Sustancias grasas. Restos de curtiembres. Coágulos de sangre. Esos son algunos de los residuos que camiones procedentes de una grasería de Cañuelas vuelcan en un campo ubicado en la zona rural de Uribelarrea, cerca del límite con el distrito de Lobos.
Desde hace unos cuatro años varias familias que viven en cercanías del predio vienen reportando el paso de los camiones con uno, dos o tres bateas que, especialmente durante la madrugada y la noche, transportan estos residuos malolientes que son tapados con tierra por una topadora. De todas maneras el olor se expande a más de un kilómetro a la redonda, especialmente en estas épocas de calor intenso.
El predio, de 120.000 m2, se encuentra ubicado a mil metros de la ruta 205. Se accede a través del camino de tierra que baja en diagonal a la ruta en el mismo punto de ingreso a Uribelarrea. Es una zona productiva y con vecinos de residencia permanente.
Por lo que pudieron averiguar los damnificados, además de funcionar como grasería la empresa recolecta desperdicios de curtiembres de Valentín Alsina y Lanús. Todos esos residuos se entierran en el campo de Uribelarrea.
“Este campo está vinculado a la grasería Núñez. Al principio la Municipalidad los clausuraba por tres, cuatro o cinco meses. En esa época había una Secretaría municipal de Medio Ambiente, a cargo de Horacio Asprea, y había dos inspectores, María Cladera y José de Almeida, que clausuraban de inmediato. Asprea los terminó corriendo. Pero ahora la Municipalidad no tiene área de Medio Ambiente y nadie hace nada” relató un testigo.
El año pasado un patrullero del Destacamento de Uribelarrea, tras recibir una denuncia anónima, interceptó un camión que salía del predio. La inspectora municipal Mabel Scrochi (que ya había intervenido en otras oportunidades) llegó al lugar, labró un acta, pero luego el juez de Faltas Fabián Silveti consideró que no había infracción. El desfile de camiones cargados con porquerías continuó.
Otros vecinos también denunciaron el caso ante Acumar, pero la respuesta fue que el control de ese organismo se circunscribe a los emprendimientos situados cerca de los arroyos. Además, esa zona de Uribelarrea pertenece a la Cuenca del Salado, no a la del Matanza Riachuelo, por lo que se encuentran bajo la órbita de la OPDS, el organismo ambiental de la Provincia. También allí hubo denuncias, pero no respuestas.
Las normas indican que los volquetes con elementos orgánicos deben circular tapados. Eso tampoco sucede, por lo que en la calle de acceso suelen verse trazos de sangre.
El intenso olor que molesta en un amplio radio da cuenta de un importante volumen de residuos enterrados. ¿Son sólo residuos orgánicos o también contienen químicos pesados que van directo a la napa? Una pregunta que todavía es una incógnita.
Escrito por: Redacción InfoCañuelas