobierna – licencias y otros chanchuyos legales de por medio – Cañuelas junto a Gustavo Arrieta? Con el agravante, además, de que a lo largo de ese periodo han impedido el surgimiento y desarrollo de cualquier alternativa al interior de su propio espacio político. Algo que Ayelén Rasquetti, es cierto, en algún momento señaló, pero que luego, cargo mediante, parece que olvidó.
Ante semejante panorama, solamente el Frente de Izquierda es coherente en la defensa de la rotación y la alternancia en los cargos políticos. Somos los únicos que denunciamos a fondo el clientelismo, la corrupción y las practicas patoteriles con las cuales buena parte de los jefes comunales se aseguran el control de sus jurisdicciones.
A su vez, no solamente votamos en contra de la re re-elección de los intendentes, sino que además planteamos la revocabilidad de todos los cargos representativos. Asimismo, coherentemente con las ideas que defendemos, tenemos un sistema de rotación en las bancas para que todos nuestros legisladores, luego de cumplir una parte de su mandato, deban volver a sus actividades y empleos cotidianos. Como hizo Mónica Schlotthauer, que dejó su banca en el Congreso Nacional para volver a trabajar en el sector de limpieza del ferrocarril Sarmiento.
La disyuntiva es clara: la política como un espacio de rosca, negociados y funcionarios abroquelados en sus cargos; o como espacio de transformación para representar los intereses de los trabajadores, la juventud y las mujeres. Para el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, claramente es lo primero. Lamentablemente, a estas alturas, ya no sorprende a nadie.
Mgtr. Juan Martín Barbás
Docente universitario
Referente de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda.
Escrito por: Juan Martín Barbas