Una historia de determinación y superación de las adversidades, una mujer y su idealismo literario contra un pueblo con un orden establecido por líderes conservadores que no dejan lugar a la revolución cultural.
El guion de La Librería (título original The Bookshop), última película de la directora catalana Isabel Coixet, es una adaptación de la novela homónima de la escritora inglesa Penelope Fitzgerald.
La película narra la llegada de Florence Green (Emily Mortimer) a Hardborough, un pueblo pequeño y tranquilo de la costa inglesa de los años 50. Florence, una joven mujer viuda, quiere cumplir el sueño que ella y su marido concibieron cuando se conocieron: abrir una librería alejada de las grandes urbes. Dejando a un lado el dolor por la pérdida de su esposo arriesga todo para abrir la primera librería en esa zona, quizá como un acto psicomágico para suplir sus carencias afectivas.
Al instalarse en el húmedo y frío pueblo encuentra que debe enfrentarse con la apatía vecinal, especialmente su anhelo tropieza con la oposición de la hostil y vengativa Violet Gamart (Patricia Clarkson), una gran dama que tiene poder sobre la vida del pueblo y sus ciudadanos, y que está decidida a cerrar el emprendimiento de Florence. Violet es la némesis de Florence dispuesta a poner cuantas trabas le sea posible para evitar que exista la librería en un edificio que ella considera un emblema del pueblo.
Florence busca enseñar a los ciudadanos de mente estrecha de Hardborough —que significa ‘pueblo duro, cruel’— la mejor literatura de aquellos años: la escandalizante y extraordinaria Lolita de Vladimir Nabokov, la escalofriante novela distópica Fahrenheit 451 de Ray Bradbury —novela en donde la gente no lee libros— entre otros títulos. De esta forma quiere provocar un despertar cultural abriendo los ojos de una población en decadencia que no ha cambiado por siglos. Su trabajo la llevará a conocer al solitario y extraño Edmund Brundish (Bill Nighy), un hombre mayor que vive aislado de la sociedad y que también está harto del ‘chusmerío’ y el ambiente estancado de la comunidad, así como del poder de la conservadora Violet Gamart sobre una élite primitiva.
Sin demasiada pomposidad la historia está contada con elegancia. Construida con diálogos sobrios encuentra su principal virtud en las excelentes actuaciones de dos de los mejores actores británicos de la actualidad, Emily Mortimer y Bill Nighy, y de la estadounidense Patricia Clarkson. De corte clásico y delicado, la puesta en escena es una evocadora y armoniosa ambientación, una estética en la que se equilibran imágenes y diálogos.
La historia tiene mensajes claros: el abuso de poder de los adinerados y su ignorancia hacia lo distinto, la mezquindad que suscita esa ignorancia, el miedo a perder una supuesta dominación y admiración que creen que poseen, el miedo al cambio; también la falta de cultura e ignorancia de los habitantes del pueblo y el enorme poder e importancia de los libros, libros que nos hacen soñar, viajar, descubrir, aprender, inspirarnos, crecer como personas. La Librería es una defensa por el placer de la lectura y por lo que los libros transmiten.
La Librería refleja con claridad cómo una persona con coraje y propósitos honrados puede convertirse, sin querer serlo, en amenaza para una pequeña comunidad anodina de estructura cerrada; y cómo los personajes mezquinos hacen resaltar la inmensidad de los ‘pequeños héroes’ con valores morales sólidos.
ISABEL COIXET
La directora española Isabel Coixet es una de las cineastas más reconocidas en el mundo del cine y también una de las más prolíficas directoras del momento. Aun así, muchas de sus películas no son muy conocidas —o apreciadas por la crítica—; de sus últimos trabajos, entre los que figuran Ayer no termina nunca (2013) y Nadie quiere la noche (2015), ninguna logro despertar el interés que provocaron sus obras iniciales en las que destacan las magníficas Mi vida sin mí (2003) y La vida secreta de las palabras (2005), esta última ganadora de varios premios Goya. La Librería vuelve a hacer ganar a la directora varios Goya (mejor película, dirección y guion adaptado) además de otras nominaciones, premios y reconocimientos; y cuenta con un notable éxito de público desde su estreno, colocando al film entre uno de sus trabajos más destacables.
PENELOPE FITZGERALD
Penelope Fitzgerald (de apellido Knox de soltera) fue una escritora tardía, tenía sesenta y un años cuando empezó a escribir su segunda novela: La Librería —empezó su carrera de escritora a los cincuenta y ocho años, cuando se quedó viuda—. En sus novelas se destacan dos tipos de libros: los que escribe sus vivencias y los que hace viajar al lector a otras épocas y lugares. La Librería pertenece al primer tipo, basándose en su época como empleada en la librería Sole Bay Bookshop. En los años 50 las circunstancias la llevaron a establecerse en un recóndito pueblo en el condado de Suffolk. En aquella librería descubrió lo arduo que podía ser vender libros, pero guardo preciosos recuerdos de las tardes de lluvia en las que los vecinos se refugiaban allí para charlar, aunque la mayoría de las veces no hicieran ninguna compra.
La prosa que usa Fitzgerald en La Librería es sencilla y libre de artificios, y al igual que la película de Coixet describe en Florence Green un personaje fuerte y determinado. Novela y película nos muestran una bella historia cuyos finales son diferentes. Quizá se le puede reprochar a La Librería que termina tratando muy superficialmente lo más trascendental de la historia: lo que subyace socialmente y la reivindicación del rol de la mujer. También acusa la falta de un mayor desarrollo de los personajes secundarios —aunque Coixet agrega su toque personal en algunos de ellos—, en especial el no contar más sobre la despiadada Violet Gamar, conocer más sobre su personalidad que la llevan a sus motivaciones ruines.
La Librería es una historia sencilla, bien contada, ambientada estupendamente y con un personaje con un enorme amor por los libros.
Cristian Marques
Cinéfilo y aficionado a las series
Escrito por: Cristian Marques