21 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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No nos olvidemos del Día de la Tradición (y lo que representa)

Escribe: Agustín Sosa.

Un cráneo en el monte de la Guardia del Juncal. Archivo InfoCañuelas.

Un cráneo en el monte de la Guardia del Juncal. Archivo InfoCañuelas.

Hoy celebramos (o deberíamos celebrar) el Día de la Tradición: un 10 de noviembre nacía José Hernández, creador del Martín Fierro.

Tradición, identidad, arraigo, pertenencia son valores y características que hacen que los pueblos conserven sus lazos, permanezcan unidos y con cierto consenso acerca de lo que somos y por qué somos.

En la consolidación de esos lazos anida la posibilidad de progreso y próspero porvenir:

Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera;
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea,
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera.

A pesar de los gigantescos esfuerzos de hombres y mujeres de la patria por sostener la celebración de este día como algo de real importancia para la sociedad, desde hace varios años, tal vez desde que la democracia comenzó con la larga derrota que la atraviesa (76), el Día de la Tradición cada vez pasa más inadvertido.

Nuestro país sufre por estos días la etapa más aguda y cruel de dominio extranjero, de saqueo, de dependencia (etapa que comenzó en el 76 y se consolidó con el retorno de la democracia). Y la colonización cultural es una parte fundamental para que todo eso sea posible.

Que la soja destroce nuestros suelos o que la minería reviente la cordillera y contamine el agua no sólo es posible porque hay políticos de toda laya al servicio del extranjero y sus corporaciones; también es posible porque la colonización cultural desintegra el sentido nacional de sus habitantes y reduce las costumbres a actos pintorescos en los días alusivos.

La imposibilidad (en tanto incapacidad de pensar en hacerlo) del pueblo de defender lo suyo, sus recursos naturales, su territorio, Malvinas, sus patrimonio y acervo cultural, su esencia patria tiene responsables adentro y afuera. Y claramente no es aquel padre o madre que a su hijo/a lo disfraza y lo manda a pedir dulce o truco, eso es consecuencia de lo anterior.

Sólo en la superación de la etapa de colonización cultural podremos sentir verdadero orgullo y emoción por el día de la tradición, mientras no suceda, sólo asistiremos al desfile de los centros tradicionalistas (que demasiado esfuerzo hacen) y andaremos alertas a ver si ligamos algún pastelito a la pasada.

Vengo a gritar, vengo a gritar aquello que otros callan
De amor y besos abundan los cantores
Yo traigo el grito herido de mi pueblo
No es culpa mía si no traigo flores

(Horacio Guarany)

Feliz día de la tradición
¡Viva la Patria!

Escrito por: Agustín Sosa