Este miércoles en el Tribunal Oral 1 de La Plata a cargo de la Dra. Cecilia Sanucci comenzó el juicio contra el falso médico Felipe Nori Haggi Lacerda. Si bien se esperaba una audiencia corta y expeditiva, no fue así. El debate entró en cuarto intermedio hasta el viernes 22 de noviembre cuando deberán presentarse Fabiana Pereyra, el Dr. Hernán Carpio y Verónica Velázquez, encargada de la oficina de personal.
Durante el desarrollo del debate la asesora legal del Ente, Brenda Rodríguez; la ex administradora Diana Barcia y el ex director Federico Pequeño coincidieron en que los coordinadores de Guardia y Emergencias, Pereyra y Carpio, eran los responsables de “contactar” a los médicos que ingresaban, “pedirles los papeles” y asentar las guardias que había que pagarles. Los contratos llegaban ya definidos a manos del director, que se limitaba a firmarlos.
Barcia y Pequeño también dijeron que la oficina de Personal no tenía ningún funcionario a cargo tras la renuncia del Dr. Sartori a mediados de 2017 (antes de la contratación de Nori) y que la empleada Verónica Velázquez siguió cumpliendo una tarea equivalente.
En base a esos testimonios el fiscal Javier Berlingieri decidió citar a Pereyra, Carpio y Velázquez. Deberán presentarse ante el Tribunal el próximo viernes 22 de noviembre a las 9 de la mañana.
Lo que se busca es determinar quiénes fueron determinantes en el mecanismo de contratación y si Nori realmente los engañó mediante la presentación de documentos falsos o si tal engaño no existió en virtud de la existencia de una estructura corrupta.
Durante la primera jornada se evidenciaron contradicciones en algunos testimonios. Brenda Rodríguez, por ejemplo, afirmó que ella no tenía intervención en los contratos, pero luego Pequeño y Barcia la desmintieron cuando dijeron que era la encargada de redactarlos. En otro pasaje de su declaración Rodríguez dijo que Barcia no tenía injerencia en asuntos de Personal, pero pasó un momento incómodo cuando el fiscal Berlingieri le exhibió un documento firmado por Barcia referido a una licencia, por lo que debió admitir que en algunas oportunidades Barcia sí tenía esa facultad.
Barcia también atravesó cierta incomodidad cuando intentó desligar de toda responsabilidad a Velázquez. Punzante, Berlingieri le preguntó varias veces si la tarea que hacía Velázquez era la misma que antes hacía Sartori y tras mostrarse dubitativa, terminó admitiendo que sí.
El primer testigo de la mañana fue el Dr. Mauricio Eskinazi, presidente del Colegio Médico de Morón. Su testimonio fue importante porque negó la existencia de la figura del “paramédico” en los hospitales públicos y privados de Argentina (en su declaración indagatoria Nori había dicho que fue contratado para trabajar en Cañuelas con esa condición). Además, Eskinazi dijo que los residentes son médicos ya recibidos y que los estudiantes pueden hacer prácticas en los hospitales, pero siempre con el acompañamiento de sus profesores y sin recibir honorarios. Con esto quedó desvirtuado lo que buscaban los abogados de Nori: instalar que había trabajado en el Marzetti con una función distinta a la de un médico.
Pequeño dijo sin medias tintas que Nori se presentaba como “médico generalista”, aunque no fue claro en su respuesta cuando el particular damnificado le preguntó cómo era posible que Nori hubiera cobrado hasta 150 mil pesos de sueldo. “No sé cómo se llegaba a esa cifra”, indicó y recordó que algunos especialistas, como los anestesistas, también cobran cifras importantes.
Nori, con el semblante tenso y nervioso, estuvo asistido por la abogada Violeta Muratorio, del estudio de Miguel Angel Pierri, y por Juan Fontana. En una silla a sus espaldas se ubicó una tía, abogada en Brasil.
Junto al fiscal Berlingieri se sentó el Dr. Héctor De Stéfano, abogado de Joao Peixoto Dos Santos Neto. Su representado se encuentra con asistencia psicológica y aislado en un pequeño pueblo del interior de Brasil, según relató el letrado a InfoCañuelas.
En el sector del público estaban los padres de Nori, su esposo Leandro Acevedo y su madrina, visiblemente afectada, al punto que en un momento se largó a llorar. En un intervalo la señora Haggi se acercó a su hijo, lo abrazó y le infundió ánimo.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas