23 de noviembre. Cañuelas, Argentina.

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Realidad vs. ficción

Cómo desenredarnos de las redes sociales. Escribe: Melisa Ruiz Díaz

Hace rato que tengo este dilema: qué es real y qué ficticio. Las redes sociales y lo que mostramos, por qué publicamos, con qué fin, para quién. ¿Es sano? ¿Nos suma o nos resta en la Vida? ¿Se puede vivir fuera de las redes sociales?

Son muchas las preguntas que me hago y también muchas las respuestas, y sigo en la duda de si estar dentro de las redes es positivo o negativo.

Me acuerdo que todo comenzó con el chat, hace más de 10 años. Yo ya pensaba que el chatear con gente desconocida era caminar sobre una línea fina; que podríamos caer en cualquier momento. Jugando a mostrarnos tal cual somos, y otros jugando a mostrar un ideal y a veces hasta mentirosa imagen de cada uno. 

A una velocidad sin igual crecieron las redes sociales. Con el boom de Facebook publicábamos fotos de vacaciones, de la infancia, hasta ahí todo era bastante real, hasta el "¿qué estás haciendo?" se apoderó de todos. ¿Y si no estabas haciendo nada interesante? Entonces muchos comenzaron a crear esos estados ficticios, algunos exagerando su realidad, recortando lo que no podía resultar bonito a la vista, otros inventando estados... cuantas personas he leído que publicaron estados pasados: ejemplo: fuiste al cine un martes, te olvidaste de subir que estabas en el cine. Miércoles no estás haciendo nada y pones: "en el cine con mis amigas" junto a una foto del martes. Con el tiempo todo se fue actualizando, y haciendo más "real", más directo, quizás con el anhelo de que no se puede mentir, podes poner tu ubicación en vivo y en directo. Pero la mentira sigue surgiendo, porque la máquina jamás hasta ahora puede superar la mente humana, que con la viveza puede superar cualquier escollo.

Y aquí estamos, en 2018. Terminé de entrenar, transpirada, con los pelos desastrosos, con una sed terrible, pero con una sensación real de satisfacción, de haberme ejercitado. Sin embargo, mi cara es un desastre, así que usamos algún filtro b y n para disimular aquello que no favorece, recortamos un poco la foto y subimos a Instagram: saliendo del gym, cansada pero feliz. Y aquí está el nuevo dilema de la VIDA: ¿Por qué lo subo? Porque lo comparto con mis contactos, de los cuales quizás la mitad es familiar; ellos pueden interesarse en lo que hago y el resto no me conoce, pero pone me gusta y otros sólo miran. Y otros al verme suben estados similares pero agregando algo, como una competencia: ver quién está más feliz hoy.

Y yo vuelvo a sentir que esto es una farsa. ¿Por qué no dejo de subir fotos y dedico todos esos minutos a otra cosa: regar plantas, leer un libro, tomar un té nuevo, mirar una película, pasar tiempo con quienes quiero? Y no lo comparto con nadie, sólo conmigo y con quienes compartieron ese momento real...

En la búsqueda de ser felices, nos perdimos. Perdimos la noción de la realidad. Y ahora si lo subimos al Face o Insta, fuimos felices, si no, No. Los demás lo creen, te dicen: "andás paseando mucho, disfrutando, vos sí que la pasás bien". Y ellos qué saben si es verdad, creen que lo ven en las redes es lo que sucede, lo demás no.

Nos atrapamos solos, el nombre lo dice: redes sociales. Nos han enredado. Y salir o no salir es la cuestión. Como el ser o no ser. Ser de face o no ser: ser LIBRE.

EQUILIBRIO

¿Entonces debo salir de las redes, no tener ninguna? No. La respuesta es encontrar el equilibrio, lo que te haga sentir mejor.

Que si te gusta tener Facebook y te parece que no ves positivo estar fuera, al menos sepas que todo lo que ves no es 100 % real; que no te amargues cuando ves que otro parece más feliz que vos; que no subas fotos mientras estas comiendo, restándole tiempo a ese momento real e irrepetible; disfrutá de verdad de esos seres que están hoy y no se sabe si mañana. 

Las fotos siempre son recuerdos, nadie les puede quitar a la fotografía el poder de perpetuar eso vivido, sacá fotos y de vez en cuando imprimí, ponela en la heladera y recordá ese lindo momento. No con una cerveza que ni siquiera vas a terminar de tomar, no hagas un baile sólo para mostrarte divertida, divertite de verdad: nunca mejor frase para esto: baila como si nadie te estuviese viendo.

¿Y entonces no subo más una foto en Instagram? Quizá sí, quizá no. Pero menos, seguro. Subí una pero no pierdas tiempo mientras lo haces: subila cuando tenés tiempo libre de verdad. Y si decís que no te queda tiempo libre, volvé a la opción anterior, vas a ver como el tiempo vuelve a surgir.

Melisa Ruiz Díaz
Maquilladora y peinadora (Mel make up)
Autora del blog Vivre la vie!

Escrito por: Melisa Ruiz Díaz